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domingo, 3 de noviembre de 2024

El Regalo De No Condenación

 Inspiración De Gracia


Enderezándose Jesús, le dijo: “Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado?”  Y ella respondió: “Ninguno, Señor.”  Entonces Jesús le dijo: “Yo tampoco te condeno.  Vete; desde ahora no peques más.”  Juan 8:10-11

La gente a menudo pregunta: “Si los creyentes saben que ellos son libres de toda condenación, ¿no irán y pecarán?”  Bueno, ellos deberían hablar con Katy, que es capellán de un centro penitenciario que alberga a prisioneras en el sur de California.  Después de que descubrió el mensaje de gracia y experimentó la libertad de la condenación, su vida no fue la misma.  Ella incluso se sintió guiada por el Señor para compartir directamente uno de mis libros con las mujeres del centro penitenciario.  Esta fue la recepción que tuvo:

Dios está usando esta revelación de Su gracia para sanar a los quebrantados de corazón y liberar a los cautivos.  Se están produciendo sanidades físicas.  Se están cambiando mentalidades equivocadas.  ¡Las mujeres también están experimentando liberación de adicciones y sus vidas lastimadas también están siendo transformadas por Su gran amor incondicional y la abundancia de Su gracia!

Katy y las prisioneras que recibieron el evangelio de la gracia te dirían que es una mentira incluso sugerir que la libertad de la condenación conduciría al pecado.  ¡Es justamente lo opuesto!  ¡Aleluya!  Las mujeres comenzaron a reinar en la vida sobre sus pecados y adicciones, y a ser sanadas de su quebrantamiento.  Y no están solas —ésta es una cita constante en las cartas y correos electrónicos que este ministerio recibe de personas de todo el mundo que están ansiosas por compartir su liberación y su victoria sobre las cosas que les han mantenido derrotados.

Amigo, la libertad de la condenación no te lleva a caer más profundo en el pecado.  Esta, de hecho, te da poder para liberarte del pecado, de sus dolorosas consecuencias, ¡y te hace enamorarte más profundamente de Jesús y de Su gracia!

En las Escrituras de hoy, notarás que nuestro Señor claramente no pensó que la libertad de la condenación te llevaría a vivir una vida de pecado.  Ahora, presta mucha atención al relato de la mujer que fue sorprendida en adulterio: Jesús le dio el regalo de “no condenación” antes de decirle que se fuera y no pecara más.  Sin embargo, hoy en día muchos lugares invierten el orden y les dicen a mujeres como las del centro penitenciario: “Primero vete y no peques más, solo después de que lo consigas no te condenaremos.”  Sutilmente o no tan sutilmente, se les está diciendo que corrijan sus vidas primero, antes de que puedan ser parte de la iglesia.  Esa es la razón por la que ellas y las otras personas se están alejando de los lugares donde escuchan esto.  No es porque se están revelando contra Jesús.  ¡Es porque no han sido presentados al verdadero Jesús, quien le da al pecador culpable el regalo de no condenación!

Con demasiada frecuencia, a los no creyentes solo se les ha presentado el cristianismo como un conjunto de reglas que únicamente los juzga y los condena.  Pero amigo, el cristianismo no se trata de leyes.  Se trata de Jesús y de cómo Él derramó Su sangre para el perdón de nuestros pecados, porque sin sangre, la Biblia dice que no hay perdón de pecados. (Hebreos 9:22)  Es por eso que el cristianismo es una relación basada en la sangre derramada de Jesucristo.  Su sangre lavó todos nuestros pecados y cumplió todos los requisitos justos de la ley en nombre nuestro.

Permíteme hacerte una pregunta: ¿era culpable esa mujer que fue llevada ante Jesús?  Sí, ella fue “sorprendida en el acto mismo del adulterio.” (Juan 8:4)  Pero en lugar de condenarla de acuerdo con la ley de Moisés, que requería que fuera lapidada a muerte, Jesús le mostró gracia y le dio el regalo de no condenación.

¿Crees que esta mujer se iría, buscaría a su amante y volvería a meterse en la cama con él después de haber recibido el regalo de no condenación?  ¡No, claro que no!  Es obvio que Jesús creía que cuando alguien realmente tiene una revelación de que Dios no le condena, esta persona tendrá el poder para salir del círculo vicioso del pecado.  ¡Tendrá el poder para “ir y desde ahora no pecar más”!

La verdad es que la gracia de Jesús se traga el pecado.  Deja que Sus palabras —“Yo tampoco te condeno” transformen tu corazón hoy y te den el poder para “ir y desde ahora no pecar más.”

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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