recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

lunes, 18 de febrero de 2019

El León Rugiente

Medita En
Sed de espíritu sobrio, estad alerta.  Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.  (1 Pedro 5:8)
¿No es interesante en el pasaje anterior que el diablo tiene que buscar a aquellos a quienes puede devorar?  Esto significa que no puede devorar a todos.  ¡No le rindas tu autoridad a él y no seas hallado entre aquellos a quienes él puede devorar!  Además, ¿te diste cuenta de que él deambula como o asemejándose a “un león rugiente”?  Yo le pregunté al Señor por qué el diablo anda como un león rugiente y no como cualquier otra criatura.  Él me llevó a Proverbios 19:12, que dice: “Como rugido de león es la ira del rey”.  El diablo es un impostor que anda como un león rugiente porque está imitando al Rey de reyes, nuestro Señor Jesús, el verdadero León de Judá.  Él quiere que las personas piensen que nuestro Rey está lleno de ira, enojo y rabia contra nosotros.  Él viene a nosotros rugiendo con la voz de condenación, acusación y vergüenza.
Satanás quiere que tengas la impresión de que le has fallado a Dios y que Él no solo está decepcionado contigo, sino que también está francamente furioso contigo.  Ahora, si creyeras eso acerca de Dios, ¿te refugiarías bajo el refugio de Sus alas?  ¿Asumirías tu legítimo lugar de autoridad, poder y fuerza?  Por supuesto no.  De hecho, ¡huirías de Dios!
Los creyentes que están bajo una nube de condenación no van a orar el Salmo 91, la Oración de Protección.  Se sienten indignos de las promesas de Dios y de hecho, están esperando recibir el castigo y el juicio de Dios.  Ahí es exactamente donde el diablo quiere que estés.  Cuando huyes de Dios, estás corriendo directamente hacia la trampa del diablo.  Tú renuncias a tu lugar de autoridad cuando renuncias a tu lugar de intimidad con Dios.
Amado, necesitas saber esto: Tú eres amado.  Dios no está enojado contigo.  En Cristo, puedes tener plena seguridad de que eres perdonado, amado y justificado. (Ver Efe. 1:7, Rom. 8:37, 2 Cor. 5:21)  El Señor Jesús ha tomado todo tu castigo en la cruz para que hoy, tú puedas disfrutar de Su favor inmerecido, no ganado y del que no eres digno.  Dios te ve en Cristo, quien es completamente impecable y sin culpa.
Basados en nuestras propias acciones, ninguno de nosotros califica para Su protección.  Pero debido a lo que nuestro Señor Jesús ha hecho por nosotros en la cruz, todos podemos acercarnos confiadamente a Su trono de gracia. (Ver Heb. 4:16)  Debido a lo que Él ha hecho, nosotros calificamos para vivir en el lugar secreto con el Rey de reyes, ¡donde el falso “león rugiente” no tiene poder sobre nosotros!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

No hay comentarios:

Publicar un comentario