recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

viernes, 8 de febrero de 2019

La Gracia Abre Tu Corazón

Medita En
¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?  (Romanos 2:4, NTV)
Tienes que amar la historia de Zaqueo el bajito, quien se trepó a un sicómoro con la esperanza de mirar a Jesús mientras Él caminaba por allí. (Lucas 19:1–10)  Zaqueo era un recaudador de impuestos corrupto, un rico pecador.  Pero cuando Jesús le habló, en lugar de recordarle los Diez Mandamientos, Jesús le mostró gracia (favor inmerecido) y se invitó a Sí Mismo a la casa de Zaqueo.  Por supuesto, la gente religiosa entre la multitud estaba disgustada y murmuraban entre ellos diciendo: “Ha ido a hospedarse con un hombre pecador.“ (Lucas 19: 7)
Ahora, observa lo que sucedió en la casa de Zaqueo.  Antes de que la cena terminara, Zaqueo estaba entregando su riqueza a los pobres y restituyendo a los que había perjudicado, y Jesús estaba proclamando la salvación de la casa de Zaqueo.
Creo que fue el Espíritu Santo quien puso esta historia al lado de la historia del joven rico.  No creo que estas dos historias en el Evangelio de Lucas sucedieran en orden cronológico.  Pero creo que el Espíritu Santo las colocó en este orden divino para mostrarnos los efectos contrastantes de estar bajo el pacto de la ley y estar bajo el pacto de la gracia.
Cuando el joven rico vino alardeando de su cumplimiento de la ley, Jesús le respondió con la ley y el joven se fue sintiéndose triste. (Mat. 19:22)  Pero cuando Jesús no sacó la ley, sino mostró Su gracia, esto no solo abrió el corazón de Zaqueo, sino también la billetera de un recaudador de impuestos que era corrupto.  ¡Este es verdaderamente el poder de la gracia!  Nos guía al verdadero arrepentimiento.  Verás, cuando se experimenta la gracia de Dios, no se puede evitar ser generoso.
Después de que Jesús le dio generosamente Su amor y gracia incondicionales a Zaqueo, su corazón se desbordó del favor de Dios, inmerecido, no ganado y del cual no era digno.  Zaqueo sabía en lo profundo de su corazón que, como pecador y recaudador de impuestos corrupto, él no merecía que Jesús viniera a su casa.  Pero la bondad de Dios superó con creces sus expectativas.  Y así como Pedro fue guiado a ponerse de rodillas cuando vio la bondad de Jesús, Zaqueo fue guiado al arrepentimiento al experimentar la bondad de Jesús.
A diferencia del joven gobernante, Zaqueo sabía que no era merecedor y por eso Jesús pudo derramar gracia sobre él.  Mira, el rol de la ley es llevarte a un lugar en donde sepas, sin lugar a dudas, que tú no puedes hacer nada para merecer la salvación y las bendiciones de Dios, sino que solo puedes depender de Su gracia.  Su gracia va a darte todas las bendiciones que necesitas y transformará tu vida.  Mi amigo, nuestro Padre celestial está esperando que renunciemos a nuestros propios esfuerzos.  En el momento en que comiences a arrepentirte de todas las obras muertas que has estado haciendo para tratar de calificar y merecer la aceptación y las bendiciones de Dios, Él te dará generosamente Su gracia abundante —Su favor inmerecido, no ganado y del que ninguno de nosotros es digno.
Hoy, aparta tus ojos de ti mismo y mírate disfrutando del favor inmerecido de Dios bajo el nuevo pacto de la gracia.  Mírate a ti mismo perdonado y justificado con la justicia de Jesús.  Ocúpate de Él y de Su gracia, y como Zaqueo, tú serás transformado desde adentro hacia afuera.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

No hay comentarios:

Publicar un comentario