recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

martes, 2 de diciembre de 2025

¡Oh, Que Alegría!

 Inspiración De Gracia


En Él tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia.  Efesios 1:7

En el momento en que invitaste a Jesús a tu corazón como tu Señor y Salvador, todos tus pecados fueron perdonados —tus pecados pasados, tus pecados presentes y tus pecados futuros.  Una vez que naces de nuevo, tú estás en Cristo.  Tú no necesitas intentar conseguir el perdón.  Tú tienes el perdón de pecados por medio de Su sangre y este perdón de pecados que tienes no es conforme a lo que hayas hecho, sino conforme a las riquezas de la gracia de Dios —¡Su favor inmerecido, que no hemos ganado y del que no somos dignos!

La Biblia nos dice que “la paga del pecado es muerte.” (Romanos 6:23)  En otras palabras, el castigo por el pecado es la muerte.  Esta también nos dice que “sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (Hebreos 9:22, NVI)  Por lo tanto, la sangre es necesaria para el perdón de los pecados.  Es por eso que incluso bajo el antiguo pacto de la ley, el pecado fue cubierto temporalmente por la sangre de los animales sacrificados.

La buena noticia del evangelio es que nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, descendió del cielo a la tierra y se sacrificó a Sí mismo en la cruz.  Su sangre perfecta y sin pecado proporcionó el perdón de todos nuestros pecados.  Tú y yo no podemos pagar por nuestros propios pecados, así que Él lo hizo por nosotros.  Ahora bien, todo aquel que cree en Él no morirá jamás, sino que recibirá el regalo de la vida eterna.  ¡Aleluya!

Amigo, observa cómo David describe la bienaventuranza de un hombre cuyos pecados son perdonados:

«Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubren los pecados.  Sí, qué alegría para aquellos a quienes el Señor les borró el pecado de su cuenta.»  —Romanos 4:7-8, NTV

¡Oh, qué alegría y qué bendición es recibir el perdón de los pecados!  Por el contrario, cuando los creyentes comienzan a cuestionar si ellos son verdaderamente perdonados, esto los lleva a todo tipo de inseguridades, temores y ataduras destructivas.

El temor y la inseguridad no pueden existir en una relación sana con Dios.  En una relación matrimonial, por ejemplo, si una esposa nunca se siente segura del amor de su esposo por ella, ella nunca sacará fuerzas de su matrimonio ni encontrará alegría en este.  En lugar de prosperar, ese matrimonio se desintegrará con el tiempo.  De manera similar, nuestro Padre celestial no quiere que nosotros vivamos atrapados en una inseguridad perpetua debido a que no conseguimos estar seguros de nuestro perdón.

Hoy, basado en la Palabra de Dios, alégrate y da gracias a Dios por la bendición de Su perdón, pagado tan caro y entregado a nosotros de manera gratuita.  Deja que esta verdad del evangelio se ancle en tu corazón y lo fortalezca, que aleje todo temor y sentimiento de inseguridad.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

lunes, 1 de diciembre de 2025

Cuando Las Tormentas De La Vida Rugen

 Inspiración De Gracia


Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad.  Salmos 46:1

Tormentas de la vida.  Las conoces bien.  Te abruman.  Ola tras ola de golpes implacables que te derriban hasta que no sabes qué lado está hacia arriba.  Hasta que cada onza de energía se agota y tú te sientes tan débil, abandonado y solo.  Quizás estás atrapado en una de las tormentas de la vida en este momento.

Cuando los discípulos de Jesús estaban en el mar, atrapados en una tempestad turbulenta y azotados por las olas, ¿quién vino a ellos en su hora más oscura?  Fue el mismísimo Jesús. (Mateo 14:22–33)  Jesús llegó con estilo, caminando sobre las enfurecidas aguas.  El amoroso Salvador vino a ellos en el momento exacto en que lo necesitaban para que los rescatara.

¿Qué te dice esto?  Que Él está por encima de las tormentas.  Él camina por encima de —Él es más grande que— todas las adversidades y oposiciones que tú puedas estar enfrentando ahora mismo, ¡y Él viene a ti para rescatarte!

Con las olas ondeando bajo Sus pies, Sus primeras palabras a Sus discípulos fueron: “No tengan miedo. ¡Tengan ánimo!  ¡Yo estoy aquí!” (Mateo 14:27, NTV)  Qué consuelo debieron traer esas palabras a los discípulos que estaban exhaustos y temblando de miedo por sus vidas.

Amigo, cuando las tormentas de la vida se enfurecen y rugen, no te dejes llevar por lo que ves y escuchas a tu alrededor.  No te dejes llevar por tus sentimientos y emociones negativas.  Vive por la verdad de la Palabra de Dios, la cual te anima “¡Así que, se fuerte y valiente!  No tengas miedo ni sientas pánico... Porque el Señor tu Dios, Él mismo irá delante de ti.  No te fallará ni te abandonará.” (Deuteronomio 31:6, NTV)

Nuestro Dios es un Dios personal y amoroso que está contigo en tu barca en medio de la tormenta rugiente.  Él sabe cómo llevarte a la victoria en todo momento.  ¡Él no puede fallarte!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

domingo, 30 de noviembre de 2025

Encuentra Amigos Que Puedan Cargarte

 Inspiración De Gracia


Entonces vinieron a Él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.  Marcos 2:3

A veces es difícil para nosotros tener fe cuando estamos solos.  Cuando tú no tienes fuerza ni fe, necesitas que otros te ayuden a salir adelante.  Quiero compartir con ustedes un precioso testimonio de Audrey, una líder de  mi iglesia que experimentó esto por sí misma.

En su vigésima novena semana de embarazo, ella rompió fuente y fue ingresada en el hospital para reposar en cama.  Los amigos oraron con ella y su esposo, los animaron y creyeron con ellos por el nacimiento de un bebé sano.  Ella y su esposo participaron de la Santa Cena tan frecuentemente como pudieron.

En la trigésima semana, la bebé Jenna nació, pesando 1.5 kg (3.3 lbs), afortunadamente sin mayores complicaciones.  Ella pudo respirar por sí misma y todos sus órganos estaban funcionando correctamente.  Progresó gradualmente de ser un bebé pequeño sostenido por sondas y agujas, para recibir alimentación parenteral y  finalmente  alimentación normal.

El viaje diario de Audrey al hospital era agotador, pero ella estaba agradecida por los amigos del reino que los sostenían en oración.  Muchos de ellos participaban de la Santa Cena por su cuenta mientras oraban por Jenna y sus padres.  Después de cuarenta días en el hospital, a Jenna finalmente se le permitió irse a casa.

Sin embargo, Jenna pronto regresó a la UCI del hospital cuando su frecuencia cardíaca repentinamente se volvió críticamente baja y luego se volvió demasiado alta.  Audrey estaba devastada y en ese momento estaba “sin oración y sin fe”.  Pero los líderes de la iglesia y los amigos siguieron rodeándolos en un ambiente de fe y oración incluso cuando seguían encontrándose con reveses.

Durante ese período, Audrey compartió que yo prediqué un nuevo mensaje sobre la  Santa Cena en la iglesia y después de escucharlo, ella y su esposo perseveraron y siguieron participando de la Santa Cena por la bebé Jenna, hasta que finalmente ella estuvo fuera de peligro.  Fue un viaje arduo, pero Jenna regresó a casa fuerte y saludable.  ¡Aleluya!  Audrey ha compartido:

Cuando pienso en cómo Jesús sanó al paralítico basado en la fe de los cuatro amigos que lo bajaron por el techo, agradezco a Dios que también tuvimos esos “cuatro amigos”.  Nuestros amigos oraban continuamente por Jenna y nos animaban a presionar en el clamor por la sanidad de Dios y participar de la Santa Cena.

Si tú has estado lidiando con una afección médica que no se termina o si estás agotado por cuidar a un ser querido, la depresión puede surgir a medida que la carga se vuelve demasiado pesada para ti.  Amigo, lleva tus preocupaciones a Dios, sabiendo que Él cuida de ti con el más profundo afecto y te vigila con mucho cuidado. (1 Pedro 5: 7, AMP)

Al mismo tiempo, quiero que sepas que Dios nunca quiso que funcionaras en el vacío.  El deseo de Su corazón es que tú estés plantado en una iglesia local y no abandones “el congregarte”, sino que se exhorten y se animen unos a otros. (Hebreos 10:25)  La iglesia no es perfecta de ninguna manera.  Pero tenemos un Salvador perfecto que ha hecho una obra perfecta en la cruz, y hay seguridad, sanidad y provisión en la casa de Dios.

Viendo a través de los ojos de la fe, 

Joseph Prince