recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

jueves, 31 de marzo de 2016

Cubierto, Protegido, Liberado

El Señor iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche.
Éxodo 13:21

Cuando los hijos de Israel anduvieron errantes en el desierto, Dios los guió yendo delante de ellos en una columna de nube durante el día y una columna de fuego durante la noche.
Durante el día, Dios extendía la columna de nube como una cobertura sobre Su pueblo en el desierto, para prevenir que el sol abrasador los hiriera y los debilitara.  El pueblo estaba cubierto por Su sombra y se mantenían frescos.  Hoy, tú también estás bajo Su cobertura.  Él no va a permitir que tú seas derribado (Salmo 121:3-8), ni que seas oprimido por el “calor” del día (Isaías 54:14).
Durante la noche, cuando el desierto se volvía oscuro y frío, Dios le daba a Su pueblo la columna de fuego para iluminar su camino, y para mantenerlos cálidos y seguros.  Hoy,  mientras tú caminas con Dios, no serás abrumado por los lugares fríos y oscuros de la vida, porque la Palabra de Dios dice: “Porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día.  No somos de la noche ni de las tinieblas” (1ª Tesalonicenses 5:5).  Y no temerás el terror de la noche, ni la pestilencia que anda en tinieblas, porque Dios te librará de ellas (Salmo 91:5-6).
Como los hijos de Israel, quienes solamente necesitaban dirigir su mirada hacia arriba y poner sus ojos en la columna de nube y la columna de fuego, todo lo que tú necesitas hacer hoy es dirigir tu mirada hacia arriba y poner tus ojos en Jesús.  Cuando necesites Su dirección en una situación, busca a Jesús quien tiene para ti palabras de vida eterna (Juan 6:68).  Cuando veas síntomas de enfermedad en tu cuerpo, busca a Jesús quien llevó todas nuestras enfermedades y nuestras dolencias (Mateo 8:17).
Cuando los hijos de Israel fueron mordidos por serpientes en el desierto, Dios le dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la colocara en un poste —una figura de Cristo siendo juzgado en la cruz (Juan 3:14).  Aquellos que pusieron su mirada en la serpiente de bronce en vez de ponerla en sus heridas, fueron sanados (Números 21:9).  ¡Aquel que pone su mirada en Jesús vive!
Amado, pon tu mirada en Jesús.  ¡Él es tu cobertura, tu protección y tu liberación!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

Todo lo que tú necesitas hacer hoy es dirigir tu mirada hacia arriba y poner tus ojos en Jesús —tu cobertura, tu protección y tu liberación!


miércoles, 30 de marzo de 2016

Dios Puede Usar A Quienes El Mundo Rechaza

Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles.
1ª Corintios 1:26 (NTV)

Tú puedes pensar que eres un don nadie, que tu tiempo ha pasado y que fuiste un perdedor a los ojos del mundo.  Pero anímate porque la Palabra de Dios dice que si no eras sabio conforme a la carne, ni poderoso, ni noble, ¡entonces eres un candidato ideal para que Él te llame!  Y cuando Él comienza a usarte, tú vas a ver Su favor, Su poder y Su abundancia cambiar tu vida.
A los ojos del mundo antiguo, Moisés era la estrella ascendente de Egipto.  La Biblia nos dice que durante los primeros 40 años de su vida, “Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era un hombre poderoso en palabras y en hechos” (Hechos 7:22).  Pero Dios no pudo usarlo entonces, porque él era demasiado inteligente, fuerte y lleno de sí mismo.
Fue solo 40 años más tarde, después de haber estado en el poco glamoroso desierto de Madián, vacío de sí mismo y pensando que su tiempo había pasado, que Dios lo envió para avergonzar la fuerza de Faraón.
El mundo puede pasarlos por alto —a los débiles, los pequeños, los olvidados, y los perdedores; pero Dios los escogió para avergonzar a los poderosos del mundo.
Yo sé que esto es verdad.  Cuando era un pequeño niño, crecí ante el rechazo y el ridículo debido a mi mezcla racial indo-chino.  Y de adolescente, yo era el blanco de muchas bromas, debido a mi tartamudez.
Recuerdo que siendo adolescente, oré a Dios: “Yo no sé lo que puedo hacer para Ti, ni lo que puedo darte, pero soy Tuyo —en espíritu, alma y cuerpo.”  No sé cuántas veces hice esta oración.  Pero sé que Dios me escuchó porque Él me llamó.  Solo Dios se atrevería a escogerme, un  tartamudo, para pastorear por Él a una iglesia que desde entonces ha crecido a más de 30,000 miembros, al día de hoy.
Yo sé lo que era y de dónde he venido.  Sé que no he hecho nada y no puedo hacer nada apartado de Su unción y Su gracia en mi vida.
Mi amigo, cuando pienses que eres débil y pequeño, comparado con los otros en el mundo, ¡es cuando Dios podrá usarte para hacer cosas grandes y maravillosas para Él!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

Dios escoge a los débiles, los pequeños, los olvidados y  los perdedores, para avergonzar a los fuertes del mundo.


martes, 29 de marzo de 2016

¡Ciertamente!

Ciertamente El llevó nuestras enfermedades [aflicciones],
y cargó con nuestros dolores [tristezas]…
Isaías 53:4

Mientras esperan por la manifestación de su sanidad, algunas personas hallan difícil de creer que Jesús realmente tomó sus enfermedades y dolores, así como tomó sus pecados y vergüenza.  Si tú eres uno de ellos, no te sientas condenado.  Tu Padre en el cielo te comprende.  Es por eso que Él puso la palabra “ciertamente” cuando dijo: “Ciertamente, Mi Hijo llevó tus enfermedades y cargó tus dolores.”
Una vez, mi hija Jessica estuvo llorando toda la noche porque no se sentía bien.  Había estado enferma un par de días.  En mi estudio, yo tomé mi Biblia y el Señor me dirigió a Isaías 53:4 en donde dice: “Ciertamente Él llevó…”  Ahora, yo conozco la versión del hebreo original, y esta dice: “Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades y cargó nuestros dolores.”  Así que dije: “Ciertamente, Él llevó la enfermedad de Jessica…”
Pero era como si el versículo no fuera real para mí.  Su llanto parecía más real.  Entonces, de repente, el Espíritu Santo abrió mis ojos a una palabra en ese verso, y realmente revolucionó la forma en la que pude ver todo el pasaje.
Fíjate en la primera palabra del versículo.  Dice: “Ciertamente…”  Ciertamente, Él llevó tus enfermedades y cargó tus dolores.  Ahora, mira el siguiente versículo: “Mas Él fue herido por nuestras transgresiones…”  Todo cristiano conoce y cree que Jesús fue herido por nuestros pecados, aunque la palabra “ciertamente” no fue puesta aquí, sino en el verso anterior.  Pienso que Dios sabía que nosotros hallaríamos difícil de creer que Jesús también llevó nuestras enfermedades y cargó nuestros dolores, ¡así que Él puso la palabra “ciertamente” allí, para ayudarnos a creer!
Cuando me di cuenta de esto, puse mi Biblia en el piso, me puse de pie sobre ella y dije: “Padre, Tú sabes que no quiero ser irreverente, pero me levanto firme en Tu Palabra.  ¡Ciertamente, Jesús llevó la enfermedad de Jessica y cargó su dolor!  No me importa si todavía puedo escucharla llorar.  ¡Ciertamente, Tu Hijo, Tu amado Hijo, llevó su enfermedad y cargó su dolor!  ¡Aleluya!  Esa noche, el rompimiento vino.  Esa noche, mi pequeña Jessica fue sanada
¿Estás tú o alguno de tus seres amados, sufriendo ahora de alguna enfermedad o dolor?
Ciertamente nuestro Señor Jesús llevó tus enfermedades y cargó tus dolores.  Y mientras tú crees esta verdad, ¡ciertamente, tu sanidad y tu rompimiento vendrán!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

Ciertamente nuestro Señor Jesús llevó tus enfermedades y cargo tus dolores.


lunes, 28 de marzo de 2016

Recibe Mientras Escuchas Las Buenas Nuevas

Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree...
Romanos 1:16

Si has estado en seminarios motivacionales, probablemente has escuchado a los oradores decir: “Si sigues estos cinco pasos, llegarás al lugar de crecimiento financiero.”  Ellos probablemente te habrán dicho también que si no alcanzas el éxito, es porque no seguiste esos pasos de la manera correcta, es decir diligentemente.
¡Gracias a Dios que el evangelio o las buenas nuevas no funcionan de esta manera!  En el mismo minuto en el que tú escuchas o lees las buenas nuevas, y las crees y las recibes, Su Palabra va hacia adelante para sozo (la palabra griega que significa “salvar”) a ti, dándote plenitud en todas las áreas de tu vida, “pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree.”
¿Cuáles son las buenas nuevas?  Son que Dios nos ama tanto que nos dio a Su Hijo para que tomara nuestro castigo, de manera que nosotros podamos tener Sus bendiciones sin tener que trabajar por ellas.  Justo ahora, mientras estás leyendo este devocional, escuchando a un pastor o viendo la grabación de un sermón, al estar escuchando la Palabra de Dios, Su poder es liberado sobre tu situación, resolviendo las cosas para ti, y cambiando tu situación por completo, para tu bienestar.
En Hechos 14:8-10, vemos a Pablo predicando las buenas nuevas en Listra.  Un hombre que era cojo de nacimiento estaba escuchando a Pablo.  Pablo, viendo que él tenía fe para ser sanado, le dijo: “¡Levántate derecho sobre tus pies!”  ¡Y el hombre dio un salto y anduvo!  Él escuchó las buenas nuevas, las creyó y fue sanado.
En una conferencia de liderazgo en Oslo, Noruega, en la que yo estaba como orador, un pastor compartió cómo un muy respetado hombre de negocios de su iglesia había sido sanado mientras escuchaba uno de mis mensajes grabados.  Este hombre era sordo de un oído.  Y cuando estaba escuchando mi enseñanza en esa grabación, ¡su oído sordo se abrió de golpe sin que nadie impusiera manos sobre él, ni orara por él!  Él solamente estaba escuchando las buenas nuevas cuando su oído se abrió.  Ahora, esto es a lo que llamo el poder de Dios para su salvación, sozo-andole a él, ¡haciendo plena su capacidad auditiva!
Mi amigo, estos milagros suceden no porque sigamos fielmente algún tipo de fórmula, sino porque escuchamos la predicación de las buenas nuevas, ¡y simplemente la creemos!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

Los milagros suceden cuando escuchamos la predicación de las buenas nuevas, ¡y simplemente la creemos!


domingo, 27 de marzo de 2016

La Razón Para La Resurrección

El cual [Jesús] fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación.
Romanos 4:25

La Biblia nos dice que Cristo fue entregado a causa de nuestros pecados y resucitado de la muerte para nuestra justificación.  Puede que tú ya sepas por qué Jesús murió por nuestros pecados, pero, ¿conoces el significado de Dios resucitándole de entre los muertos?
Permíteme darte una ilustración para ayudarte a comprender el significado de la resurrección de Jesús la sentencia fue. 
Digamos que estás viviendo en un país extranjero.  Un día, por casualidad rompes una regla importante en ese país.  Tú apelas al rey por misericordia.  Él dice: “Una regla es una regla.  Yo no puedo cambiar esa regla por ti.  ¿Qué dirían los otros acerca de mi integridad?  Sin embargo, si logras encontrar un sustituto para que tome tu castigo —tres meses en la cárcel— yo lo permitiré.”
Por la gracia de Dios, tú encuentras a un sustituto voluntario.  Él va a prisión en tu lugar y tú no lo ves durante algún tiempo.  Pasan los días, las semanas y los meses.
Ahora, ¿cómo o cuándo sabrías tú que tu crimen fue totalmente pagado?  ¿Cuándo podrías sentirte tranquilo con respecto a ese crimen?  ¡Será solo cuando veas a tu sustituto caminar libre de nuevo!  Cuando lo veas fuera de prisión, tú sabrás que completamente cumplida.  Tú sabrás que ahora estás justificado y que nadie puede presentar cargos contra ti, por tu antiguo crimen.  Ya no tendrás temor de que el rey o sus guardias vengan por ti, porque sabes que aquel que fue castigado en tu lugar, ahora camina libre.
Amado, Jesús, tu sustituto, pagó la deuda que tú no podías pagar.  En la cruz, Él llevó los pecados de toda tu vida.  Dios los puso todos en Jesús y luego Él castigó a Jesús por cada uno de esos pecados, hasta que Él estuvo completamente satisfecho.  Y debido a que Él estaba tan complacido con lo que Jesús había hecho, Él lo resucitó de los muertos.
Hoy, la tumba de Jesús permanece vacía.  ¡Él no está ahí porque Él ha resucitado!  Su resurrección y la tumba vacía, serán para siempre nuestra garantía de que hemos sido completamente justificados.  Tú ya no tienes que tener temor del juicio de Dios por tus pecados.  ¡Su justicia está de tu lado hoy!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

¡La resurrección de Jesús y la tumba vacía, serán para siempre nuestra garantía de que hemos sido completamente justificados!


sábado, 26 de marzo de 2016

Dios Nunca Te Dará La Espalda

… El mismo ha dicho: “Nunca te dejare ni te desamparare”.
1ª Juan 4:10

Por seis horas completas, el Hijo de Dios estuvo suspendido entre el cielo y la tierra.  Y al peso de Su sufrimiento en la cruz, Él clamó desde la oscuridad profunda: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mateo 27:45-46)
Por primera vez, Jesús se dirige a Su Padre como “Dios.”  El Padre había abandonado al Hijo.  Como Juez del Universo, Dios tuvo que darle la espalda a Su Hijo, quien estaba cargando la inmundicia de los pecados del mundo, porque Sus ojos son demasiado limpios para mirar el mal (Habacuc 1:13).
Si el Padre no le hubiera dado la espalda a Su Hijo, Él tendría que darte la espalda a ti ahora cuando tú clamas a Él en el momento de tu necesidad.  ¡Pero debido a que Jesús tomó tu lugar, ahora, tú puedes tomar Su lugar y encontrar siempre el rostro de Dios sonriendo!
Justo ahora, el rostro de Dios está sonriendo para ti.  Su rostro está brillando sobre ti.  Yo puedo pararme delante de ti y declarar: “El Señor haga resplandecer Su rostro sobre ti” (Números 6:25-26).  Y esto es porque Jesús pagó el precio para que Dios nunca te deje ni te abandone (Hebreos 13:5).
Como Juez, Dios le dio la espalda a Su Hijo.  Pero como Padre, Él lloró.  Su corazón se rompió porque Cristo nunca fue más complaciente para Él, como cuando estaba en la cruz.  El sufrimiento de Cristo fue un aroma fragante para el Padre (Efesios 5:2).
¿Recuerdas lo que Jesús dijo?  “Por eso el Padre Me ama, porque Yo doy Mi vida para tomarla de nuevo.” (Juan 10:17)  Si eres padre, amas a cada uno de tus hijos de igual manera.  Pero cuando uno de ellos hace algo especial para ti, por amor, eso toca tu corazón y solo quieres correr hacia él y abrazarlo.
Eso fue lo que pasó en la cruz, excepto que el Padre no pudo abrazar a Su Hijo.  En vez de eso, Él tuvo que darle la espalda a Su Hijo porque nuestros pecados tenían que ser castigados en el cuerpo de Su Hijo. 
Amado, cuando tú clames hoy al Padre por ayuda, debes saber que Él te escucha y ciertamente va a ayudarte.  ¡Debido a Jesús, Él nunca va a darte la espalda a ti!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

¡Debido a que Jesús tomó tu lugar en la cruz, el rostro de Dios está siempre sonriendo para ti!


viernes, 25 de marzo de 2016

Todo lo que Jesús Es Delante de Dios, Tú También Eres

Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.
2ª Corintios 5:21

Cuando un israelita ofrece un animal como ofrenda por su pecado, él pone su mano sobre este antes de matarlo (Levítico 4:1-4).  Al poner su mano sobre la ofrenda por pecado, sus pecados se transfieren al animal inocente.  El animal muere por sus pecados y él se va libre.
En contraste con esto, si la ofrenda es un holocausto, cuando el israelita pone su mano sobre el animal (Levítico 1:3-4), la belleza, dignidad y aceptación del animal sin defecto, se transfieren a él.  Dios acepta la perfección del animal sacrificado en su lugar, para hacer expiación por él.  Debido a que Dios acepta el holocausto ofrecido sin defecto, el ofrendante, ahora tiene derecho a estar delante de Dios.
¿Sabías que las dos ofrendas hablan de la ofrenda única que Jesús hizo de Sí Mismo cuando colgaba de la cruz?  Él es ambas ofrendas, nuestra ofrenda por pecado y nuestro holocausto —“Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros [como nuestra ofrenda por pecado], para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él [como nuestro holocausto]”.  En el momento en que pusiste tu fe en Él, solo por Su único sacrificio, tus pecados fueron transferidos a Él, y Su justicia fue transferida a ti.  ¡Esa es la gracia de Dios para ti!
Como nuestra ofrenda por pecado, Él se ofreció a Sí Mismo de una vez para siempre (Romanos 6:10).  La ofrenda por pecado nunca fue un ofrecimiento diario porque Dios no quería que Su pueblo viviera consciente de pecado.  Sin embargo, el holocausto era un sacrificio de la mañana y de la noche (2ª Crónicas 13:11), porque Dios quería que Su pueblo viviera consciente de su justicia.
Amado, Dios quiere que tú reclames diariamente a Jesús como tu holocausto, y digas: “Padre, te doy gracias porque Jesús es mi holocausto.  Todo lo que Jesús es delante de Ti –Su justicia, excelencia, belleza y perfección– han sido transferidas a mí.  Jesús tiene despejado Tu favor, así que yo disfruto Tu favor despejado en mi vida.  Jesús es la justicia de Dios, así que yo soy la justicia de Dios en Cristo.  Así como Él es delante de Ti, yo también soy.”
Ya que Jesús se convirtió en tu holocausto, lo que Él es para el Padre hoy, ¡tú también eres!   Eso es lo que significa estar en Cristo.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

Todo lo que Jesús es delante del Padre –Su justicia, belleza y perfección– han sido transferidos para ti.


jueves, 24 de marzo de 2016

Jesús, Nuestro Verdadero Cordero De La Pascua

... Cada uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa.
Éxodo 12:3
Los judíos alrededor del mundo, celebran la fiesta de la Pascua.  Esta fiesta, que ha sido guardada por generaciones, conmemora la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto (Éxodo 12:14).  La noche antes de que los israelitas dejaran Egipto, el destructor pasó sobre esa tierra matando a todo primogénito tanto de hombre, como de animal.  Solo aquellas casas marcadas con la sangre del cordero de la Pascua, fueron pasadas por alto.
Dios le había dicho a los israelitas: “Tomen un cordero, un cordero por cada casa.”  Era un cordero por cada familia.  Esto nos dice que el Señor Jesucristo, que es nuestro verdadero Cordero de la Pascua, ¡es para que todas las familias sean salvas!
Así que, tus hijos son bendecidos cuando tú recibes a Jesús.  Tu esposa o abuelos que no son salvos, son bendecidos también, porque Jesús es ahora el Cordero para toda tu casa.  Tus familiares que no son salvos, van a disfrutar las bendiciones de los que sí son salvos.  La Biblia dice que los que son santos, van a santificar a los que no son santos (1ª Corintios 7:14).  Si, ellos todavía van a necesitar recibir personalmente a Jesús como su Salvador, ¡pero Dios los ha marcado para salvación, porque tú eres salvo!
Ahora, cada casa tomó un cordero sin mancha, como dijo Dios.  ¿Por qué?  Porque el cordero tipifica a Jesús, el verdadero Cordero de Dios, que es libre de pecado.  Juan el Bautista, dijo de Jesús: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
El cordero fue muerto, y su sangre fue puesta en los dos postes y el dintel de la casa (Éxodo 12:7), de tal manera que habla de la cruz.  Hoy, el destructor tiene que pasar sobre cada familia que cree en la obra terminada de Jesús en la cruz y pone su fe en Su sangre, porque ya ha habido una muerte.  La sangre prueba esto –¡el Cordero inocente por la familia culpable!
Jesús también celebró la Pascua la noche antes de ser crucificado.  Pero El estaba instituyendo la Pascua mayor.  ¡Esta vez, no era liberación del Faraón y de Egipto, sino de Satanás y de su reino de tinieblas!  ¡No era liberación de la esclavitud en Egipto, sino de una vida de esclavitud al pecado, a una vida de libertad como hombres libres en Cristo!
Amado, Jesús, el Cordero de Dios, se sacrificó a Sí Mismo para hacerte libre.  ¡Y cuando el Hijo te hace libre, tú eres verdaderamente libre!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

El destructor tiene que pasar sobre cada familia que cree en la obra terminada de Jesús en la cruz y pone su fe en Su sangre.


miércoles, 23 de marzo de 2016

Convéncete A Ti Mismo, No A Dios

Porque decía: Si tan sólo toco Sus ropas, sanaré.
Marcos 5:28

Con una gran multitud a Su alrededor, Jesús fue tocado por muchas personas ese día (Marcos 5:31), pero solo el toque de una mujer provocó respuesta en Él.  Y su toque, desató sanidad instantánea en su cuerpo, liberándola de una enfermedad que la había atormentado durante 12 años.
¿Quieres saber cómo tocar a Dios y recibir el milagro que necesitas?
Cuando la mujer escuchó que Jesús venía a su aldea, se dijo a sí misma: “Si tan solo toco Sus ropas, sanaré.”  En el camino a ver a Jesús, ella probablemente se dijo a sí misma varias veces: “Si toco Sus ropas, sanaré.  Voy a ser curada.”  No sabemos durante cuánto tiempo ella se estuvo diciendo esto a sí misma, pero ella estaba convencida de que Jesús la sanaría.
Si tú estás enfermo, convéncete a ti mismo  que Jesús es tu sanador y que por Sus heridas tú eres sano.  No necesitas convencer a Dios.  No es Él quien necesita ser persuadido, ¡porque Su bendición ya está sobre ti!  Eres tú quien necesita ser persuadido de que Dios ya te ha dado tu milagro.  Esa es la razón por la que tú confiesas Su Palabra —para convencerte a ti mismo, no a Dios, para persuadir tu corazón, no el Suyo.
Algunas personas confiesan su fe a otros, para convencer a Dios indirectamente.  Por ejemplo, si están creyendo a Dios por sanidad, van por todos lados diciendo a sus amigos: “Yo estoy creyendo a Dios por sanidad.”  Ellos están realmente tratando de convencer o persuadir a Dios para que los sane.  Le están diciendo a Dios: “Le he dicho a muchas personas lo que estoy creyendo que recibiré de Ti.  Sería muy vergonzoso si Tú no haces que eso suceda.”  Su confesión procede de incredulidad y está siendo utilizada para manipular a Dios.
Está bien decírselo a otros si quieres, para que ellos puedan respaldarte en fe por tu milagro.  Pero no lo hagas para probarle tu fe a Dios y convencerlo.  Tú solo necesitas convencerte a ti mismo de que Dios te ama y que se deleita en bendecirte.  Di para ti mismo: “Por Sus heridas yo soy sano.  Yo no sufriré falta de ningún bien.  ¡Yo soy grandemente bendecido, altamente favorecido y profundamente amado!”  Y deja que Dios se haga cargo del resto.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

Eres tú quien necesita ser persuadido de que Dios ya te ha dado tu milagro.


martes, 22 de marzo de 2016

¿Habrá Algo Imposible Para Dios?

He aquí, Yo Soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para Mí?
Jeremías 32:27

¿Tienes algún problema creyendo que en el momento en que un pecador recibe a Cristo Jesús como su Señor y Salvador, es salvo?  Creo que dirás: “No.”
Entonces déjame preguntarte, ¿qué es más difícil para Dios (aunque en realidad sabemos que nada es difícil para Dios): Salvar un alma del infierno, o sanar un cuerpo enfermo?  Por supuesto que es “difícil” salvar a un alma del infierno porque Dios tuvo que enviar a Su Hijo a la cruz.
Así que, si Dios te ha dado ya el más grande milagro que puedas recibir, que es arrebatarte de las garras de la condenación eterna y darte vida eterna, ¿qué es para Él sanar tu cuerpo, salvar tu matrimonio, cambiar la rebeldía de tu hijo adolescente, o darte ese contrato de negocios?
Por lo tanto, no pienses que cuando te acercas a Dios con un dolor de cabeza, Él dice: “No hay problema,” pero cuando vienes a Él con cáncer, Él dice: “¿Cáncer?  ¡Wow!  No es tan fácil.  Esto es más problemático.  ¡Voy a necesitar más poder!”
¡No!  Puede parecer más difícil para nosotros, pero en cuanto a Dios, nada es imposible para Él, porque Él ha dicho: “He aquí, Yo Soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para Mí?” 
Este fue el caso de una miembro de nuestra iglesia, que estaba sufriendo de cáncer ovárico.  Después de que oré por ella, le dije: “Este cáncer no es un problema para Dios.  Solo cree que cuando Dios dice que nada hay imposible para Él, ¡es así!”  En cuestión de semanas, ella regresó con lágrimas en sus ojos, testificando que volvió al médico y él la declaró sana después de que no pudo encontrar ningún rastro de cáncer en ella.
Amado, si hay un milagro que necesitas, hay un milagro que vas a recibir.  Dios ya te ha dado el gran milagro de la vida eterna, así que, ¿cómo no te dará Él también todos los otros milagros menores?
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

¡Cuando Dios dice que nada es imposible para Él, es así!


lunes, 21 de marzo de 2016

No Hay Nada Que Esté Mal En Dios, Ni En Su Palabra, Ni En Mi

Toda tú eres hermosa, amada mía, y no hay defecto en ti.
Cantares 4:7

Algunas veces, cuando no recibimos nuestra sanidad, nuestro rompimiento, nuestra restauración o nuestro milagro de tener hijos, no podemos sino pensar que algo está mal en nosotros.  Nos decimos a nosotros mismos: “¡No hay nada que esté mal en Dios, nada que esté mal en la Palabra, así que, debe haber algo que está mal en mi!”  Mi amigo, si piensas que tu milagro depende de ti, entonces estás en tierra inestable.
En el antiguo pacto, vemos la carga “todo depende de mí,”  puesta sobre el hombre.  La parte de Dios era bendecir a Su pueblo, pero solo si ellos hacían su parte al obedecer todas Sus leyes.  Si ellos no hacían su parte, ellos no solo no serían benditos, sino que sobre ellos vendría maldición.
La mayor parte del tiempo, ellos terminaban bajo maldición, porque simplemente no podían cumplir todas las leyes de Dios.  Así que, Dios halló falla en ese pacto porque aunque Él quería bendecir al hombre, los pecados del hombre le hacían difícil hacerlo.  El hombre mismo era el punto débil.
En el nuevo pacto, el hombre no tiene una parte que cumplir, excepto creer y recibir.  El nuevo pacto de la gracia, fue establecido entre Dios el Padre y Dios el Hijo —ambos infalibles y más que capaces de guardar el pacto.
Dios el Hijo es el representante del hombre.  Jesús nos representa a ti y a mí.  Así que, en este pacto, lo mucho que podemos recibir de Dios depende de lo bueno que es nuestro representante y lo perfecta que es Su obediencia.  Por supuesto, Jesús es el Hombre perfecto, de obediencia perfecta.  Así que, ¡en Él nosotros estamos calificados para recibir todas las bendiciones de Dios!  Solamente necesitamos creer y recibir.
La sangre de Jesús fue derramada por la remisión de todos tus pecados.  Tú eres ahora la justicia de Dios en Cristo. (2ª Corintios 5:21)   Por Su sacrificio perfecto, Él te ha hecho perfecto para siempre. (Hebreos 10:14)  ¡No hay mancha en ti!
Hoy, el diablo no tiene derecho de decirte que tú no puedes ser bendecido porque hay algo malo en ti.  Así que, mientras estás esperando por tu milagro, di: “¡No hay nada que esté mal en Dios, nada que esté mal en la Palabra, y nada que esté mal en mi!  ¡Yo voy a recibir mi milagro!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Pensamiento Del Día

Por el sacrificio perfecto de Jesús por todos tus pecados, Él te ha hecho perfecto para siempre.