recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

viernes, 30 de noviembre de 2012

¡Levántate y Brilla!



Medite En

Porque todas las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.
1ª Corintios 1:20

Amado, a causa de la perfecta obra terminada de Jesús en la cruz, todas las promesas de Dios de provisión, protección y buen éxito son sí y Amén!  Medite en esta verdad inalterable.  Diga estas palabras en voz alta:
Yo declaro que soy especial a los ojos de Jesús, y Él me ama incondicionalmente. Yo tengo un destino maravilloso.  Jesús me ha equipado con dones, talentos y habilidades.  Hoy día, yo recibo la abundancia de la gracia y el regalo de la justicia para reinar en la vida.  Yo doy gracias porque Su favor me rodea como un escudo y abre puertas de oportunidades para mí.  Gracias a Jesús, yo seré la cabeza y no la cola, estaré por encima y no por debajo, seré el acreedor y no el deudor.  Yo no voy a sufrir escasez sino estaré rodeado de Su abundancia, Su sabiduría, Su paz y Su protección.
Gracias, Jesús, por Tu obra terminada en la cruz por mí.  Yo recibo una revelación fresca de Tu amor ahora mismo y Te agradezco que todo lo que toque mi mano será bendito!  Yo creo con todo mi corazón que soy grandemente bendecido, altamente favorecido y profundamente amado!  ¡Amén! 

Bendiciones,
Joseph Prince

 

jueves, 29 de noviembre de 2012

El Espíritu Convence De Justicia



Medite En

… Él convencerá al mundo de pecado, de justicia… de pecado, por cuanto no creen en Mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no Me veréis más.
Juan 16:8-10

Cuando fui salvo, siendo joven, recuerdo que justo después de rezar la oración del pecador, un consejero me preguntó: “¿Sabes lo que tienes dentro de ti ahora?” Le dije, “No.” Él dijo: “Una vez que eres salvo, tienes al Espíritu Santo dentro de ti.”
Luego, él me dijo: “El Espíritu Santo es la campanilla que hace ding-dong dentro de ti. Él está allí porque cuando hagas algo que no está bien, hará: “¡Ding-dong! ¡Ding-dong!”  Y a partir de ese momento, sentí como que siempre había alguien vigilándome, no para atraparme haciendo el bien, sino para atraparme haciendo el mal. Yo empecé a ver al Espíritu Santo como un criticón!
Estoy tan contento porque hoy lo entiendo mejor. El Espíritu Santo no es una “campanilla de ding-dong,” y ciertamente no es un criticón. El no convence a los creyentes de sus pecados. Por el contrario, Él convence a los creyentes de su justicia en Cristo!
Los versos de hoy nos muestran que el Espíritu Santo convence al mundo (no creyentes) de un pecado en particular – el pecado de no creer en Jesús. Nosotros, los creyentes no podemos ser convencidos de este pecado de incredulidad porque ya creemos en Jesús. De lo que el Espíritu Santo nos convence es de nuestra justicia. Dios nos dio el Espíritu Santo para recordarnos que somos justos en Cristo a causa de Su sacrificio.
Amado, agradezca a Dios por que el Espíritu Santo está en usted para convencerle de justicia. Cuando usted falla, Él es la voz cálida y alentadora que señala a la cruz y le dice: “La sangre de Jesús ha quitado este pecado. Tú sigues siendo justo.” Él le da la fuerza para ponerse en pie otra vez y seguir caminando con Dios. Y cuando usted comprende que es justo, usted vive una vida que honra a Dios! 

Bendiciones,
Joseph Prince

 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tenga Un Buen Concepto De Dios



Medite En

Sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.
Romanos 4:20

¿Cómo era Abraham fuerte en la fe?  Si nos fijamos en el verso anterior, dice que le dio la gloria a Dios. La palabra “gloria” significa “tener un buen concepto de.” Así que mientras él estaba esperando en Dios por su milagro, Abraham simplemente tenía un buen concepto de Dios. Él creía que Dios era un Dios fiel que lo bendeciría como lo había prometido.
Amigo, cada vez que piense en Dios, imagínelo con una sonrisa en el rostro. Véalo como alguien que le ama perfectamente y quiere ser bueno con usted. Tenga un buen concepto de Él.
Si usted lee o escucha un informe negativo, tenga un buen concepto de Dios y diga: “Dios, porque soy Tu hijo amado en Cristo, Tú nunca dejarás que esto me suceda. Podrán caer mil a mi lado y diez mil a mi diestra, pero a mí nunca se acercará” (Salmo 91:7).  Crea y hable positivamente acerca de Dios.
Las personas del mundo generalmente tienen un mal concepto de Dios. Ellos lo ven como un viejo juez, enfadado, que solo busca castigar a la gente.  Amado, usted está en el mundo pero no es del mundo (Juan 17:11, 14, 16).  Así que no piense y hable como la gente del mundo. Dios es su Padre celestial que le ama y quiere bendecirle. Así que considérelo bueno y fiel. Él se merece toda la gloria y se alegra cuando usted tiene un buen concepto de Él y confía en Su bondad para con usted! 

Bendiciones,
Joseph Prince

 
Salmo 91:7  Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.

Juan 17:11, 14, 16  11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros...  14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo…   16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.


martes, 27 de noviembre de 2012

Llévela Bajo La Gracia De Dios



Medite En

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Romanos 6:14

A causa de la cruz de Jesucristo, Dios es libre para bendecir en justicia a todos los que simplemente creen en Él. La cruz libera a Dios para ser misericordioso con nosotros, aun cuando no lo merecemos, porque Jesús llevó el castigo por nuestros pecados. Cuanto más usted crea esto y medite sobre esta verdad, tanto más usted se ubica bajo la gracia de Dios.
¿Qué pasa cuando usted está bajo la gracia de Dios? La Biblia nos dice que el pecado y todas sus consecuencias no tendrán dominio en su vida cuando usted está bajo la gracia de Dios.
Suponga que su médico le ha dicho que usted tiene un corazón débil. Vaya a Dios y dígale: “Padre, traigo mi corazón a Ti y lo pongo bajo Tu gracia.” Algo sucede cuando usted hace eso. La salud de su corazón ya no depende de lo que los especialistas han dicho, o de qué tan graves son los síntomas. No depende de su habilidad para hacer esto o aquello. Ahora depende del inmerecido y no ganado favor de Dios!
Amado, lleve cada área de su vida bajo la gracia de Dios. Una a una, llévelas todas bajo el vertedero de Su favor inmerecido. El enemigo todavía podría darle pensamientos negativos que causen que usted se preocupe acerca de un área específica. Si lo hace, sólo recuerde que esa área está bajo la gracia abundante de Dios! 

Bendiciones,
Joseph Prince 


lunes, 26 de noviembre de 2012

Engrandezca Al Señor



Medite En

Engrandeced al SENOR conmigo, y exaltemos a una Su nombre.
Salmos 34:3


Cuando damos gracias al Señor –cuando le alabamos y adoramos– estamos engrandeciéndole (Salmo 34:3).  ¿Por qué es esto importante?
Es porque muchas veces, cuando somos atormentados ​​por los problemas, tendemos a insistir tanto en ellos hasta que en nuestra mente se convierten en enormes monstruos peludos! Les damos tanto peso que olvidamos que el Señor es mucho más grande que todos los problemas del universo juntos.
Es por eso que en vez de ello necesitamos engrandecer al Señor (hacerlo grande en nuestra conciencia). Al darle peso a Su presencia y Su amor por nosotros, nuestras montañas se vuelven pequeñas. Al darle peso a Su poder para disolver problemas y obstáculos en nuestras vidas, lo que esos problemas y obstáculos pueden hacernos se convierte en insignificante a la luz de lo que el Señor puede y va a hacer por nosotros!
Entonces, amado, si usted tiene una enfermedad, engrandezca al Señor su sanador. Si usted está sufriendo escasez financiera, engrandezca al Señor a su proveedor. Cualquier temor que tenga de sus montañas, se disolverá en Su presencia, y usted encontrará Su sabiduría divina, fuerza y gracia para superarlos sobrenaturalmente! 

Bendiciones,
Joseph Prince