Medite En
Así, pues,
todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del
Señor anunciáis hasta que Él venga.
1ª Corintios 11:26
La
Comunión de la Santa Cena es un momento que tenemos para recordar a nuestro Señor Jesús y lo que Él ha consumado por nosotros con Su sacrificio (1 Corintios 11:24-25). Él llevó esos azotes para que podamos ser
sanados. En la cruz, Él tomó no sólo nuestros pecados, sino también nuestras
enfermedades y dolores (Isaías 53:4-5). Su sangre fue derramada para que nosotros
pudiéramos ser perdonados de todo pecado (Mateo 26:28).
Dios
quiere que recordemos “con frecuencia” lo que Jesús hizo. Su Palabra dice: “Así,
pues, todas las veces que comiereis
este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él
venga.” Los creyentes de la iglesia primitiva
tenía también la costumbre de participar
juntos de la Comunión de la Santa Cena, “partiendo el pan en las casas” (Hechos
2:46).
Así
que tome la Comunión de la Santa Cena con frecuencia. Si usted tiene una enfermedad
que es grave o de larga duración, le animo a tomar la Comunión diariamente. Esta
le da la oportunidad de proclamar la muerte del Señor y recordar Su obra consumada, todos los días. De hecho, sé de gente que es tan radical que toman
la Comunión tres veces al día. ¿Y sabe qué? Ellos obtienen resultados radicales!
Amado,
no se rinda ahora. Siga participando en fe. Usted se está haciendo más fuerte y
más saludable cada vez que la toma!
Bendiciones,
Joseph Prince
Joseph Prince
1ª Corintios
11:24-25 “24 y habiendo dado
gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es
partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también
la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí”.
Isaías 53:4-5 “4 Ciertamente llevó él
nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.
Mateo 26:28 “porque
esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de
los pecados”.
Hechos 2:46 “Y
perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas,
comían juntos con alegría y sencillez de corazón”.
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