recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

domingo, 30 de junio de 2019

El Poder De Mirar A Jesús


Medita En
Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.  (2 Corintios 3:18)
¿Cuál es el valor de mirar a Jesús?  ¿Cómo pone esto dinero en tu cuenta bancaria y comida en tu mesa?  ¿Cómo ayuda esto a tus hijos en sus estudios?  Los creyentes que me han hecho estas preguntas piensan que están siendo pragmáticos, pero no se dan cuenta que los milagros suceden cuando mantenemos nuestros ojos en Jesús.  Mira lo que le sucedió a un pescador llamado Pedro, quien fue uno de los discípulos de Jesús, en Mateo 14:22–33.  Cuando su bote estaba en medio de un lago, la cosa más práctica que un pescador experimentado podía hacer era quedarse en el bote.  ¡La ciencia dice que cuando salgas al agua, vas a hundirte!
Pero el mayor milagro que Pedro experimentó sucedió la noche en que a la voz de Jesús, salió de su bote en medio de una tormenta.  Esa noche, los vientos eran intensos, pero mientras Pedro mantuvo sus ojos en Jesús, hizo lo imposible —él caminó sobre el agua.  Jesús estaba caminando sobre el agua y cuando Pedro miró a Jesús, se volvió como Jesús e hizo algo sobrenatural.  La Palabra de Dios declara que “nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu”.
Amado, como Jesús es, así eres tú en este mundo.  Cuando mantienes tu enfoque en Jesús, tú eres transformado a Su imagen de gloria en gloria.  Tú eres transformado por contemplar, no por hacer.  Cuando veas que Jesús está por encima de las tormentas de tu vida, te levantarás por encima de esas tormentas sin esfuerzo.  Ninguna cantidad de esfuerzo propio podía haber ayudado a Pedro a caminar sobre el agua.  Cuando lo hizo, eso simplemente sucedió porque él estaba mirando a Jesús.
Permíteme compartir contigo el testimonio de una señora en nuestra iglesia.  Una mañana, ella fue a hacerse una mamografía y los médicos encontraron algunos bultos en su pecho.  Ellos le dijeron que regresara a la clínica por la tarde para poder realizar más pruebas y determinar si los bultos eran cancerosos.  Pero esta dama me había escuchado enseñar que así como Jesús es, así somos nosotros en este mundo, y tenía esta verdad fresca en su mente.  Entonces, antes de regresar a la clínica para la biopsia, ella escribió en su informe médico: “¿Tiene Jesús bultos en su pecho?  Así como Él es, así soy yo en este mundo”.  Esa tarde, ella fue a hacerse otros exámenes y ¿sabes qué?  Los médicos le dijeron que debió haber habido un error —¡ellos no pudieron encontrar los bultos!  ¿Sabes por qué?  Porque así como Él es, ¡así es ella también!
Acabas de ver el poder de mirar a Jesús, de contemplarlo.  Si tú crees que simplemente mirar a Cristo no es algo práctico, te estoy desafiando hoy para que veas que sí lo es.  De hecho, es la cosa más práctica que puedes hacer.  Mantén tus ojos en Jesús y te volverás más y más como Él —¡lleno de salud, fortaleza, sabiduría y vida!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

sábado, 29 de junio de 2019

Dios Puede Y Quiere

Medita En
Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante Él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra.  (Mateo 8:2–3)
Probablemente todos los cristianos creen que Dios tiene el poder para bendecir, sanar, proteger, prosperar y hacer que alguien tenga éxito.  Sin embargo, sabemos que no todos los cristianos creen que Dios quiere hacer todo eso por ellos.  Mateo 8:1–3 registra la historia de un leproso que acercó a Jesús porque quería ser sano.  Él dijo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”.  El leproso no dudaba del poder de Jesús para sanarlo, pero no estaba seguro de si Jesús quería sanarlo a él, que era un leproso que había sido excluido por todos.  En otras palabras, él creía en la omnipotencia de Dios, pero no estaba seguro de si el corazón de Dios tenía amor y favor inmerecido para él.  Estoy seguro de que conoces creyentes que son así.  Ellos pueden creer en el poder de Dios, pero no están seguros del corazón de Dios hacia ellos.  Saben que Dios puede, pero no están seguros de si Él quiere
Amigo, ¡no seas como ese leproso que malinterpretó completamente a Jesús!  Veamos cómo le respondió Jesús.  Esto es importante porque sería la misma respuesta que Jesús te daría si te acercaras a Él hoy.
Mateo 8: 3 registra que “Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero, sé limpio.”  ¿Puedes ver cuán personal es el ministerio de Jesús?  Él no tocó a cada persona que sanó.  Algunas veces, Él simplemente habló y los enfermos fueron sanados.  Pero en este caso, Jesús extendió Su mano y tocó al leproso con ternura.  Yo creo que Jesús hizo esto para sanarlo, no solo de su lepra, sino también de las cicatrices emocionales que él había recibido durante años de rechazo.
La lepra era una enfermedad altamente contagiosa y la ley prohibía que los leprosos entraran en contacto con el pueblo.  Esto significa que durante años, este leproso había sido rechazado por todos los que vieron su condición, incluso los miembros de su propia familia.  Él probablemente apestaba a carne en descomposición y a abandono, y su apariencia debe haber sido repulsiva.
Pero sin inmutarse, Jesús lo tocó, dándole el primer toque humano que tuvo desde que contrajo la enfermedad. La Biblia nos dice que de inmediato, su lepra fue limpiada y el hombre recibió su sanidad.
Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre. (Hebreos 13:8)  Cualquiera que sea el rompimiento de esa situación por el que estás creyendo en Él, Él te dice: “QUIERO”.  Ya no dudes de Su corazón que late de amor por ti.  ¡Deja de estar ocupado en descalificarte a ti mismo y déjate absorber completamente por Su amor y gracia (favor inmerecido) hacia ti!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

viernes, 28 de junio de 2019

¿No Hay Sufrimiento Para El Creyente?


Medita En
Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en Él, sino también sufrir por Él.  (Filipenses 1:29)
¿No hay sufrimiento en el cuerpo de Cristo hoy?  Querido lector, ninguna de las verdades de protección que se encuentran en la Palabra de Dios niega el hecho de que somos llamados y se nos ha dado el privilegio de sufrir persecución por causa de Su nombre, como lo dice el apóstol Pablo en la escritura de hoy.  Además, Pablo le dice a su discípulo, Timoteo: “Todo el que quiera vivir una vida de sumisión a Dios en Cristo Jesús sufrirá persecución”.  (2 Tim. 3:12, NTV)  Jesús Mismo dijo que aquellos que lo sigan a Él serán perseguidos por causa de Su nombre. (Mateo 10:22)  Ten en cuenta que esta persecución no implica enfermedades terminales, accidentes trágicos o muerte prematura.
Pero pastor Prince, ¿no era Job un hombre justo que experimentó un sufrimiento terrible?
He predicado un mensaje completo acerca de Job que puedes encontrar en mi Página Web y no es el objetivo de este devocional cubrir todo el espectro del sufrimiento de Job.  Sin embargo, por ahora, quiero que veas que lo que le sucedió a Job no es algo que te sucederá a ti que estás EN CRISTO hoy.  Verás, una de las quejas de Job fue esta: “Si tan solo hubiera un mediador entre nosotros, alguien que pudiera acercarnos el uno al otro”. (Job 9:33, NTV)  Ahora, lee estas poderosas palabras pronunciadas por Eliú en Job 33:23–24, que describen a este mediador: “Si hay un ángel que sea su mediador, uno entre mil, para declarar al hombre lo que es bueno para él, y que tenga piedad de él, y diga: ‘Líbralo de descender a la fosa, he hallado su rescate’”.
La descripción que Eliú hace de un mediador prefigura lo que 1 Timoteo 2:5–6 nos dice: “Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, quien Se dio a Sí Mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo”.  Job experimentó sus sufrimientos porque no tenía un mediador.  Pero hoy, tú y yo lo tenemos —en la persona de nuestro Señor Jesús, quien murió en la cruz para expiar nuestros pecados y nos hizo justos ante Dios.  Él se convirtió en nuestro rescate (la palabra hebrea para rescate proviene de la palabra raíz kaphar, que significa “hacer una expiación”).
Amado, la sangre expiatoria de Cristo canceló todos los derechos legales que el enemigo tenía contra ti y tu familia.  Y cuando tú recibes todo lo que Su sacrificio perfecto en la cruz consiguió para ti, tú ya no tienes que vivir con el miedo de ser como Job.  A diferencia de Job, tú tienes un mediador —Cristo Jesús.  ¡En Él tú puedes tener la esperanza de un futuro lleno de Sus promesas, bendiciones y protección! (Ver Sal. 23:6)
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

jueves, 27 de junio de 2019

Que Tus Ojos Sean Abiertos


Medita En
Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de Su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos, y cuál es la extraordinaria grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de Su poder.  (Efesios 1:18–19)
Quiero compartirles este testimonio de un pastor clave en nuestra iglesia.  Él y su esposa estaban planeando pasar unas cortas vacaciones en Hong Kong para celebrar su aniversario de bodas.  Habían puesto sus ojos en un hotel en particular en la ciudad.  Sin embargo, a pesar de lo mucho que lo intentaron, no pudieron conseguir una habitación allí.  Frustrados y decepcionados, no tuvieron más remedio que cambiar sus planes.
Poco tiempo después, ese hotel estaba en todos los periódicos.  Resultó que en la misma semana en la que ellos originalmente estaban planeando quedarse allí, se produjo un brote de una enfermedad mortal.  Alguien que se estaba alojando en el hotel había muerto de un virus altamente contagioso, lo cual provocó que el hotel fuera bloqueado.  Todos los huéspedes del hotel tenían que estar en cuarentena y se descubrió que algunos también habían contraído el virus.
Lo que inicialmente había sido una decepción para esta pareja resultó ser la mano protectora de Dios sobre ellos.  ¿Quién puede decir que los ángeles no estaban trabajando horas extras a favor de ellos, para frustrar sus planes de viaje y evitar que estuvieran en el lugar equivocado, en el momento equivocado?  Después de todo, el Salmo 91 promete que ninguna plaga se acercaría a su morada.
Amigo, yo oro, de acuerdo con las Escrituras de hoy, para que los ojos de tu entendimiento sean iluminados, para que puedas conocer las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos, y cuál es la extraordinaria grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos.  Oro para que, como Eliseo, tú seas capaz de ver más allá de lo que está en el reino natural y mires las legiones de ángeles que están preparados para ministrar para ti.  La Biblia nos dice que “las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. (2 Cor. 4:18)
Hoy, tal vez no veamos a los ángeles físicamente, pero sabemos que están aquí con nosotros.  El Señor ha prometido que Él nunca nos dejará ni nos abandonará. (Ver Heb. 13:5)  Él ha prometido que Su bondad y misericordia nos seguirán todos los días de nuestras vidas. (Ver Sal. 23:6)  ¡Nuestra confianza no está en lo que vemos sino en Sus promesas que son eternas, y a medida que depositas tu confianza en el Señor, oro para que tú experimentes cada bendición que el Señor Jesús compró para ti en la cruz del Calvario!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

miércoles, 26 de junio de 2019

Ángeles A Tu Alrededor


Medita En
Bendecid al Señor, vosotros Sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis Su mandato, obedeciendo la voz de Su palabra. Bendecid al Señor, vosotros todos Sus ejércitos, que le servís haciendo Su voluntad.  (Salmos 103:20–21)
Algunas personas tienen la impresión de que los ángeles parecen bebés pequeños vestidos con togas blancas, que vuelan con arcos y flechas.  El pasaje anterior nos dice que ellos son fuertes“poderosos en fortaleza”.  ¿Sabes lo fuerte que los ángeles pueden ser?  Cuando Senaquerib, el malvado rey de Asiria, sitió Jerusalén, Ezequías oró al Señor y el Señor envió a un ángel al campamento asirio.  Un sólo ángel.  En una noche, la Biblia nos dice que “el ángel del Señor fue al campamento asirio y mató a 185,000 soldados”. (2 Reyes 19:35, NTV)
Aquí hay algo más acerca de los ángeles: ellos “ejecutan Su mandato”.  Ellos no operan fuera de los límites de la Palabra de Dios.  Y hemos visto en los Salmos 91:11–12 que el Señor ha dado a Sus ángeles la orden de protegernos.  La versión Clásica Amplificada dice que Sus ángeles “te acompañarán y defenderán, y te preservarán en todos tus caminos”.  No sé a ti, ¡pero esto me da tanta seguridad de que estoy cubierto bajo Sus alas de refugio y protección!
La Palabra de Dios también nos dice que cuando el arcángel Lucifer cayó, un tercio de los ángeles cayó con él.  ¡Eso significa que dos tercios de los ángeles todavía están del lado de Dios!  Hebreos 12:22 nos habla de “miríadas de ángeles”.  Hay tantos ángeles que no pueden ser contados.  Puede que nosotros no podamos verlos, pero ellos están a nuestro alrededor, ministrándonos.  Así que, no seas uno de esos creyentes que son más conscientes de los demonios que de los ángeles.  ¡Recuerda, “los que están con nosotros son más que los que están con ellos”! (Ver 2 Reyes 6:16)
En el Jardín de Getsemaní, cuando los soldados romanos vinieron a arrestar a nuestro Señor, Él dijo: “¿O piensas que no puedo rogar a Mi Padre, y Él pondría a Mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles?” (Mateo 26:53)  De acuerdo con la traducción Amplificada, ¡doce legiones son más de 80,000 ángeles!  Todo lo que Jesús tenía que hacer era orar y esos ángeles serían activados.  Pero no lo hizo porque Él ya había elegido ir a la cruz y morir la muerte que nosotros merecíamos.
Él renunció a Su protección para que hoy, tú y yo podamos reclamar todas las promesas de Su protección.  Y como herederos juntamente con Cristo (ver Rom. 8:17), ¡cada uno de nosotros puede convocar a doce legiones de ángeles!  Oro por que seas alentado a medida que ves Su deseo de protegerte, así como Su provisión de protección angelical sobre tu vida.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

martes, 25 de junio de 2019

Destruyendo Fortalezas


Medita En
Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne; porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.  (2 Corintios 10:3–4)
Sea que lo sepas o no, existe una batalla por nuestras mentes.  El enemigo siembra mentiras y pensamientos negativos en nuestras mentes para desanimarnos y derrotarnos.  ¡Pero Dios nos ha dado un arma poderosa para vencer los juegos mentales del enemigo!
Al meditar en las promesas bíblicas que proclaman la verdad de Dios sobre tu vida, tú comienzas a ganar la batalla por tu mente.  No es una coincidencia que Jesús fuera crucificado en Gólgota, que en realidad significa “Lugar de la Calavera”. (Mateo 27:33)  Tu rompimiento debe comenzar en tu mente primero.
Esta batalla por tu mente no se libra externamente.  Nuestras armas en esta batalla no son físicas ni tangibles.  Nuestras armas son las armas que vienen por creer correctamente y son poderosas en Dios para derribar fortalezas que nos han mantenido atados.  Estas son fortalezas que solo pueden ser completamente derribadas porque estamos creyendo correctamente en la verdad de la Palabra de Dios.
El diablo solo puede sembrar los pensamientos equivocados en tu mente, ¡pero no puede controlar lo que tú crees!  Cuando tú comienzas a creer correctamente, cada mentira y pensamiento equivocado se derretirá como mantequilla en un día caluroso y soleado.  Las mentiras pueden encarcelarte y derrotarte solo en la medida en que tú no permitas que la verdad de Dios entre en tu situación para liberarte.  Escucha atentamente lo que dijo Jesús: “Si vosotros permanecéis en Mi palabra, verdaderamente sois Mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8: 31–32)  Lo que esto significa es que cualquiera que sea la fortaleza en la que te encuentras atrapado hoy, ¡la verdad de Jesús te liberará!
Las fortalezas son pensamientos equivocados y mentiras que se han perpetuado en tu mente durante semanas, meses o incluso años.  Estas creencias equivocadas arraigadas en tu mente hacen que vivas atado a adicciones y en un estado de miedo, culpa, ansiedad o depresión crónica.
La Palabra de Dios nos dice en términos inequívocos que la guerra tiene lugar en nuestras mentes y es ganada por nosotros “para la destrucción de fortalezas; destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios”. (2 Cor. 10:4–5)  El lugar donde el enemigo lanza sus ataques contra ti es en tus pensamientos e imaginación.  Yo creo que cuando te das cuenta de que existe una guerra por tu mente, y que es entre las creencias equivocadas y las creencias correctas, ¡tú ya has ganado la mitad de la batalla!  Sigue escuchando, sigue creyendo y sigue renovando tu mente con la verdad de la gracia y el amor de Dios para ti.  Y cualquiera que sea la fortaleza en la que estés atrapado hoy, ¡la verdad de Su Palabra te liberará!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

lunes, 24 de junio de 2019

Continúa En La Gracia De Dios


Medita En
Habiendo comenzado por el Espíritu, ¿ahora os perfeccionáis por la carne?  (Gálatas 3:3)
¿Cómo fuiste impactado por Jesús la primera vez?  ¿Fue a través de la ley o fue Su gracia en tu vida lo que tocó tu corazón?  Todos comenzamos nuestra relación con el Señor porque fuimos impactados por Su amor y gracia.  Continuemos entonces en esa gracia.
Pablo advirtió a los gálatas que no volvieran a la ley después de haber comenzado en la gracia.  Él dijo: “Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia [favor inmerecido] de Cristo, para seguir un evangelio diferente, que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo”. (Gálatas 1:6–7)  Pablo se toma esto muy en serio.  Él llama a cualquier evangelio aparte del evangelio de la gracia (el favor inmerecido de Dios), una perversión.  Intentar ser justificado por las obras de los Diez Mandamientos es una perversión del evangelio de Cristo.
Pablo le preguntó a la iglesia en Galacia a quemarropa: “…¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan insensatos sois? Habiendo comenzado por el Espíritu, ¿ahora os perfeccionáis por la carne [el esfuerzo propio]?” (Gálatas 3:2–3)  Pablo les estaba diciendo: “Ustedes comenzaron creyendo en Su gracia, ¿por qué están ahora dependiendo de sus obras?  ¡Eso es una tontería!  ¡Deberían continuar en Su favor inmerecido!”  Estas son palabras fuertes dichas por Pablo.  No comiences con la gracia y termines con la ley.  ¡No comiences con el nuevo pacto, solo para volver al antiguo pacto!  Hay quienes dicen que ellos no son justificados por la ley, pero creen que deben guardar la ley para santificación.  Amigo, tanto la justificación como la santificación vienen solamente de nuestra fe en la obra terminada de Jesús.
Cuando estás establecido en el nuevo pacto de la gracia, experimentas un tremendo sentido de confianza y seguridad en Cristo.  Cuando tu confianza está en Su favor inmerecido y no en tu comportamiento, dejas de sentir que estás constantemente saltando dentro y fuera de Su favor y aceptación.
Es desafortunado que algunos creyentes hayan vuelto a ponerse bajo el antiguo pacto sin darse cuenta.  Algunas veces, ellos sienten que Dios está de su lado, pero otras veces, sienten que Dios está lejos de ellos.  A veces, sienten que Dios está satisfecho con ellos, pero otras veces sienten que Dios está enojado con ellos.  Todos estos sentimientos se basan predominantemente en su propia evaluación de cómo ellos se han comportado, de cómo se sienten sobre sí mismos y no de cómo los ve Dios.  Debido a que no hay una base bíblica del nuevo pacto para tales evaluaciones, ellos terminan decidiendo arbitrariamente si merecen las bendiciones y el favor de Dios en sus vidas o no, cuando de hecho, ellos realmente tienen acceso a Sus bendiciones todo el tiempo, simplemente debido a Jesús y Su obra terminada en la cruz.  Hoy, piensa, habla y actúa sabiendo que no se trata de ti, ni de tus obras —se trata de Jesús y solamente de Él, ¡y sal a caminar en Sus bendiciones para ti!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

domingo, 23 de junio de 2019

Transformados Por El Amor Del Padre


Medita En
Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.  (1 Juan 2:15)
Como alguien que predica fuertemente el evangelio de la gracia, una de las preguntas más comunes que me hacen es esta:
Pastor Prince, ¿estás diciendo que todo es solo por gracia y que podemos vivir de la manera que queramos con total desprecio por Dios?  ¿Estás diciendo que no tenemos que servir al Señor?
Bueno, pregúntate esto: Cuando alguien se encuentra genuinamente con el amor, el favor y las bendiciones del Padre de una manera que es completamente inmerecida, ¿cómo crees que vivirá?
Toma un momento para ponerte en los zapatos del hijo pródigo de Lucas 15.  Después de todas las faltas que has cometido contra tu padre, él te ofrece una espléndida bienvenida llena de abrazos y besos.  Tú simplemente pasaste de estar muriendo de hambre, a estar vestido con una túnica limpia y fresca, y a usar el anillo de tu padre que te da la autoridad para emitir pagos en su nombre.  Y como si eso no fuera suficiente, tu padre invitó a todos los vecinos, mató al mejor becerro y está celebrando una fiesta de asados con música y bailes en tu honor.
Ahora, ¿te haría esto querer rebelarte contra tu padre otra vez y salir de casa para regresar a una pocilga asquerosa, a revolcarte en el lodo y alimentarte de cosas que nunca te satisfarán?  ¡Por supuesto que no!
Existe el gran malentendido de que los creyentes que luchan contra del pecado, que se entregan al pecado y que todavía están enamorados del mundo, lo hacen porque no aman a Dios lo suficiente.  A los creyentes se les dice que amen más a Dios, pensando que si las personas lo aman más, amarán menos al pecado y al mundo.
Pero Dios abrió mis ojos un día a la verdadera razón por la cual los creyentes aún se enredan con el pecado y el mundo.  Yo nunca escuché a nadie predicar esto antes, así que es algo fresco desde el cielo.  El apóstol Juan nos dice: “Si alguno ama al mundo el amor del Padre no está en él”. (1 Juan 2:15)  Nota que es el amor del Padre, no el amor al Padre.  Así que las personas que aman el mundo y están atrapadas buscando lo que el mundo da, son en realidad personas que no conocen o no creen en sus corazones el amor que el Padre tiene por ellos.
En vez de mensajes como “¡Tienes que amar más a Dios!”, lo que realmente necesitamos es más predicación que se trate del amor del Padre.  Ya que nunca se tratará de nuestro amor por Él, sino de Su amor por nosotros.
Amado, cuando las personas realmente conozcan y crean el amor del Padre por ellos, y lo tengan ardiendo en sus corazones, ya no querrán salir y vivir como el diablo.  Hay algo poderosamente transformador en la gracia.  Eso es lo que creer correctamente en el amor del Padre trae consigo.  Si tú has probado y saboreado la gracia de tu Padre celestial, nunca más querrás vivir en el desierto del pecado, lejos del abrazo del Padre.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

sábado, 22 de junio de 2019

Tú Eres Aceptado En El Amado


Medita En
Para alabanza de la gloria de Su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de Su gracia.  (Efesios 1:6–7)
La lectura de hoy nos dice que nosotros somos aceptados en Cristo, el Amado.  Y debido a que estamos en Cristo, ¡nosotros estamos agradando a Dios!
¡Pero Pastor Prince, yo no he hecho nada para complacer a Dios!
Tampoco Jesús.  En Marcos 1:9–11, Dios llamó a Jesús Su amado y dijo que Él le complacía, mucho antes incluso de que hubiera realizado un milagro o acto de servicio para Él.  Verás, Jesús complace tanto a Su Padre, no por lo que Él ha hecho, sino por lo que Él es.  ¿Lo comprendes?  Si no, por favor lee esa última oración de nuevo.
Jesús no tuvo que hacer nada ni lograr nada antes de que el Padre lo considerara amado y complaciente.  La buena noticia para ti y para mí hoy es que nuestro Padre en el cielo “nos hizo aceptos en el Amado” y “en Él tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de Su gracia.” (Efe. 1:6–7)
Esto es cierto para todos los creyentes en Jesús.  En el momento en tú lo recibiste a Él en tu vida, Dios Padre te hizo acepto en el Amado.
Sabemos que la palabra “Amado” aquí es en referencia a Jesús.  Entonces, ¿por qué Dios no dijo simplemente “acepto en Jesucristo”?
Es porque Dios quiere que tú seas consciente de que ahora eres parte de la familia y que eres amado por Él de la misma manera que lo es Jesús.  Además, la palabra “acepto” en el griego original es una palabra con un significado mucho más rico que lo que pudo transmitir la traducción al español.  Es la palabra charitoo y significa “altamente favorecido”.  Esta palabra se utiliza solo una vez más en la Biblia y es cuando el ángel Gabriel se le apareció a María y le dijo: “¡Salve, muy favorecida [charitoo]! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres”. (Lucas 1:28)
Por lo tanto, tú y yo no solo somos aceptados en el Amado, lo cual es fantástico, sino que también somos altamente favorecidos en el Amado, Jesucristo.  De hecho, el erudito griego Thayer dice que charitoo también significa que estamos rodeados de favor.  Es por eso que en mi iglesia nos gusta proclamar y declarar que nosotros somos altamente favorecidos, grandemente bendecidos y profundamente amados.  Esta es una declaración poderosa y un recordatorio importante de que no estamos solos y no tenemos que valernos por nosotros mismos en la vida.  Nosotros tenemos un Padre en el cielo que nos ama, nos favorece, nos protege y nos cuida a nosotros y a todos nuestros seres queridos.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

viernes, 21 de junio de 2019

Vivir Correctamente Es El Resultado De Creer Correctamente


Medita En
Pues como piensa dentro de sí, así es.  (Proverbios 23:7)
Al predicar la gracia a lo largo de los años, algunas personas me han preguntado esto: “¿No crees que nuestro comportamiento es importante?”  Les digo que nuestro comportamiento es importante, totalmente.  Pero también les digo que nuestro comportamiento como esposos, esposas, padres, estudiantes, empleados e hijos de Dios es el resultado de creer que somos justificados por la fe.  Digo esto una y otra vez, y nunca me cansaré de decirlo: Vivir correctamente es el resultado de creer correctamente.  Hay muchas personas predicando y enfocándose en vivir de la manera correcta.  Para ellos, vivir correctamente consiste en volverse más santos, temer más a Dios, hacer más obras, orar más, leer más la Biblia, servir más en la iglesia o dar más dinero para ayudar a los necesitados.  Pero amigo, cuando nos enfocamos solo en el comportamiento externo, estamos solo tratando con elementos superficiales.
Si bien una fuerte predicación sobre la santidad puede tener un efecto temporal en el comportamiento de las personas, esta no producirá un cambio duradero y permanente.  El cristianismo no se trata de la modificación del comportamiento.  Se trata de la transformación interna del corazón.  Así que, aferrémonos a las buenas enseñanzas que están llenas de Jesús y nuestra justificación por la fe en Él.  ¡Cuando estamos anclados en estos cimientos inquebrantables, nuestro comportamiento exterior se alinea con Su Palabra y comenzamos a producir frutos de justicia!
En caso de que haya algún malentendido, permíteme decirlo claramente en blanco y negro: Yo, Joseph Prince, odio el pecado y el mal vivir.  Como pastor de una iglesia local durante más de dos décadas, he sido testigo de primera mano de los efectos devastadores del pecado.  Éste destruye matrimonios, rompe familias, trae enfermedades y básicamente desgarra a una persona desde adentro hacia afuera.  Estoy del mismo lado que aquellos que predican contra el pecado y enseñan sobre la necesidad de vivir correctamente.  Sin embargo, en lo que difiero es en que yo creo que la solución para detener el pecado no se encuentra en enfocarse en vivir correctamente.  Se encuentra en creer correctamente.
¿Sabías que la Biblia nos dice por qué los creyentes carecen de cualidades para vivir correctamente como el autocontrol, la perseverancia y la bondad con los hermanos?  Dice en 2 Pedro 1:5–9: “… Porque el que carece de estas virtudes es ciego o corto de vista, habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados”.  ¡Wow!  Este versículo nos dice esencialmente que la razón por la que alguien no manifiesta estas cualidades de la vida correcta es porque ha olvidado que todos sus pecados han sido perdonados y que es justificado por la fe en Jesús.  Y habiéndolo olvidado, ésto no es algo que esta persona cree y de lo que está consciente, y afecta su comportamiento.
¡Así que comienza a creer lo correcto y vas a vivir de manera correcta!  Si ves que no estás viviendo correctamente algún área particular de tu vida —quizás esté luchando contra una adicción secreta— verifica lo que estás creyendo en esa área.  En algún momento creíste una mentira.  Pero hay buenas noticias: Cuando tú comienzas a ver y a creer que eres justificado en Cristo, cuando comienzas a confesar tu justicia por medio de Jesús en esa área de tu vida, tu rompimiento está a la vuelta de la esquina.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

jueves, 20 de junio de 2019

Se Consciente De Perdón


Medita En
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de Sus beneficios. Él es el que perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus enfermedades.  (Salmos 103:2–4)
No hace mucho tiempo, conducía para almorzar con mi esposa Wendy y por alguna razón, cada vez que ella hacía un comentario, yo estallaba irritado o respondía con una observación innecesariamente provocativa.  ¿Has tenido uno de esos días?
Cuando reflexioné sobre por qué estaba tan irritable, me di cuenta de que era porque en realidad me sentía culpable por un par de situaciones del día anterior.  No necesariamente había hecho algo malo, pero había permitido que un poquito de culpa se arrastrara hacia mi corazón e inconscientemente permití que la condenación entrara.
Amigo, cuando estás caminando bajo una nube de juicio, puedes convertirte en una persona realmente desagradable para estar cerca.  Confía en mí, sé de lo que estoy hablando.  Incluso si eres el autor de libros acerca de la gracia y el perdón de Dios, puede haber momentos en que la condenación se arrastra hacia tu corazón y tú estás completamente ajeno a ello.
Agradezco a Dios porque cuando Wendy me preguntó si había alguna razón para mi irritabilidad, Él me dio ese momento de claridad en donde pude ver la condición de mi corazón.  Y alabo a Jesús porque tengo una esposa con discernimiento y percepción, que no tomó mis comentarios personalmente y sabía que algo no estaba bien conmigo.  Recuerdo haberle dicho que me avisara la próxima vez que notara tal comportamiento de mi parte, porque es muy fácil caer en la condenación y culpa.
Cuando estás bajo culpa y condenación, puedes sentirte despreciable todo el día y todas tus respuestas tienen un aguijón en ellas.  Esa no es la vida abundante, ¿y tú sabes a dónde nos devuelve esto?  Nos lleva de vuelta a la necesidad de apropiarnos del sentido constante del perdón de Dios sobre nuestras vidas.  En lugar de aceptar y albergar toda la culpa, condenación y juicio, debemos mantenernos seguros en el perfecto perdón que tenemos en Jesús.
Hay una cualidad redentora en ser conscientes del perdón en lugar de ser conscientes de nuestras faltas, pecados y errores.  Cuando tú estás consciente del perdón y ves tus faltas en la cruz de Jesús, recibes el poder para romper tu irritabilidad, impaciencia y mal genio con los demás.  ¡Recibes el poder para salir de tus trastornos alimenticios, adicciones y ansiedades!  Cuando te das cuenta de que no merecemos el perdón y la gracia de Dios, pero Él nos los da de todas formas, esta revelación de Su favor inmerecido nos cambia desde nuestro interior.  Disuelve los nudos de enojo e impaciencia que hemos acumulado a lo largo de los años y nos libera para disfrutar del amor de Dios y mostrarlo a los demás.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

miércoles, 19 de junio de 2019

Vestido Con El Manto De Justicia


Medita En
En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se regocijará en mi Dios; porque Él me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto de justicia como el novio se engalana con una corona, como la novia se adorna con sus joyas.  (Isaías 61:10)
Después de haber predicado un mensaje sobre el amor del Padre en mi iglesia, un joven que había estado involucrado en muchas peleas de pandillas y que había estado dentro y fuera de la cárcel en numerosas ocasiones, pasó al frente para recibir a Jesús como su Señor y Salvador.  Él miró directamente al pastor de jóvenes y le preguntó sombríamente: “¿Puede Dios perdonarme por todos los errores que he cometido?”  El pastor de jóvenes lo afirmó diciendo: “En el momento en que tú pasaste al frente para recibir a Jesús en tu vida, tu Padre en el cielo te perdonó todos tus pecados y te hizo Su hijo.  En este momento, eso es lo que tú eres —Su hijo amado”.
Amigo, no importa cuántas veces has fallado, cuántos errores has cometido, ni cuán terribles crees que son tus pecados, el poder limpiador y la sangre de tu Salvador, Jesucristo, es mayor que todos ellos.  Dios hizo esta promesa para ti en Su Palabra: “Aunque tus pecados sean como la escarlata, Yo los haré tan blancos como la nieve.  Aunque sean rojos como el carmesí, Yo los haré tan blancos como la lana”. (Isaías 1:18, NTV)  Ese es el poder de la cruz en tu vida.  En el momento en que crees en Cristo, todos tus pecados son lavados de una vez por todas y tú eres hecho blanco como la nieve.  ¿Has visto cómo la nieve deslumbra a la luz del sol?  Así es como tu Padre en el cielo te ve en este momento, vestido con el reluciente manto de justicia.
Pero Pastor Prince, ¿qué he hecho yo para merecer este manto de justicia?
Consideremos al hijo pródigo.  ¿Qué hizo el hijo para merecer el abrazo del padre o la mejor túnica que el padre le ordenó a sus sirvientes traer para él? (Ver Lucas 15:22)  Absolutamente nada.
La “mejor túnica” es una imagen del manto de justicia con el que tu Padre celestial te vistió cuando tú recibiste a Jesús.  Este manto de justicia es un regalo gratuito.  Tú no puedes ganarlo, ni trabajar para recibirlo o merecerlo.  Es por eso que todo lo que escuchamos sobre lo que el padre hizo para darle la bienvenida a su hijo a casa, es una imagen de la asombrosa e incondicional gracia de nuestro Padre celestial.
Nuestra parte es simplemente creer en Su bondad y recibir de todo corazón la abundancia de la gracia y el regalo de la justicia de parte de Él, para reinar victoriosamente sobre cada área de derrota en nuestras vidas.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince