Medita En
Ella había oído de Jesús, así que se le acercó por detrás entre la
multitud y tocó Su túnica. Pues pensó: «Si tan solo tocara Su túnica, quedaré
sana». Al instante, la hemorragia se detuvo, y ella pudo sentir en su cuerpo
que había sido sanada de su terrible condición.
(Marcos 5:27–29, NTV)
Quizás, como la mujer
con el flujo de sangre que se menciona en los Evangelios (ver Marcos 5:25–34),
tú estás enfrentando una situación imposible en tu vida y no tienes esperanza. Podría ser una enfermedad que te está
debilitando, una situación en tu matrimonio, una crisis financiera o una situación
difícil que se ha prolongado. En lo
natural el futuro parece sombrío y no hay razón para tener esperanza. Si eres tú, te animo a creer que tú también puedes experimentar el tipo de rompimiento que
esta mujer experimentó.
Imagina esto: durante
doce largos años, ella había observado impotente cómo su condición iba de mal en
peor, sin importar lo que intentara. La
mayoría de nosotros nos habríamos rendido. ¿Cómo entonces encontró ella esperanza en medio de su desesperanza? ¿Qué le dio el valor para tener esperanza otra vez?
Yo creo que el secreto
de su fe puede encontrarse en estas
cinco palabras: “Ella había oído de Jesús”.
¿Y qué crees que fue
lo que ella escuchó acerca de Jesús? Esta
es una pregunta importante porque lo que sea que ella había escuchado, impartió
a su ser interior la audacia de la esperanza
y la confianza de las que habla la
Biblia. Y esto la impregnó de valor y tenacidad para arriesgarlo todo solo para tocar el borde de la túnica
del Señor. Ella sabía bien que las leyes
religiosas concernientes a las personas impuras, como ella, decían que ella podía
ser sometida a una humillación pública y muy posiblemente a violencia, si era reconocida.
Claramente ella no debe haber tenido ninguna duda en su corazón de que sería
completamente sanada en el momento en que tocara el borde de la túnica del
Señor, o no se habría arriesgado.
La Biblia no nos dice
exactamente lo que ella había escuchado acerca de Jesús, pero puedo decirte que
debe haber escuchado una historia tras otra de cómo Jesús sanaba a los enfermos en todos los lugares a donde iba; de cuán
bueno y amoroso era incluso con los
leprosos inmundos y los abatidos que se acercaban a Él. Lo que ella escuchó acerca de Jesús produjo en
ella una expectativa positiva y confiada
de bien, que podemos ver en lo que ella declaró: “Si tan solo tocara Su túnica, quedaré sana”. Esta esperanza resultó luego en una fe que no requería esfuerzo.
La fe se define en la Palabra de Dios como:
“la
confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos”… (Hebreos 11:1, NTV) En otras palabras, la esperanza que ella tenía
en la bondad de Jesús se convirtió en fe
y esta fe le dio el valor para empujar
entre la multitud y recibir su
sanidad de Jesús.
¿Qué estás escuchando tú
acerca de Jesús? Cuanto más escuches
acerca de Su bondad y gracia, más fe surgirá inconscientemente en ti para
recibir tu milagro.
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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