Medita En
Cuidará de Su rebaño como un pastor; en Sus brazos, junto a Su
pecho, llevará a los corderos, y guiará con suavidad a las ovejas recién
paridas. (Isaías 40:11, RVC)
Quiero mostrarles que
no hay detalles insignificantes en la Biblia, descubriendo verdades ocultas escondidas
en los nombres de las seis ciudades de refugio que se encuentran en Josué 20. Lee este pasaje conmigo y veamos lo que el
Señor tiene para nosotros: “Y ellos
separaron a Cedes en Galilea, en la
región montañosa de Neftalí, y a Siquem
en la región montañosa de Efraín, y a Quiriat-arba,
es decir, Hebrón, en la región montañosa de Judá. Y más allá del Jordán, al
oriente de Jericó, designaron a Beser
en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén, a Ramot en Galaad, de la tribu de Gad, y a Golán en Basán, de la tribu de Manasés.” (Josué 20:7–8)
Déjame darte el
significado de los nombres en orden de aparición. Cedes
significa lugar santo o santuario. En las ciudades de refugio, las personas
buscaban asilo en los santuarios. Luego
tenemos a Siquem, que significa hombro. Siquem, por cierto, es donde está el pozo de
Jacob. Nuestro Señor Jesús se encontró
con la mujer en el pozo en Siquem. José
fue enterrado en Siquem y su tumba todavía está allí. A continuación, tenemos a Quiriat-arba, que es
Hebrón. Hebrón significa amistad o
compañerismo, y es el lugar donde Abraham y Sara fueron enterrados. Luego, en el lado este del río Jordán, tenemos
a Beser, que significa fortaleza, seguido de Ramot, que significa altura o levantado. Terminamos con Golán, que significa regocijarse
o gozo.
Ahora, pongamos estos
nombres juntos para ver el mensaje para nosotros: Podemos encontrar un santuario
(Cedes) en los fuertes hombros del
Señor (Siquem), que Él ofrece en compañerismo
(Hebrón). Él es nuestra fortaleza (Beser) y Él nos levanta (Ramot)
por encima de todos nuestros problemas con gran regocijo (Golán).
¡Aleluya, toda la alabanza
y la gloria sean al Nombre que es sobre todo nombre! Los nombres de estas ciudades dibujan una impresionante
imagen de nuestro Señor Jesús, acercándose hacia donde nosotros estamos, y
ofreciéndonos Sus fuertes hombros cuando estamos atemorizados y cansados. ¡Qué hermosa imagen del Buen Pastor rescatando a Sus ovejas perdidas!
Amado, cuando hemos fallado
y estamos completamente agotados por las batallas de la vida, Él nos ofrece Sus hombros en compañerismo.
Él
es nuestro santuario. Él es nuestro lugar santo, en donde
estamos apartados del mundo. Cuando
respondemos a Su deseo de compañerismo y nos subimos a Sus fuertes hombros, Él nos levanta.
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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