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jueves, 30 de abril de 2020

El Sumo Sacerdocio De Jesús Es Para Siempre


Inspiración de Gracia
… Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.  (Hebreos 6:20)
Jesús es nuestro Sumo Sacerdote para siempre.  Este aspecto “para siempre” cambia la forma en que somos bendecidos y cómo recibimos nuestras bendiciones de Dios.  Como nuestro Sumo Sacerdote, Jesús nos representa ante Dios.  Dado que Su sacerdocio es según el orden de Melquisedec, que es un sacerdocio de justicia, Su justicia se convierte en nuestra justicia para siempre.  ¡Esto significa que nosotros somos justos para siempre ante los ojos de Dios!
Y debido a que Él nunca morirá, sino que continuará como nuestro Sumo Sacerdote para siempre, nosotros tenemos una justicia eterna, no simplemente una justicia que está hoy y ya no está mañana porque está basada en nuestras obras.  No, nosotros tenemos una justicia perpetua y eterna porque Jesús es nuestro Sumo Sacerdote para siempre.
Esto también significa que las bendiciones están perpetuamente sobre tu cabeza porque la Biblia dice que las bendiciones están sobre la cabeza de los justos (ver Proverbios 10:6), ¡y tú eres justo para siempre!
A diferencia del sacerdocio según el orden levítico, que bendice y maldice, el sacerdocio de Jesús según el orden de Melquisedec solo bendice.  No hay maldiciones, solo bendiciones —¡por siempre y para siempre!
Y debido a que Jesús es nuestro Sumo Sacerdote para siempre, las bendiciones no vienen a nosotros como gotas en forma intermitente, sino que corren sobre nuestras vidas como un río de flujo interminable.  Debido a que Él es nuestro Sumo Sacerdote para siempre, nosotros no podemos detener Sus bendiciones nunca.
Al ser nuestro Sumo Sacerdote para siempre, Jesús también toca las bendiciones que Él nos da con un efecto “para siempre.”  Él toca nuestras vidas y nosotros tenemos vida eterna.  Él toca nuestro ministerio y su impacto se vuelve eterno.  Y cuanto más veamos que Su sacerdocio tiene un efecto “para siempre,” más permanentes serán nuestras bendiciones.
Verdaderamente, no hay nada temporal en lo que Jesús nuestro Sumo Sacerdote hace.  No es un caso de estar bendecido hoy y maldecido mañana.  Las bendiciones que recibimos son seguras y constantes porque Jesús es nuestro Sumo Sacerdote hoy, mañana y para siempre.
¡Por lo tanto, alégrate porque Jesús tu Sumo Sacerdote cambió la forma en que tú eres bendecido a Su “para siempre”!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

Jesús Es La Satisfacción De Dios


Inspiración de Gracia
… Y el sacerdote lo quemará todo [todas las piezas del novillo] sobre el altar como holocausto; es ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor.  (Levítico 1:9)
Cuando Jesús estaba en la cruz, Él hizo más que solo morir por tus pecados.  Su sacrificio no solo eliminó tus pecados, sino que también te vistió con Su justicia y perfección.  Jesús se convirtió en la verdadera “ofrenda encendida.”
En el Antiguo Testamento, cada vez que alguien ofrecía una ofrenda encendida, la perfección del animal venía sobre él.  De la misma manera, cada atributo perfecto de Jesús, tu “ofrenda encendida” viene sobre ti cuando tú lo tomas a Él como tu Salvador.  ¡Y debido a que Dios te ve vestido de Cristo, tú tienes la misma aceptación y favor con Él que los que Jesús tiene!
Cuando a Jesús se ofreció en la cruz, el fuego de Dios mostró Sus perfecciones como un perfume para Dios.  En ese único sacrificio, la obediencia y la perfección de Jesús subieron como “aroma agradable para el Señor,” que es lo que se emite cuando la ofrenda es quemada.  Este “aroma agradable” habla de un sabor de descanso para Dios.  El sacrificio perfecto de Jesús le dio a Dios tanta satisfacción que Él descansó.
Tú también puedes descansar en el sacrificio perfecto de Jesús, sabiendo que lo que Él hizo, Él lo hizo por ti“Cristo también os amó y se dio a Sí Mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.” (Efesios 5:2)  Tú puedes descansar sabiendo que Dios Padre está satisfecho contigo porque el sacrificio de Su Hijo causó que Su corazón descanse en relación a ti.  Tú puedes descansar porque Jesús es la satisfacción de Dios en tu lugar.
Hoy, cuando vengas delante Dios, di: “Padre, yo te doy gracias porque Jesús es un deleite y una alegría para Ti.  Él satisface Tu corazón por completo.  Y lo que Él hizo, lo hizo por mí.  Debido a que Jesús te satisface grandemente, yo sé que Tú estás satisfecho conmigo.  Debido a que Jesús es tu deleite, yo también soy Tu deleite.  Debido a que Jesús te agrada tanto, yo sé que yo también te agrado.  Y debido a que Jesús es mi justicia y perfección, yo me mantengo justo y perfecto delante de Ti.”
Amado, cuando tú hablas de Cristo y de Su obra terminada, esto sube a Dios como un aroma de olor fragante, un sabor de descanso.  Y si Dios puede descansar en el sacrificio perfecto de Su Hijo, ¡tú también puedes!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

miércoles, 29 de abril de 2020

Mira La Bondad De Dios En Medio Del Mal


Inspiración de Gracia
… un ángel del Señor se le apareció a José en sueños, diciendo: “Levántate, toma al Niño y a Su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al Niño para matarle.  (Mateo 2:13)
Dios no juega un juego de contraataque con el diablo —el diablo hace algo malo, luego Dios interviene para sacar algo bueno de eso.  La verdad es que, cuando algo malo sucede, es el diablo reaccionando a algo bueno que Dios ya ha comenzado.  El Señor me dijo una vez: “Dile a Mi gente que si ellos quieren entender lo que Yo estoy haciendo, solo miren a lo que el diablo está haciendo y lo vean invertido.  Eso es lo que Yo estoy haciendo, multiplicado muchas veces.”
Yo veo esta verdad en la Biblia.  Cuando Cristo nació, se enviaron soldados para matar a todos los bebés menores de dos años en Belén.  Las personas de Belén han de ver visto solo el mal.  Pero hubo quienes, como María, estaban viendo la bondad de Dios.  ¡Ellos sabían que Dios había enviado un Salvador al mundo!  El asesinato de los infantes fue solo la reacción del diablo al regalo de la salvación que Dios había enviado.
El Señor me mostró que así era como nosotros debíamos ver la gripe aviar cuando ésta golpeó nuestra región no hace mucho tiempo.  Mientras yo reflexionaba sobre el significado de las aves, el Señor me mostró Mateo 6:26: “Mirad las aves del cielo, porque no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta.  ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?”
Si Dios cuida de las aves, ¡cuánto más cuidará de ti!  Así que, al atacar a las aves con enfermedades, el diablo está, en esencia, reaccionando a la provisión de Dios para Su pueblo.  En otras palabras, ¡él vio que la provisión de Dios ya había sido liberada sobre Su pueblo en gran manera!
Con cada nuevo virus que el diablo nos arroja, tú debes discernir que el diablo está tratando de pervertir y revertir lo que Dios ya está haciendo.  Entonces, tú sabrás que algo bueno va a salir de esto.  Verás, cada nueva cepa de virus nos dice que Dios ya ha enviado una nueva unción de salud para Su pueblo.  Y yo creo que Él también está enviando nuevos niveles de crecimiento económico para Su pueblo.  Así que no solo veas el mal.  ¡Mira lo bueno que Dios ya está haciendo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph 

martes, 28 de abril de 2020

Jesús, Tu Buen Pastor Y La Puerta


Inspiración de Gracia
Entonces Jesús les dijo de nuevo: “En verdad, en verdad os digo; Yo Soy la puerta de las ovejas.”  (Juan 10:7)
Jesús dijo que Él es “la puerta de las ovejas.”  ¿Qué es lo quiso decir?  Bueno, en el tiempo de Jesús, un redil no tenía una puerta que pudiera abrirse y cerrarse.  La puerta era solo una abertura del redil.  En este tipo de redil, después de que las ovejas habían entrado, el pastor dormía en la entrada.  El pastor se convertía, efectivamente, en “la puerta” del redil.
Cuando Jesús les dijo a Sus discípulos: “Yo Soy el buen pastor” (Juan 10:11), Él también les aseguró enfáticamente que Él era “la puerta de las ovejas.”  Él les estaba diciendo a ellos y a nosotros: “Dentro de Mi redil, Mis ovejas siempre están seguras, completamente protegidas y las mantengo cerca bajo Mis ojos vigilantes.”  Y como estoy justo a la entrada del redil, nada, ni siquiera el balido enmudecido de una de las Mías, puede escapar de Mis oídos.  Además, nada malo fuera del redil puede entrar y tocar a Mis ovejas sin pasar primero por Mí, porque Yo Soy la puerta de Mis ovejas.”
Entonces, cuando las luchas de la vida llaman a tu puerta y cuando el pánico amenaza con surgir dentro de ti, ¡mírate doblemente protegido!  Él es tanto el buen pastor como la puerta de Sus ovejas.  Como tu buen pastor, Él dio Su vida por ti para redimirte de la pobreza, la enfermedad y cualquier otra maldición.
Como tu puerta, Él mantiene fuera todo el mal del cual Él ya te redimió.  Debido a que Él derramó Su sangre por ti, tú estás cubierto y protegido dentro del redil por una puerta manchada con sangre.  El desastre, la destrucción y la muerte deben pasar de largo sobre ti y tu familia debido a Su sangre en tu puerta.  Recuerda que en la noche de la primera Pascua en Egipto, el destructor no pudo entrar en las casas de los israelitas debido a la sangre del cordero en sus puertas. (Ver Éxodo 12:13, 23)
Hoy, tú puedes vivir la vida sin problemas y sin miedo, sabiendo que Jesús, tu buen pastor y tu puerta, te protege y te preserva, a ti y a tu familia.  ¡Ningún mal te sucederá a ti ni a tus seres queridos porque Él es tu morada y refugio!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

lunes, 27 de abril de 2020

No Hay Defecto En Ti


Inspiración de Gracia
Toda tú eres hermosa, amada mía, y no hay defecto en ti.  (Cantar de los Cantares 4:7)
Jesús nos dice a Su novia: “Toda tú eres hermosa, amada Mía, y no hay defecto en ti.”  Pero nuestra respuesta a Él tiende a ser: “¿Yo?  ¿Todo hermoso y sin defecto?  ¡Tú no me conoces, Señor!”
¿Tú de verdad crees que Dios no te conoce?
Dios ve la realidad como nadie más la ve.  Él ve la perfección de la obra terminada de Su Hijo en tu vida.  ¡Mediante la ofrenda de Sí Mismo en la cruz, Jesús te ha hecho perfecto para siempre! (Ver Hebreos 10:14)  Tú has sido hecho la justicia de Dios en Cristo. (Ver 2 Corintios 5:21)  Y nunca encontrarás ningún defecto en esta justicia que Jesús murió para darte.
Así que, Dios quiere que tú te veas a ti mismo justo —todo hermoso y sin defecto en Cristo.  Todos los días, sé consciente de tu justicia en Cristo.  Di: “Yo soy la justicia de Dios en Cristo.  No hay ningún defecto en mí a quien Él ha perfeccionado con Su sangre.”  Cuando hagas esto, estarás honrando a Jesús y Su obra terminada.
Si eres consciente de tus pecados, entonces no estás honrando la obra de Cristo.  Tú puedes pensar que estás siendo humilde o santo al ser consciente de pecado.  ¿Pero sabías que la Biblia llama a la conciencia de pecado una “mala conciencia”?
Hebreos 10:21–22 nos dice que puesto que tenemos a Jesús como nuestro Sumo Sacerdote, “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia.”  ¿Qué quiere decir el escritor de Hebreos con “una mala conciencia”?  Si lees el principio del mismo capítulo, hallarás que él está hablando acerca de una “conciencia de pecado.” (Ver Hebreos 10:2)  Pablo la llama una “conciencia cauterizada.” (1 Timoteo 4:2)  La palabra griega para “cauterizada” aquí es kauteriazo, y significa llevar contigo perpetuamente una conciencia de pecado.
Así que no lleves contigo una mala conciencia o una conciencia cauterizada.  Tu vida de pecado ya ha sido castigada completamente en el cuerpo de Jesús en la cruz.  Se consciente, en cambio, de tu perfección y justicia en Cristo.  Debido a lo que Jesús ha hecho por ti, tú puedes declarar confiadamente: “¡Yo soy completamente hermoso y no hay defecto en mí!”
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

domingo, 26 de abril de 2020

No Te Preocupes Por Lo Perdido O Desperdiciado


Inspiración de Gracia
“Pero el padre dijo a sus siervos: «Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies; y traed el becerro engordado, matadlo, y comamos y regocijémonos».  (Lucas 15:22-23)
¿Qué dirías si tu hijo, a quien le has dado una gran herencia, llegara a casa gateando un día después de haber gastado todo su dinero en una vida desenfrenada?
En la parábola del hijo pródigo (ver Lucas 15:11-24), el padre no dijo una sola palabra acerca de lo que perdió o desperdicio, aunque su hijo realmente había desperdiciado su herencia en una vida desenfrenada.  El padre solo vio el regreso a casa de su hijo como una oportunidad para mostrarle cuánto lo amaba y devolverle lo que había perdido.
Como el padre en la parábola, el deseo de tu Padre celestial es abrazarte y mostrarte lo mucho que eres amado.  Y es Su gran placer, devolverte lo que habías perdido.
Tal vez has perdido algo recientemente o estás frustrado por algo que se desperdició debido a una mala decisión que tomaste.  Amigo, Dios no ve el resultado de lo perdido o desperdiciado de la forma en que tú lo haces.  Cuando vienes a Él con eso, Él lo ve como una oportunidad para devolverte lo que se había perdido o desperdiciado.
Incluso si, como el hijo pródigo, tú te sientes lejos de tu Padre celestial o sientes que lo has decepcionado, no te desesperes.  La verdad es que en el momento en que tú vienes a Él, Él inmediatamente te devuelve la túnica de honor para vestir tu desnudez, el anillo de autoridad para declarar tu posición de poder y dominio, y las sandalias en tus pies (que los sirvientes no usan), para reinstalarte en Su casa como hijo.
Él te hace estar seguro de nunca has perdido la posición de hijo.  Y Él celebra tu regreso a Él con la muerte de un ternero engordado porque tú eres Su hijo amado a quien Él atesora.
¡Amado, en la casa de tu Padre, tú no solo estás bajo Su completa protección, sino que también disfrutas de Su provisión inagotable y Su amor incondicional!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

sábado, 25 de abril de 2020

La Buena Vida Sin El Sudor


Inspiración de Gracia
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?  (Mateo 6:26)
La mayoría de las personas son de la opinión de que la buena vida no sucede sin trabajo arduo y toneladas de sudor.  Ellos creen que para alcanzar el éxito, tú primero debes tener un certificado educativo, una capacidad profesional determinada, un trabajo en particular y muchos años de trabajo arduo.  Yo tengo buenas noticias para ti: Dios tiene un camino mejor.
Todos debemos trabajar, pero el mundo quiere que tú creas que hay un proceso natural de siembra, cosecha y recolección, acompañado de espera, trabajo y estrés, antes de que la buena vida realmente llegue.  Pero Dios dice: “Mi gente no necesita pasar por este proceso natural para disfrutar de la buena vida porque ellos no pertenecen al sistema de este mundo.  ¡Ellos pueden operar desde Mi economía y Yo puedo darles la buena vida inmediatamente! ”
De la misma manera en que Dios alimenta a las aves que no pasan por el sistema del mundo de siembra, cosecha y recolección, ¡Él quiere y hará mucho más por ti!
Tu Padre celestial quiere que conozcas la generosidad que hay en Su corazón para ti y cuánto Él quiere que tú tengas éxito.  Un caso específico es lo que le sucedió a un miembro de la iglesia que creyó esta verdad.  Después de dejar su trabajo anterior, él confiaba en que Dios le proporcionaría uno mejor.  En solo cuatro meses, él se halló dirigiendo dos compañías.
Su nueva compañía de distribución no solo cerró un gran proyecto en Singapur, sino que también se convirtió en el principal distribuidor en el sudeste asiático de una línea popular de productos de los Estados Unidos.  Su segunda compañía, que brindaba servicios de consultoría, recibió dos proyectos de una empresa coreana y una de Hong Kong por una tarifa de consultoría de seis cifras en dólares americanos.
Hoy, Dios quiere que sepas que tú no eres del sistema del mundo.  Tú eres del reino de Dios —el mismo reino que alimenta a las aves que no trabajan duro, sino que simplemente confían en su Creador para toda la provisión de su vida.  Ten la confianza de que tú eres de más valor para tu Padre celestial, que las aves del cielo, y deja que Él le dé la buena vida sin el trabajo y el afán del mundo.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

viernes, 24 de abril de 2020

Deja Que Jesús Lave Tus Pies


Inspiración de Gracia
Pedro le contestó: “¡Jamás me lavarás los pies!”  Jesús le respondió: “Si no te lavo, no tienes parte conmigo.”  (Juan 13:8)
¿Puedes imaginar al Señor queriendo lavarte los pies?  Pedro no pudo.  Su reacción de sorpresa —“Señor, ¿cómo voy a dejar que Tú me laves los pies?”— Sería probablemente también la nuestra.
Quiero que noten lo que el Señor le dijo: “Pedro, si no te lavo los pies, no tienes parte conmigo.”  Lo que el Señor realmente le estaba diciendo a Pedro era: “Pedro, no puedes fluir conmigo, no puedes caminar junto a Mí en el ministerio, en el servicio y en la efectividad, si no Me dejas lavarte los pies.”  Pedro le dijo: “Señor, entonces [lávame] no solo los pies, sino también las manos y la cabeza.” (Juan 13:9)
Pero Jesús le respondió diciendo: “El que se ha bañado no necesita lavarse, excepto los pies, pues está todo limpio; y ustedes están limpios.” (Juan 13:10)
Una vez que aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, ¡somos completamente bañados y limpiados por Su sangre, de una vez para siempre!  Su sangre nos ha hecho perfectos para siempre (ver Hebreos 10:14), y solo necesitamos lavarnos los pies porque caminamos en el mundo y nuestros pies recogen polvo y suciedad, que nos hacen tropezar.
Pero, ¿cómo está Jesús lavándonos los pies hoy?  Efesios 5:25–26 nos dice que “Cristo amó a la iglesia y se dio a Sí Mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la Palabra.”
Nosotros, la iglesia, somos purificados por el lavamiento del agua con la Palabra.  Cuanto más nos coloquemos bajo la enseñanza ungida que revela a Cristo a través de la Palabra, más continúa esa limpieza.  Y a medida que nuestros pies son lavados, en lugar de tropezar, ¡caminaremos e incluso correremos!
Hoy, aunque está en lo alto y exaltado en el cielo, Jesús está vestido con una túnica con un cinto de oro alrededor del pecho. (Ver Apocalipsis 1:13)  Como un sirviente que usa su faja como una toalla para servir, Jesús quiere que nos sentemos y le permitamos servirnos —lavando nuestros pies con una revelación más profunda de Sí Mismo a través de Su Palabra.  ¡Amado, esto es lo que nos da la victoria en nuestro diario caminar!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

jueves, 23 de abril de 2020

Comienza A Usar Tu Medida De Fe


Inspiración de Gracia
… según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno.  (Romanos 12:3)
Como hijos de Dios, nosotros nunca debemos decir: “Yo no tengo nada de fe.”  Decir eso es decir que Dios es un mentiroso porque Su Palabra habla acerca de “la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno.”
¿Por qué, entonces, la fe de algunos parece ser más fuerte que la de otros?
Bueno, la fe es como los músculos.  Todos nacemos con una medida de músculos.  Pero algunos desarrollamos nuestros músculos mejor que otros.  Los físico culturistas, por ejemplo, ejercitan sus músculos de forma regular para hacerlos crecer fuertes.
De la misma manera, tu medida de fe crece cuando tú la alimentas y la usas.  Cada vez que tú escuchas o lees la Palabra de Dios, estás alimentando tu fe.  Cuando tú confiesas la Palabra de Dios y esperas que te sucedan cosas buenas, estás usando tu fe.  Y cuanto más la usas, más crece tu fe.
Así que usa tu fe.  Podrías comenzar con dolores de cabeza, por ejemplo.  Cuando tengas un dolor de cabeza, en lugar de correr como siempre directamente a los analgésicos, usa tu fe.  Pídele a Dios sanidad y confía en Él, y agradécele por la sanidad.
Ahora, no me malinterpretes, no hay nada de malo en tomar medicamentos.  Y si tú tienes que ir al médico, tampoco te sientas condenado.  Simplemente comienza a usar tu fe a un nivel con el que te sientas cómodo.  Si necesitas ir al médico, entonces ve con fe, orando: “Abba Padre, voy a ir al médico.  Te pido en el nombre de Jesús que le des sabiduría a este médico para que me dé un diagnóstico preciso.  Mi confianza no está en él sino en Ti.”
Y cuando tomes tu medicamento, no solo tomes las pastillas.  En fe, di: “Señor, santifica esta medicina,” luego tómala.  Esto es porque algunos medicamentos tienen efectos secundarios negativos.  Así que, cuando le pides a Dios que los santifique, Él bendice esa medicina.  ¡Y lo que se desarrollará en ti, crecerá y poseerá tu cuerpo hasta que esté demasiado extendido, es la salud divina!
Amado, Dios te ha dado una medida de fe.  ¡Comienza a usarla, creyendo que es esta medida de tu fe la que te hace tomar del poder inagotable de nuestro fiel y amoroso Dios!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

miércoles, 22 de abril de 2020

Cuando Es Más Bendecido Recibir


Inspiración de Gracia
… María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada.  (Lucas 10:42)
Si Jesús viniera a tu casa, ¿qué harías?  ¿Le pedirías que se siente y luego comenzarías a servirlo?  ¿O te sentarías y comenzarías a tomar de Él?  ¿Dejarías que Él te sirviera y te llenara?
Jesús entró en la casa de dos hermanas, Marta y María. (Ver Lucas 10:38)  Marta vio Su cansancio.  Ella sabía que Jesús había estado caminando muchas millas, que anduvo haciendo el bien, sanando a los enfermos y satisfaciendo las necesidades de la gente.  Obviamente, Él estará cansado, pensó, así que lo vio como alguien a quien debía cuidar.
María, sin embargo, vio más allá del cansancio externo de Jesús hacia Su divinidad.  Ella vio que Él era alguien de quien ella necesitaba tomar.  Y al hacer eso, ella lo hizo sentir como Dios —el Salvador que había venido a servirla y no a ser servido por ella. (Ver Mateo 20:28)  ¡Jesús incluso la elogió por elegir la mejor porción!
Nuestras mentes humanas simplemente encuentran eso difícil de creer.  Algunas personas me dicen: “Pero pastor Prince, la Biblia dice que es más bendecido dar que recibir.” (Ver Hechos 20:35)  Cuando se trata del hombre, eso es cierto.  Pero cuando se trata de Dios, Él quiere dar.  De hecho, a menos que tú aprendas a recibir de Dios, no tendrás nada que darle al hombre.
¿Qué hermana le dio a Jesús el banquete más dulce y lo llenó?  ¿Marta, que estaba ocupada preparando comida para Él?  ¿O María, que se quedó quieta y se tomó de Él profundamente?  Fue María.  Ella hizo que Jesús se sintiera en Su gloria divina.  Ella permitió que Jesús fuera el dador, que fuera Dios.
Al igual que Marta, nosotros siempre invertimos los roles.  De alguna manera pensamos que Dios necesita nuestro servicio, pero en realidad, Él quiere llenarnos primero.  Los oídos y el corazón de María eran más preciosos para Jesús que las manos y los pies de Marta.
Nosotros usamos nuestros oídos y corazones para tomar de Jesús.  Usamos nuestras manos y pies para servirle, y hay un lugar para eso.  Pero nuestra percepción y apreciación de la plenitud divina de Dios son más valiosos para Él que todo el servicio que podemos entregarle.  Y cuando tú tomas de Él, no puedes evitar convertirte en un gran dador y servidor.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

martes, 21 de abril de 2020

Busca Primero El Reino De Dios


Inspiración de Gracia
Por tanto, no os preocupéis diciendo: «¿Qué comeremos?» o «¿qué beberemos?» o «¿con qué nos vestiremos?». Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.  (Mateo 6:31-33)
Como hijo de Dios, es importante que sepas que para tu Padre es un placer satisfacer todas tus necesidades.  Jesús Mismo nos dice: “Vuestro Padre celestial sabe que necesitáis todas estas cosas.”  Pero Dios no quiere que tú vayas tras las cosas.  Él quiere que primero vayas tras Su reino.  ¡Y cuando hagas eso, todas las cosas que necesitas se te añadirán!
Entonces, tu primera prioridad todos los días debe ser buscar Su reino.  La palabra “primero” en el versículo 33 es la palabra griega protón, que significa “primero en orden o importancia, ocupando el lugar más alto en todos nuestros afectos.”  Amigo, Dios quiere que nosotros busquemos primero Su reino, y todas las cosas caerán gloriosamente en su lugar.
Nosotros no debemos buscar las cosas como lo hacen los gentiles.  La palabra “buscar” en “los gentiles buscan” (versículo 32), es la palabra griega epizeteo.  Significa “buscar con todas sus fuerzas con mucho sudor o con mucho estrés.”  Sin embargo, la manera en la que Dios quiere que “busquemos” en “buscar primero el reino de Dios” es la palabra griega zeteo, que significa “tener hambre, desear adorar.”  Es simplemente un hambre, un deseo por el reino de Dios, sin ningún trabajo o esfuerzo.
¿Pero qué es el reino de Dios?  Romanos 14:17 nos dice que es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.  Y el reino de Dios habita dentro de ti porque el Espíritu Santo mora en ti.  Entonces el reino de Dios es Su justicia, Su paz y Su gozo en ti.
Amado, si quieres tener paz y gozo en el Espíritu Santo que fluye dentro de ti, busca cada día ser consciente de tu justicia en Cristo, no de tu propia justicia, sino de Su justicia que te fue dada como un regalo.  Persigue a Jesús primero.  Pasa tiempo con Él y escucha Su Palabra.  Y cuando haces estas cosas, estás buscando Su reino y Su justicia, ¡y todas las cosas que necesitas te serán añadidas!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

lunes, 20 de abril de 2020

Cuenta Con El Perdón De Dios


Inspiración de Gracia
… Ya que los adoradores, una vez purificados, no tendrían ya más conciencia de pecado.  (Hebreos 10:2)
¿De qué eres más consciente hoy?  ¿De tus pecados o del hecho de que has sido perdonado?  Amigo, no vivas consciente de tus pecados.  En cambio, sé consciente de Jesús y de Su obra terminada.  El Cordero de Dios ha quitado de ti todos tus pecados en la cruz, ¡así que cuenta con el hecho de que tú eres un hijo de Dios perdonado!
No importa lo que haya sucedido o lo que hayas hecho, Dios quiere que tú sepas que debido a la obra terminada de Su Hijo, Él será misericordioso con tu injusticia, y no recordará más tus pecados ni tus iniquidades. (Ver Hebreos 8:12)
Es por eso que tú no debes vivir consciente de tus pecados.  De hecho, cuando tú eres consciente de pecado, el diablo te trae condenación, y cuanto más la recibes y te condenas a ti mismo, más implacable te haces contigo mismo y con los demás.
Un pastor amigo compartió conmigo que cuando una mujer que tenía cáncer en su rostro, pidió oración por sanidad, el Señor le reveló a él que era el odio a sí misma lo que le impedía recibir su sanidad.  Ella no podía perdonarse a sí misma y estaba llena de autocondenación.
Cuando se dio cuenta de su problema, ella tomó en cuenta el hecho de que Dios fue misericordioso con su injusticia y que ella era perdonada.  Ella recibió el amor de Dios.  Luego, justo ante los ojos del pastor, su rostro cambió completamente —¡ella recibió su sanidad en ese mismo momento!
Algo sucede cuando tú crees que eres perdonado. Es por eso que Dios te dice: “Quiero que tú creas que todos tus pecados Yo no los recordaré más.  Quiero que creas que tú eres Mi hijo disfrutando de Mi misericordia y que siempre puedes contar con Mi perdón.”
Amado, recuerda que Jesús ya pagó por todos tus pecados en la cruz.  Y mientras más cuentes con el hecho de que tú tienes el perdón del Padre y que Él no te condena debido a la obra terminada de Jesús, más control perderá sobre ti el pecado y sus efectos — enfermedad, odio, escasez, etc.  ¡Vas a hallarte de pronto caminando en una mayor medida de la gracia y las bendiciones de Dios!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

domingo, 19 de abril de 2020

No Mires Dentro Del Arca


Inspiración de Gracia
Él Mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.  (1 Juan 2:2)
En la película, Los Cazadores Del Arca Perdida, las personas que intentaron mirar dentro del arca cayeron muertas.  ¿Qué había dentro del arca que traía juicio a quienes lo miraban?
La Biblia nos dice que el arca contenía las dos tablas de los Diez Mandamientos, la urna de oro con el maná y la vara de Aarón que retoñó. (Ver Hebreos 9:4)  Estos artículos eran muestras de la rebelión del hombre.  Las dos tablas de los Diez Mandamientos representaban el rechazo del hombre a los estándares de Dios.  El maná representaba el rechazo del hombre a la provisión de Dios, y la vara de Aarón, el rechazo del hombre al sacerdocio designado por Dios.
Dios no quería mirar estas señales de rebelión.  Él quería ser misericordioso con Su pueblo, por lo que les ordenó colocar los artículos en el arca y cubrir el arca con Su propiciatorio, que también es el lugar donde se rociaba la sangre de los sacrificios de animales.
Una vez al año, en el Día de la Expiación, el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo para rociar en el propiciatorio la sangre del animal que había sido sacrificado.  Los dos querubines en el propiciatorio se erigían como guardianes de la justicia y santidad de Dios.
También representando los ojos de Dios, ellos miraban hacia la sangre en el propiciatorio.  Mientras la sangre estaba allí, toda la nación de Israel era perdonada.  El juicio de Dios pasaba sobre ellos y ellos eran bendecidos durante otro año. (Ver Levítico 16)
¡Hoy, la sangre rociada en el propiciatorio no es sangre de toros y cabras, ¡sino la sangre preciosa y eterna del Hijo de Dios! (Ver Hebreos 9:12)  Jesús es nuestro “propiciatorio” porque “Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por el mundo entero.”  La palabra “propiciación” en el texto griego original es la misma palabra que “propiciatorio.” (Ver Romanos 3:25, Hebreos 9:5)
Amado, Dios no mira tus pecados llevando una cuenta en tu contra porque Él mira la sangre de Su Hijo.  Él mira la obra perfecta de Su Hijo que lo ha satisfecho en gran manera.  Dios tampoco quiere que tú mires tus pecados.  Él no quiere que tú mires dentro del arca al enfocarte en tus pecados.  ¡Él quiere que te enfoques en Cristo y en Su obra terminada!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince