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jueves, 30 de abril de 2020

El Sumo Sacerdocio De Jesús Es Para Siempre


Inspiración de Gracia
… Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.  (Hebreos 6:20)
Jesús es nuestro Sumo Sacerdote para siempre.  Este aspecto “para siempre” cambia la forma en que somos bendecidos y cómo recibimos nuestras bendiciones de Dios.  Como nuestro Sumo Sacerdote, Jesús nos representa ante Dios.  Dado que Su sacerdocio es según el orden de Melquisedec, que es un sacerdocio de justicia, Su justicia se convierte en nuestra justicia para siempre.  ¡Esto significa que nosotros somos justos para siempre ante los ojos de Dios!
Y debido a que Él nunca morirá, sino que continuará como nuestro Sumo Sacerdote para siempre, nosotros tenemos una justicia eterna, no simplemente una justicia que está hoy y ya no está mañana porque está basada en nuestras obras.  No, nosotros tenemos una justicia perpetua y eterna porque Jesús es nuestro Sumo Sacerdote para siempre.
Esto también significa que las bendiciones están perpetuamente sobre tu cabeza porque la Biblia dice que las bendiciones están sobre la cabeza de los justos (ver Proverbios 10:6), ¡y tú eres justo para siempre!
A diferencia del sacerdocio según el orden levítico, que bendice y maldice, el sacerdocio de Jesús según el orden de Melquisedec solo bendice.  No hay maldiciones, solo bendiciones —¡por siempre y para siempre!
Y debido a que Jesús es nuestro Sumo Sacerdote para siempre, las bendiciones no vienen a nosotros como gotas en forma intermitente, sino que corren sobre nuestras vidas como un río de flujo interminable.  Debido a que Él es nuestro Sumo Sacerdote para siempre, nosotros no podemos detener Sus bendiciones nunca.
Al ser nuestro Sumo Sacerdote para siempre, Jesús también toca las bendiciones que Él nos da con un efecto “para siempre.”  Él toca nuestras vidas y nosotros tenemos vida eterna.  Él toca nuestro ministerio y su impacto se vuelve eterno.  Y cuanto más veamos que Su sacerdocio tiene un efecto “para siempre,” más permanentes serán nuestras bendiciones.
Verdaderamente, no hay nada temporal en lo que Jesús nuestro Sumo Sacerdote hace.  No es un caso de estar bendecido hoy y maldecido mañana.  Las bendiciones que recibimos son seguras y constantes porque Jesús es nuestro Sumo Sacerdote hoy, mañana y para siempre.
¡Por lo tanto, alégrate porque Jesús tu Sumo Sacerdote cambió la forma en que tú eres bendecido a Su “para siempre”!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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