Inspiración de Gracia
Entonces dijo el Señor a Moisés: “¿Por qué clamas a Mí? Di
a los hijos de Israel que se pongan en marcha. Y tú, levanta tu vara y extiende
tu mano sobre el mar y divídelo…” (Éxodo 14:15-16)
El problema con el cuerpo de Cristo hoy no es que no estamos
orando. Estamos orando. Pero muchos de nosotros oramos oraciones
desesperadas. Estamos orando: “Dios,
ayuda... Dios, por favor... ¡Dios, haz algo con mi problema!”
Si has sonreído un poco, lo más probable es que conozcas esas
oraciones y puede ser que hayas orado un par de ellas tú mismo. Amigo, Dios no quiere que tú ores oraciones de
súplica todo el tiempo. Él quiere que tú
uses la autoridad que Él te ha dado para orar oraciones poderosas, para ordenar
con valentía y para “extender tu mano”
y ver los milagros suceder.
Cuando Moisés se paró frente al Mar Rojo con el ejército de
Faraón persiguiéndoles, la Biblia nos dice que él clamó a Dios. Pero Dios le dijo: “¿Por qué clamas a Mí?”
Hay un momento para que clames a Dios y hay un momento para que tú
uses tu autoridad. Dios le dijo a
Moisés: “Di a los hijos de Israel que se
pongan en marcha. Y tú, levanta tu vara y extiende tu mano sobre el mar y
divídelo…”
La “vara” que tú tienes hoy es el nombre de Jesús. Cuando tú ordenes en el nombre de Jesús, tu “mar”
se abrirá y tú vas a pasar por en medio del mar, sobre tierra seca.
¿Te das cuenta de que Jesús no dijo: “Ve y ora por los enfermos”?
Él dijo: “Ve y sana a los enfermos.” (Mateo 10:8) Así que deja de suplicar y preguntar todo el
tiempo, y comienza a usar la autoridad que tú tienes en Cristo.
Jesús le dijo a la iglesia: “Toda
autoridad Me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Ve, pues...” (Mateo 28:18–19)
Amigo, Dios quiere que tú vayas y uses la autoridad que Él te ha dado. Y a medida que avances, ¡los milagros fluirán!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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