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miércoles, 8 de abril de 2020

Dios Es Tu Fortaleza


Inspiración de Gracia
Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de Su fuerza.  (Efesios 6:10)
Cuando tú dices: “Señor, yo puedo resolver este problema por mí mismo,” Dios dice: “Está bien, hazlo.”  Pero cuando tú dices: “¡Ayúdame, Señor!  Te necesito.  No puedo hacer esto solo,” Dios dice: “Esta bien, Yo he estado esperando que dijeras eso.  Tú no puedes, pero Yo puedo.  ¡Ahora obsérvarme!”  Así es como Dios es —Él disfruta cuando tú dependes de Él.
Verás, cuando crees que eres fuerte y que no necesitas a Dios, Él no puede ayudarte.  Pero cuando lo necesitas y lo buscas, Él no te deja débil e indefenso.  Él se acerca a ti y se convierte en la fortaleza de tu vida.  Él se convierte en el rompimiento que tú necesitas.
Un miembro de la iglesia que tenía el hábito de fumar se acercó a mí un día y me dijo: “Pastor Prince, por favor ore para que Dios me ayude.  Quiero dejar mi hábito de fumar.”
Yo simplemente le dije: “Tú no puedes, pero Dios puede.”
Él respondió: “Sí, yo sé que no puedo.  Pero con la ayuda de Dios, yo voy a disciplinarme y voy a hacer todo lo posible para dejar ese hábito.”
Yo le dije: “No, tú no puedes, pero Dios puede.”  Le repetí esto varias veces hasta que Él se dio cuenta de que no era su autodisciplina o fuerza de voluntad lo que lo ayudaría a superar su hábito de fumar, sino el poder de Dios.  Él finalmente comprendió que la verdadera liberación de este hábito destructivo no vendría por su propia fortaleza, sino por “[ser] fortalecido en el Señor y en el poder de Su fuerza.”
Cuando volví a verlo unas semanas más tarde, él me dijo: “Pastor Prince, desde ese día, yo ni siquiera intenté dejar de fumar.  Sin embargo cada vez que encendía un cigarrillo, yo le decía a Dios: “Señor, yo no puedo, pero Tú puedes.”  ¡Entonces un día, ese deseo desapareció!  ¡Jesús me liberó completamente de mi esclavitud a la nicotina!  Este hombre experimentó una verdadera liberación, no solo una forma externa de disciplina y fuerza de voluntad.
Así que, cuando tú dices: “Yo puedo hacer algo al respecto,” es porque sigues confiando en tu fortaleza humana.  Pero cuando le dices a Dios: “Yo no puedo, pero tú puedes,” estás aprovechando tu verdadera fuente de fortaleza —Jesús.  ¡Y mientras descansas en Su fuerza, tú vas a ver Su poder manifestándose en tu vida!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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