Medita En
”Y habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus
hijos y los hijos de tus hijos, tus ovejas y tus vacas y todo lo que tienes.
Allí proveeré también para ti, pues aún quedan cinco años de hambre, para que
no pases hambre tú, tu casa y todo lo que tienes.” (Génesis 45:10–11)
En la historia de José
en el Antiguo Testamento, después de que José se reveló a sus hermanos, él les
dice que regresen con su padre y le digan: “...
ven a mí, no te demores. Y habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí,
tú y tus hijos y los hijos de tus hijos, tus ovejas y tus vacas y todo lo que
tienes”. (Gén. 45: 9–10) El nombre “Gosén”
significa “acercarse”. Dios quiere que tú estés en “Gosén”, que es un
lugar de cercanía a Él, y no hay un lugar más cercano a Él que estar en el Amado. (Ver Efe. 1:6) El amoroso corazón de Dios no está satisfecho
con solo quitarte tus pecados. No, Él
quiere más. Él te quiere en Su presencia.
¡Él te quiere en el lugar en donde Él
puede derramar el abundante amor de
Su corazón sobre ti!
Cuando te acercas a Jesús,
disfrutas de protección divina. En los últimos años, nuevas cepas de virus
mortales han ocupado los titulares. Pero
ante cualquier virus, tú puedes declarar: “¡Pueden caer mil a mi lado y diez
mil a mi diestra, pero no se
acercará a mí, el amado de Dios!” (Ver Sal. 91:7)
Cuando hubo plagas y
pestes en todo Egipto porque el Faraón se negó a dejar ir al pueblo de Dios,
mira lo que Dios dijo acerca de los hijos de Israel: ”... Yo pondré aparte la
tierra de Gosén en la que mora Mi pueblo, para que no haya allí enjambres de
insectos, a fin de que sepas que Yo, el Señor, estoy en medio de la tierra; y Yo haré distinción entre Mi pueblo y tu
pueblo...” (Éxo. 8:22–23) Hay una
diferencia entre la amada gente de Dios
y la gente del mundo. ¡Aunque Egipto
estaba plagado de enjambres de moscas y otras pestes, el pueblo de Israel
estaba a salvo en la tierra de Gosén,
totalmente al margen de los problemas!
Así que, incluso si hoy
están sucediendo cosas malas en el mundo, recuerda que como hijo amado de Dios, tú estás en el mundo, pero no eres del mundo. (Juan 17:11, 16) Ninguna plaga, ningún mal y ningún peligro
pueden acercarse a ti, ni a tu lugar de residencia porque tú estás a salvo al abrigo del Altísimo, en Su
lugar secreto. Así como los hijos de
Israel fueron guardados en seguridad
y estuvieron protegidos en Gosén,
así somos guardados y protegidos tú y yo, ¡a quienes Dios llama Sus amados!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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