Setenta
semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para
poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la
iniquidad, para traer justicia eterna...
Daniel
9:24
El domingo, escuchamos el mensaje que nos habla que “Yo soy la justicia de Dios en Cristo.” El lunes, seguimos confesando “Yo soy la
justicia de Dios en Cristo.” Pero al
llegar el miércoles o el jueves, comenzamos a confesar nuestros pecados. Entonces, al llegar otra vez el domingo,
recibimos una fresca revelación de nuestra justicia en Cristo y comenzamos a
confesar nuestra justificación nuevamente.
¿Por qué hacemos eso?
No puede ser que el domingo, somos justos. Luego, unos días después, nos volvemos
injustos a causa del pecado, pero somos “re-justificados” cuando llega el
domingo nuevamente. No, ¡nuestra
justicia es una “justicia eterna!” Jesús obtuvo “redención eterna” por nosotros (Hebreos 9:12).
“Pero Pastor Prince, yo he pecado recientemente. ¿Cómo es que todavía puedo ser justo?”
Mi amigo, no es lo que tú haces
lo que te hace justo. Es lo que Cristo ha hecho en el Calvario. Romanos 5:19 dice: “Porque así como por la desobediencia de un hombre [Adán], los muchos
fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de Uno, los muchos serán constituidos justos.” ¡Es la
obediencia de un Hombre —Cristo—
y no tu obediencia, la que te ha hecho justo!
Dios te quiere bien afirmado
en lo que Cristo ha hecho. Él te quiere consciente de tu justicia eterna en Cristo. ¿Cómo logras esto? Puedes escuchar mensajes ungidos que te
recuerden de tu justificación en Cristo.
Y no solo quedarte con saberlo en tu cabeza. Decláralo.
Todas las mañanas, repite para ti mismo:
“¡Yo soy la justicia de Dios en Cristo!” (2ª Corintios 5:21).
Tú no necesitas una revelación de cuán pecador eres. Eso tú lo sabes cuando pecas. Es el diablo que te recuerda tus
pecados. Aún tus amigos y tus seres
queridos algunas veces te señalan tus pecados.
Pero en vez de esto, lo que necesitas es una revelación de cuán
eternamente justo tú eres a los ojos de Dios, especialmente cuando pecas.
Y cuando estás consciente de este regalo
de justicia que es eterna, ¡vas a reinar en la vida! (Romanos 5:17). Vas a reinar sobre el pecado, los malos
hábitos, las enfermedades, la escasez, y todo lo que te está apartando de una
vida en victoria!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
Pensamiento
Del Día
No es lo que tú haces lo que te hace justo. Es lo que Cristo ha hecho en el Calvario.
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