Bendito el
fruto de tu vientre...
Deuteronomio
28:4
La Biblia registra que la saliva de Jesús sanó a un hombre ciego (Marcos
8:23-25), que la sombra de Pedro sanó a los enfermos (Hechos 5:15), y que los
pañuelos y delantales del cuerpo de Pablo echaron fuera enfermedades y malos
espíritus (Hechos 19:11-12). Esto nos dice
que lo que sale de nuestro cuerpo, puede ser tan bendecido que trae bendiciones
y milagros a otros.
De hecho, Dios dijo, “Bendito el
fruto de tu vientre…” Y no se
refería solamente a tus hijos, o si no hubiera dicho simplemente: “Benditos
serán tus hijos.” No, Dios quería decir
que todo lo que procede de tu cuerpo
será bendito. Todo lo que es de y desde tu cuerpo, ¡será de primera
calidad!
Esto incluye tu salud. Así que, aún si tu doctor te ha dicho que
tienes una condición médica particular en tu cuerpo, solo cree que Dios llama a
tu salud, el fruto de tu cuerpo, bendito. ¡Y espera a caminar continuamente en salud divina!
Dios llama a tu capacidad mental,
el fruto de tu cuerpo, bendito
también. Tú vas a impresionar a tus
maestros y compañeros de clase, con tu destreza mental, o a tus jefes y colegas
del trabajo, con tus ideas innovadoras y soluciones. ¡Tus facultades mentales tendrán excelente calidad!
Si tú estás casado, vas a disfrutar un matrimonio verdaderamente bendecido,
y vas a tener una vida sexual
satisfactoria con tu cónyuge. La
canción secular que se lamenta así: “No puedo tener satisfacción…” nunca va a ser real para ti porque Dios
llama a tu relación marital (la
parte emocional y física de la misma), el fruto de tu cuerpo, bendita!
Si tú eres un padre, Dios llama a tus
hijos el fruto de tu cuerpo, benditos. Esto significa que ellos son especiales, y tienen características excepcionales. Así que, el hijo del que tú estás haciéndote
cargo no es solo un niño. Tú estás
sosteniendo a un campeón en tus manos.
Él va a crecer para ser un
general en el reino de Dios.
Amado, debido a que Jesús pagó el
precio —Su cuerpo fue golpeado, azotado y traspasado por ti, todas estas bendiciones son tuyas. ¡Bendito sea el fruto de tu cuerpo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
Pensamiento Del Día
Ya que Jesús ha pagado el precio,
todo lo que procede de tu cuerpo será
bendito.
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