Inspiración De Gracia
“Y cuando Él [el Espíritu
Santo] venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio; de
pecado, porque no creen en Mí; de justicia, porque Yo voy al Padre y no Me
veréis más; y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido
juzgado. Juan
16:8-11
¿Estás tú entre los
muchos creyentes que se preguntan cómo diferenciar entre la condenación del
enemigo y el Espíritu Santo que los “convence de pecado”? Esa es una
pregunta que confunde a muchos creyentes y la respuesta es realmente simple.
Ahora, presta
atención a la escritura de hoy porque esta va a traerte libertad. La
conclusión es que el Espíritu Santo nunca convence a un creyente de sus
pecados. Él nunca viene para señalar tus
faltas. Te reto a encontrar una escritura en la Biblia que te diga
que el Espíritu Santo ha venido para convencer a los creyentes de sus
pecados. ¡No encontrarás ninguna!
El cuerpo de Cristo
está viviendo en derrota porque muchos creyentes no entienden que el Espíritu
Santo está realmente en ellos para convencerlos de su justicia en
Cristo. Incluso cuando tú fallas, Él está siempre presente en ti para recordarte que la sangre de Jesús
te ha hecho perdonado por completo y justo para siempre. Ese es
el Espíritu Santo.
Recuerda, es
importante leer siempre los versículos de la Biblia en su
contexto. Muchas personas terminan malinterpretando los versículos
de la Biblia porque no lo hacen. Una forma de leer los versículos de
la Biblia en su contexto (y este es un principio clave de interpretación de la
Biblia) es identificar de quién están hablando los
versículos. Entonces, ¿estaba Jesús hablando de creyentes o de
incrédulos en Juan 16:8-11?
Cuando Jesús dijo
que el Espíritu Santo vendría para “convencer al mundo de pecado” porque no
creen en Él, está claro que Él se estaba refiriendo a los incrédulos porque
ellos son del “mundo”. Y nota que el Espíritu Santo no convence al
mundo de “pecados” (plural). Es solo un “pecado” (singular) del cual
el Espíritu Santo convence al mundo, y ese es el pecado de incredulidad, el
pecado de rechazar a Jesús y no creer en Su obra terminada.
Pero cuando la
gente saca Juan 16:8 de su contexto apropiado, ellos comienzan a creer
erróneamente que el Espíritu Santo está aquí para convencer a los creyentes de
sus pecados. Jesús dice que el Espíritu Santo te convence “de justicia, porque Yo voy al Padre y
no Me veréis más.”
Claramente, con el
uso del verbo en la segunda persona del plural “veréis”, Jesús se estaba
refiriendo a Sus creyentes con quienes Él estaba hablando. ¡Esto nos dice que el Espíritu Santo fue enviado para
convencer a los creyentes de justicia, no de pecado!
Ahora, ¿tú eres
hecho justo por tus obras o por la fe en Jesús? A estas alturas, tú
debes saber que eres hecho justo por la
fe, ¡porque la ser justo no se trata de hacer correctamente,
sino estar posicionado correctamente delante de Dios debido a que crees lo correcto!
Entonces, cuando lo
olvidas, el Espíritu Santo viene para convencerte y recordarte que tú
eres la justicia de Dios debido a Cristo Jesús. Él está presente
para recordarte la cláusula principal del nuevo pacto —que Dios tendrá misericordia de tus iniquidades, y nunca más se
acordará de tus pecados. (Hebreos 8:12)
Amado, el Espíritu
Santo es tu Ayudador. (Juan 14:16) Él fue enviado a vivir en ti para ayudarte, no para regañarte y
estar señalando todas tus faltas. Nadie puede vivir con alguien tan
fastidioso.
El Espíritu Santo
no es un fastidioso. No, Él
fue enviado para ayudarte al convencerte de tu justicia eterna en Cristo. La
gracia inagotable de Dios en tu vida y el poder de la cruz solo pueden
entenderse por la revelación que el Espíritu da.
En este momento, tú
necesitas que Él te muestre que incluso si acabas de fallar, tú aún eres la justicia de Dios en Cristo. Es
por eso que el Espíritu Santo es llamado el “Consolador”. (Juan
14:26) Él está aquí para consolarte y dirigir tu mirada de vuelta a
la cruz de Jesús cada vez que falles. ¡De lo único que Él te convencerá es de tu justicia en Cristo Jesús!
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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