recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

miércoles, 15 de octubre de 2025

Comunión Íntima

 Inspiración De Gracia


Pero el que se une al Señor, es un espíritu con Él.  1 Corintios 6:17

Permíteme compartir contigo algo que le pido a Dios, haga que tu corazón sea lleno de tal calidez a medida que tú veas más y más a Jesús.  La misma palabra comunión habla de la relación que nuestro Señor desea tener con nosotros.  El apóstol Pablo escribió:

La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?  El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?  Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.  Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar? —1 Corintios 10:16–18, RVR60

La palabra que se usa para comunión en el griego original es la palabra koinonia, que significa “comunión”.  También tiene la idea de una participación íntima, como la intimidad que comparten un esposo y una esposa cuando dicen y hacen cosas que nadie más conoce.  ¿No es hermoso? 

Siempre que participas de la Comunión o la Santa Cena, es un momento de intimidad entre tú y el Señor.  Es un tiempo que apartas para recordar a tu Esposo celestial, quien te amó tanto que se entregó a Sí Mismo por ti. (Efesios 5:25)  Es un momento en el que tú corres hacia Él y te pierdes en Su presencia, y dejas que Su perfecto amor eche fuera todo temor que pueda estar carcomiéndote.

Él conoce los temores secretos de tu corazón cuando observas los síntomas en tu cuerpo.  Él conoce las cargas que te agobian mientras los médicos te informan sobre las complicaciones a largo plazo, los efectos secundarios y el costo financiero que el tratamiento implicaría.  Corre a Él y echa todas tus ansiedades, todas tus preocupaciones y todas tus inquietudes sobre Él, porque Él cuida de ticon el más profundo afecto y vela por ti con mucho cuidado. (1 Pedro 5:7)

Al tomarte el tiempo para tener comunión con Él y recordarlo a través de la Santa Cena, ¿sabes lo que sucede?  Tú te conviertes en un participante íntimo de los beneficios del cuerpo y la sangre.

Así como los que comieron de los sacrificios se convirtieron en “partícipes del altar” (1 Corintios 10:18), cuando tú comes el pan y bebes la copa, te conviertes en partícipe de todo lo que Jesús logró en la cruz.  Al beber la copa, eso es comunión con Cristo y participación de la sangre de Cristo. (1 Corintios 10:16)  Al comer del pan partido, tú estás participando en el cuerpo de Cristo que fue partido por ti. (1 Corintios 10:16)

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

martes, 14 de octubre de 2025

Aplicando La Palabra Escrita

 Inspiración De Gracia


Pero la justicia que es de la fe, dice así… Mas, ¿qué dice? “Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón”, es decir, la palabra de fe que predicamos.  Romanos 10:6, 8

Déjame mostrarte ejemplos de cómo puedes usar la Palabra escrita para enfrentarte a los ataques del enemigo.

Supongamos que una mañana, mientras conduces al trabajo, escuchas a un profesional decir por la radio: “Una de cada cinco mujeres desarrollará esta enfermedad a los cuarenta años.”  Ese es el momento en que tú debes decir: “Escrito está —‘Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal.’” (Salmos 91:3)

Si haces esto, estás levantando un escudo de fe y estás liberando poder al declarar que independientemente de lo que digan los informes del mundo, ¡tu Dios va a librarte de toda enfermedad mortal!

Aquí hay otro ejemplo de cuándo y cómo tú puedes citar la Palabra escrita.  Supón que, por alguna razón, estás paralizado por imágenes vívidas en su mente de ti mismo muriendo joven y dejando que tu cónyuge y tus pequeños se las arreglen solos.  Nuevamente, este es el momento de hablar la Palabra de Dios contra esos temores.  Declara: “Escrito está —‘Lo saciaré de larga vida, y le haré ver Mi salvación.’” (Salmos 91:16)

Quizá tienes un conocido que murió en un accidente fatal.  Ahora, estás temeroso de que pueda sucederte lo mismo.  Amigo, el enemigo acaba de dispararte un dardo de fuego.  Nosotros no sabemos lo que la otra persona creía.  Solo podemos ser responsables de nuestras propias creencias y vidas.

Quizá tus parientes o miembros de tu familia han muerto por la misma enfermedad y el enemigo ahora te está atacando con pensamientos de que tú también desarrollará diabetes como lo hicieron tu padre y tu tío, o que morirás por la misma afección cardíaca que ellos tenían.

Amigo, si has tenido pensamientos como estos, AHORA es el momento de levantarte y hacer esta declaración: “Aunque caigan mil a tu lado y diez mil a tu diestra, a ti NO se acercará.” (Salmos 91:7)

Para que algo suceda a tu diestra significa que eso tiene que estar muy cerca de ti.  Esto significa que incluso si algo desafortunado le sucede a alguien cercano a ti, tú no permitas que el temor te sujete y te paralice.  ¡Habla la Palabra de Dios escrita!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

lunes, 13 de octubre de 2025

Presentando Al Dios Real

 Inspiración De Gracia


Y cuando bajó del monte, grandes multitudes le seguían.  Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante Él, diciendo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”.  Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: “Quiero; sé limpio”.  Y al instante quedó limpio de su lepra.  Mateo 8:1-3

Hoy en día hay muchas creencias erróneas acerca de quién es Jesús.  Yo te pido que deseches toda idea, concepto e imagen que puedas tener de un Jesús “religioso”, y me permitas presentarte al verdadero Jesús, porque aquí es donde todo comienza.

No estoy hablando del Jesús religioso del que quizá hayas oído hablar mientras crecías, sino del verdadero Jesús, quien caminó por las polvorientas calles de Jerusalén y sobre las embravecidas aguas de Galilea.

Él era Aquel a quien los enfermos, los pobres, los pecadores, los desamparados y los marginados se sentían atraídos instintivamente y con quien se sentían cómodos.  Él era Dios encarnado y Él manifestaba el amor tangible de Dios.

En Su presencia, los que eran imperfectos no se sentían atemorizados, ni se sentían juzgados o condenados de Su parte.  A aquellos que lo buscaban porque necesitaban sanidad, restauración y provisión —sin importar su pasado o su trasfondo— Él siempre les extendió Su corazón y Su mano llenos de amor y compasión, y proveyó abundantemente para sus necesidades.

Al contrario de lo que mucha gente piensa, tú no necesitas ser “religioso” para tener acceso a Dios y a Su ayuda.  De hecho, cuanto menos “religioso” seas, mejor.  El verdadero Jesús no vino para traer una nueva religión.  No vino para que lo sirvieran ni lo atendieran.  No, Él vino a servir y servir fue lo que Él hizo.

El verdadero Jesús creó el universo con una orden y orquestó los caminos de cada planeta para que ninguno chocara.  Él tenía todo el derecho de exigir servicio de aquellos a quienes Él creó, sin embargo, Él entregó Su servicio.

Él se inclinó y con Sus propias manos lavó la mugre y la suciedad de los pies de Sus discípulos.  Más tarde, esas mismas manos fueron traspasadas con unos ásperos clavos en la cruz, y Él con Su propia sangre nos lavó de la mugre y la inmundicia de todos nuestros pecados al tomarlos sobre Su propio cuerpo.  ¡Qué lejano del Dios que condena, juzga y critica, que muchos han descrito que Él es!

Este es el verdadero Jesús —totalmente diferente a lo que a muchos de nosotros se nos ha enseñado acerca de Dios.  Él quiere y tiene el poder para satisfacer tus necesidades hoy, y amarte en plenitud.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

domingo, 12 de octubre de 2025

¿Qué Hay De La Confesión De Pecados?

 Inspiración De Gracia


En Él tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia.  Efesios 1:7

Cuando era un joven creyente, me enseñaron que a menos que confesara todos mis pecados, yo no sería completamente perdonado por Dios.  Incluso me dijeron que si alguien muere sin haber confesado todos sus pecados, esta persona terminará en el infierno.

Bueno, esa enseñanza me puso bajo una fuerte atadura.  Yo realmente creía que tenía que confesar todo lo que pensaba que había hecho mal, incluidas las preocupaciones, los temores y las dudas, porque sabía que “todo lo que no procede de fe, es pecado.” (Romanos 14:23)

Si tú realmente crees que necesitas confesar todos tus pecados para ser completamente perdonado por Dios, ¡estarás confesando tus pecados todo el tiempo y donde quiera que vayas!  ¡Yo lo intenté y fue imposible!  ¡Hacer eso casi me vuelve loco!

Pero Pastor Prince, ¿está diciendo que no tenemos que confesar nuestros pecados?  Entonces, ¿qué hay de 1 Juan 1:9, que dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”?

Escucha con atención: los cristianos han sacado este versículo de contexto y han construido una doctrina completa de confesión de pecados alrededor de él, cuando en realidad, el capítulo 1 de 1 Juan fue escrito para abordar a los gnósticos y sus herejías que se habían infiltrado en la iglesia.

Los gnósticos eran no creyentes que sostenían que ellos no tenían pecado. (1 Juan 1:8)  Entonces Juan estaba diciendo que si ellos confesaban que tenían pecado y, por lo tanto, veían su necesidad del Salvador, Dios sería fiel y justo para limpiarlos de toda maldad.

¿Puedes ver ahora cómo esto no se aplica al creyente que ya ha reconocido que es un pecador y ha aceptado a Jesús?  Nosotros no debemos vivir de confesión en confesión, sino de fe en fe en Jesucristo y Su obra terminada.

Además, nuestro amoroso Padre celestial no nos perdona a plazos dependiendo de cuán diligentes somos en confesar nuestros pecados.  La comunión con Él no se rompe porque nuestro perdón no depende de lo que nosotros hacemos.  Nuestro perdón depende de la obra terminada de Jesús.

Ahora bien, esto no significa que nosotros no podamos ser honestos con Dios y reconocer el mal que hemos hecho.  Después de todo, es una relación.

Pero nosotros no confesamos nuestros pecados con el fin de ser perdonados.  Nosotros confesamos nuestros pecados o hablamos abiertamente con nuestro Padre misericordioso porque ya fuimos perdonados.  Yo no voy ante Él suplicando perdón.  No, yo hablo con Él porque sé que yo ya tengo Su perdón, como dice la escritura de hoy.  Yo sé que puedo acercarme a Él con confianza —Él es mi Dios, mi Papá Dios.

Entonces, la confesión en el nuevo pacto es simplemente ser honesto acerca de tus faltas y tu humanidad, y tener una relación íntima con Dios.  Este es el resultado de ser perdonado y no algo que haces para ser perdonado, para mantener tu salvación y para ser salvo al final.

Si la confesión de pecados es vital para nuestro perdón, entonces el apóstol Pablo, quien escribió dos tercios de las epístolas del Nuevo Testamento, ha cometido una gran injusticia contra nosotros porque él no lo mencionó ni una sola vez en ninguna de sus cartas a las iglesias.

Por ejemplo, cuando había personas en la iglesia de Corinto viviendo en pecado y todos en la iglesia lo sabían, él no dijo: “Ve y confiesa tus pecados.”  En cambio, él les recordó su justificación, diciendo: “¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes?” (1 Corintios 6:19, NTV)  A pesar de sus pecados, Pablo todavía los consideraba templos del Espíritu Santo y les recordó esta verdad.

Amigo, esta es la confianza que tú puedes tener hoy: el día en que reconociste que eras un pecador y confesaste a Cristo como tu Señor y Salvador, tú “confesaste todos tus pecados” de una vez por todas.  Y Dios fue fiel y justo para limpiarte de toda maldad.

Toda la injusticia de tu vida entera fue limpiada en ese momento y por medio del regalo de la justicia en Cristo Jesús, ¡tú fuiste establecido para reinar en la vida!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

sábado, 11 de octubre de 2025

Cómo Ser Guardado En Perfecta Paz

 Inspiración De Gracia


Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en Ti confía.  Isaías 26:3

Tú necesitas la verdad de la Palabra de Dios para desarraigar cualquier creencia que sea errónea.  Por eso es tan importante entrar en Su Palabra y tomarte el tiempo para meditar en los versículos que revelan el firme e inquebrantable amor de Dios por ti.

Por ejemplo, si notas que tu mente se va a la deriva en pensamientos ansiosos acerca de las más pequeñas cosas, te animo a que memorices y cites las Escrituras de hoy: “Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en Ti confía.” (Isaías 26:3)

Siempre que me siento estresado o preocupado por algo, yo me alejo del ajetreo y el bullicio de la vida y simplemente medito en las promesas de Dios.  Algunas veces me gusta conducir hacia un parque tranquilo, y mientras en mi auto suena música ungida suave, yo me alimento de Su Palabra y la hablo, permitiendo que esta penetre en mi espíritu: “La Palabra de Dios declara: ‘Al de firme propósito guardarás en perfecta paz.

Y le digo al Señor: “Sí, Señor, eres Tú quien me guardará en perfecta paz.  La paz perfecta viene de Ti.  Yo solo necesito descansar en Tu gracia y mantener mi mente en Ti.  Yo no necesito pensar en qué hacer con este problema.  Mientras yo confío en Ti y guardo mi mente en Ti, Tú me dirigirás y me guiarás.  Mi confianza no está en mi propia fuerza, sino en Ti y solo en Ti, Jesús.”

¿Qué estoy haciendo con esto?  En lugar de permitir que el estrés y la preocupación me atrapen, yo entreno mi corazón para que vea como Dios ve mis problemas.

Cuanto más grande se vuelve Dios en mi corazón, más pequeños se vuelven mis problemas.  De hecho, muchas veces cuando me relajo y guardo mi mente en el Señor, Su paz y sabiduría comienzan a fluir en mí, y el problema que antes me preocupaba se vuelve diminuto e intrascendente ante la presencia del Dios Todopoderoso.

¿Estás enfrentando hoy a una circunstancia insuperable?  Aprende a ver lo que Dios ve, meditando en Su Palabra, y deja que Su paz eche fuera tu ansiedad.  Deja que Su sabiduría dirija tus caminos.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

viernes, 10 de octubre de 2025

Sin Jesús, No Podemos, Sin Nosotros, Él No Lo Hará

 Inspiración De Gracia


“Yo Soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en Mí y Yo en él ese da mucho fruto, porque separados de Mí nada podéis hacer.”  Juan 15:5

En más de dos décadas de ministerio, he aprendido esto del Señor: Sin Él, nosotros no podemos.  Sin nosotros, Él no lo hará.  Lo que esto significa es simplemente que debemos reconocer el hecho de que si nosotros no dependemos de Jesús, no podremos tener éxito real, duradero y permanente —sin Él, nosotros no podemos.

La Biblia nos dice que a menos que el Señor construya la casa, nosotros trabajamos en vano. (Salmos 127:1)  Los creyentes que quieran experimentar Su éxito necesitan reconocer esta verdad y comenzar a depender de Jesús, solamente de Jesús.

Hay algunos creyentes que pueden no expresarlo, pero en sus corazones están creyendo que aún sin Jesús, ellos pueden tener éxito.  Al creer y actuar de acuerdo a esto, ellos caen del lugar alto de la gracia de Dios (Su favor inmerecido) de nuevo a la ley, de vuelta a tratar de ganar y merecer el éxito con sus propios esfuerzos.

La Palabra de Dios nos dice: “¡Pues, si ustedes pretenden hacerse justos ante Dios por cumplir la ley, ¡han quedado separados de Cristo!  Han caído de la gracia [favor inmerecido] de Dios.” (Gálatas 5:4, NTV)

Estas son fuertes palabras de advertencia.  Una vez tú comienzas a depender de tus propios méritos y de tus esfuerzos para merecer el favor de Dios, estarás de vuelta bajo el sistema de la ley.  Quedas separado de Cristo y has caído del lugar donde tenías Su favor inmerecido obrando en tu vida.

No me malinterpretes, Jesús todavía está contigo –Él nunca te dejará ni te desamparará Hebreos 13:5– pero al depender de tus propios esfuerzos, tú estás eliminando efectivamente Su favor inmerecido en tu vida.

Entonces, ¿a qué me refiero cuando digo: “Sin nosotros, Él no lo hará”?  Bueno, Jesús es un caballero.  Él no te forzará a que te tragues Su favor inmerecido y Su éxito.

Él necesita que tú le permitas trabajar en tu vida.  Él espera pacientemente que tú confíes en Él.  Él espera pacientemente que tú dependas de Su favor inmerecido, de la manera en que José confió y dependió completamente de la presencia del Señor, hasta que Su presencia manifestada tomó el control y Su gloria irradió todo lo que José tocaba.

Amado, aprendamos rápidamente que sin Jesús, nosotros no podemos tener éxito y que si nosotros elegimos no responder a Su favor inmerecido, Él no nos lo impondrá.

El favor inmerecido de Dios siempre está fluyendo hacia nosotros y Jesús está esperando que nosotros lleguemos al final de nosotros mismos.  Él está esperando que tú dejes de luchar en tus propios intentos por “merecer” de alguna manera Su favor y simplemente dependas de Él.

Entonces, en las áreas en las que tú todavía estás dependiendo de tus propios esfuerzos para tener éxito, comienza a descansar en el favor inmerecido de Jesús y empieza a experimentar Su presencia y Su gloria manifestándose en todo lo que tocas!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

jueves, 9 de octubre de 2025

Completamente Restaurado

 Inspiración De Gracia


Él refresca y restaura mi alma (vida).  Salmos 23:3, AMP

Jesús, nuestro Cordero Pascual, tomó sobre Sí mismo toda condición que afecte cualquier parte de tu cuerpo y quiere que tú seas sanado de eso.  Quiero que medites sobre cómo Él cargó estas enfermedades para que tú puedas tener perfecta libertad de ellas. (Mateo 8:17)

Por ejemplo, si tú o uno de tus seres queridos tiene una afección neurológica como migrañas recurrentes, encefalitis, meningitis, demencia o está sufriendo los efectos de un derrame cerebral, mira el cerebro de tu Salvador afligido con esa condición en la cruz, mientras participas de la Santa Cena.

Permíteme compartir contigo un poderoso testimonio de sanidad de la enfermedad de Alzheimer que me envió Paula de Texas:

Mi madre estaba devastada por la enfermedad de Alzheimer.  Ella estaba debilitada hasta el punto de que no reconocía a los miembros de su familia.  Mis padres viven conmigo así que yo podía ver sus luchas y dificultades cotidianas en todo momento.  Era una existencia miserable tanto para ella como para aquellos de nosotros que tratamos de cuidarla.  Hubo momentos en los que yo extrañaba a mi mamá y deseaba volver a verla bien otra vez.

Entonces, un día, mi hermana compartió conmigo un testimonio de agradecimiento a Dios que sucedió después de seguir su enseñanza sobre la Santa Cena, así que inmediatamente comencé a tomar la Santa Cena con mi madre.  Mi madre se fue a la cama la tercera noche después de recibir la Santa Cena y se despertó al día siguiente luciendo diez años más joven.  Todas las cosas que ella había olvidado cómo hacer, las está haciendo de nuevo.  Ella recuerda ahora quiénes somos todos.  Ha dejado de repetirse a sí misma, algo que solía hacer desde el amanecer hasta el anochecer, y ahora es una completa alegría estar cerca.  ¡Jesús sanó su mente y la liberó!

Aún nos alegramos de que ella haya vuelto.  Le pregunté sobre su experiencia y lo mejor que ella pudo describirla fue que estaba perdida y atrapada, pero eso ya terminó.  Nada es demasiado grande para la obra terminada de Cristo Jesús, y lo alabo por ello.  ¡Él liberó a mi madre!

¡A Dios sea toda la gloria y toda la alabanza!  A medida que avanzas en años, no aceptes la mentira de que te volverás más olvidadizo.

Cuando el salmista escribió que Dios “restaura mi alma”, él usó la palabra nephesh para alma.  Nephesh incluye tu vida, tus emociones y también tu mente.

Incluso si has experimentado alguna degeneración en esta área, el Señor puede restaurarla.  Y cuando el Señor restaura, ¡Su restauración es siempre de mayor calidad que la original!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince 

miércoles, 8 de octubre de 2025

Ancla Tu Identidad En Cristo

 Inspiración De Gracia


Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.  Romanos 8:37

Hace algunos años, prediqué un mensaje sobre cómo el diablo a veces usa el pronombre en primera persona para plantar pensamientos en nuestra cabeza con el fin de engañarnos.

Por ejemplo, él no dice: “Tú tienes un trastorno alimentario” o “Tú tienes una adicción”.  El diablo usa el pronombre en primera persona para sembrar pensamientos como estos en tu mente: “Yo tengo un trastorno alimentario” o “Yo soy adicto a la pornografía.”

Él te hace pensar que tú estás teniendo esos pensamientos de derrota.  Él quiere que tú creas que eso es lo que eres.

Al escuchar este mensaje, un hombre llamado Walter, con quien el diablo había usado esta estrategia y lo había atrapado en una adicción destructiva durante muchos años, se fue a su casa al salir de la iglesia, se encerró en su habitación y por primera vez declaró en voz alta“¡Yo no soy un adicto!”  Él eligió rechazar esta mentalidad del maligno en el nombre de Jesús.

Él relató esto: “En ese mismo momento, yo sentí que algo poderoso sucedía dentro de mí.  No sé cómo describir esto.  Fue como si la vida se volviera espectacular a causa del amor de Dios y no podía contener ese sentimiento.”

Después de hacer esa confesión en voz alta, Walter dice: “Mi adicción se detuvo.  Simplemente perdí todo interés y no me siento ni un poco tentado.  Todos los deseos equivocados se han ido y lo mejor de todo, yo sé que amo a Jesús más que nunca y no puedo vivir sin Él.  Estoy renovado.  He renacido.  Sé que todo está bajo Su control, y sé que soy bendecido y estoy perdonado.”

¡Wow!  Qué testimonio tan asombroso del poder y la bondad de Dios en la vida de este hermano.  Con solo una declaración, él rompió la fortaleza mental en la que el diablo lo había puesto durante muchos años.

Ese es verdaderamente el poder de creer lo que es correcto.  Si tú puedes cambiar lo que crees, puedes cambiar tu vida, tal como lo hizo este hermano.

¿Hay mentiras sobre tu identidad en las que crees hoy?  Rompe el poder de esas mentiras declarando tu identidad en Cristo.

Di en voz alta: “Yo soy un hijo de Dios.  Yo estoy sanado, perdonado, justificado y santificado en Cristo Jesús.”  En lugar de creer las mentiras del diablo cuando él usa la estrategia del pronombre en primera persona en tu contra, confiesa con voz audible tu verdadera identidad en Jesús.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

martes, 7 de octubre de 2025

Secretos De Protección En Los Nombres De Dios

 Inspiración De Gracia


Será también el Señor baluarte para el oprimido, baluarte en tiempos de angustia.  En Ti pondrán su confianza los que conocen Tu nombre, porque Tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan.  Salmos 9:9-10

En el primer versículo del Salmo 91, encontramos dos nombres de Dios que nos brindan consuelo y fortalezacuando nos sentimos asustados o débiles.  Cada uno de los nombres de Dios tiene un atributo divino, y comprender y creer que Él es cada uno de esos atributos, hará que ese atributo fluya en nuestra vida.

El primer nombre de Dios mencionado en el Salmo 91 es “Altísimo” (Elyon), que significa que Él es el Dios Altísimo y no hay nadie más alto que Él.  Él es el poseedor del cielo y la tierra. (Génesis 14:19)

El versículo continúa refiriéndose a Dios como el “Todopoderoso”.  En hebreo, es Shaddai —el Dios que te bendice con más que suficiente, más de lo que tú puedes contener.  El hombre tiene limitaciones pero nosotros tenemos un Dios que es abundantemente ilimitado.

Ahora, el segundo versículo del Salmo 91 contiene otros dos nombres de Dios.  ¿No es esto tan poderoso?

Cuando el salmista declara: “Diré yo al Señor, se está refiriendo a Yehovah o Yahweh, el Dios que guarda el pacto.  Este el nombre más sagrado del Señor, el nombre que los escribas judíos tratan con gran reverencia.

¿Sabes que el nombre de Jesús en hebreo, Yeshua, en realidad significa “Yahweh salva”?  No es “Yahweh juzga”.  El nombre Jesús significa “Yahweh SALVA”.

Si tú estás quebrado financieramente, Yahweh salva.  Si estás enfermo, Yahweh salva.  Si tienes enemigos que vienen contra ti, Yahweh salva.  Cualquier salvación que tú necesites, Jesús es la respuesta, porque Su nombre significa “Yahweh salva”.  ¡Aleluya!

El salmista en el versículo 2 continúa diciendo: “Mi Dios, en quien confío.”  Ahora, la palabra “Dios” aquí se refiere a Elohim, el Dios de poder, el Creador.  El Dios que creó los cielos y la tierra. (Génesis 1:1)  ¡Este es nuestro Dios!  Él es en quien nosotros ponemos nuestra confianza.

En solo dos versículos, tú encontrarás cuatro nombres de Dios mencionados.  Saber, creer y decir que Él es todo esto para nosotros nos brinda protección en nuestras situaciones cotidianas.  Él librará y rescatará a todo el que conoce Su nombre.  ¡Aleluya!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

lunes, 6 de octubre de 2025

El Secreto Para Recibir Tu Milagro

 Inspiración De Gracia


Vuelvo a preguntarles: ¿acaso Dios les da al Espíritu Santo y hace milagros entre ustedes porque obedecen la ley?  ¡Por supuesto que no!  Es porque creen el mensaje que oyeron acerca de Cristo.  Gálatas 3:5, NTV

Asistí a una conferencia hace años y recuerdo haber escuchado sobre todo tipo de cosas que teníamos que hacer para obrar los milagros de Dios.  Por ejemplo, nos dijeron que teníamos que orar oraciones largas.

Por favor, no me malinterpretes.  No estoy diciendo que no haya lugar para las oraciones largas.

A mí me encanta acercarme a mi Abba para pasar tiempo hablando con Él.  También le he enseñado a nuestra iglesia sobre la importancia de orar, especialmente orar en el Espíritu con frecuencia.  Pero, ¿acaso el secreto para que ocurran milagros en tu vida se encuentra en la oración, o incluso en el ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, como dicen otros?

Algunas personas piensan que pueden torcer el brazo de Dios con sus esfuerzos y convencerlo de que ellos merecen un milagro o una liberación de parte de Él.  ¿De verdad crees que debido a que has ayunado u orado durante largos períodos de tiempo, Dios está impresionado contigo y tiene que responder a tus oraciones?

Vamos, amigo, la única razón por la que Dios responde nuestras oraciones hoy es la obra terminada de Jesús.  No te dejes engañar más.  Dios no es deudor de nadie.  Ningún hombre puede merecer las bendiciones de Dios por sus propios esfuerzos.  No se trata de nuestros sacrificios.  ¡Se trata de Su sacrificio!

Todo lo que Dios ve es la obra de Su Hijo en la cruz, y en virtud de Jesús, todas Sus bendiciones y Su poder para hacer milagros son tuyos cuando tú crees en Su Hijo.

Lee atentamente la escritura de hoy para conocer lo que Pablo les dijo a los gálatas que dependían de sus propios esfuerzos.  Luego, considera a todas las personas que recibieron milagros de Jesús durante Su ministerio en la tierra.

Ninguno de ellos lo merecía.  Ellos no hicieron nada para ganar sus milagros.  Ellos simplemente recibieron sus milagros debido a Su gracia.

Hace unos años, el Señor me habló y dijo: “Cuando Mi pueblo ve Mi gracia, Yo veo su fe.”  ¿Recuerdas a la mujer con el flujo de sangre que sangraba desde hacía doce años?

De acuerdo con la ley de Moisés, a ella se le consideraba impura y se suponía que no debía estar en lugares públicos, y mucho menos tocar a nadie.  Sin embargo, la Biblia nos dice que “cuando oyó hablar de Jesús, se acercó a Él por detrás entre la multitud y tocó Su manto.” (Marcos 5:27)

Ella debió haber escuchado los maravillosos testimonios de las personas que Jesús había tocado y sanado, y estos relatos le abrieron los ojos para ver a Jesús como un Salvador lleno de gracia, rebosante de misericordia y compasión.

¿El resultado?  La fe se encendió en ella y en el momento en que tocó el borde de Su manto, ella recibió su milagro.

¿Alguna vez estuvo ella consciente de su fe?  No, ella solo estaba consciente de Jesús y de Su gracia.  Cuando ella vio Su gracia, Él dio la vuelta y vio su fe.  Con gran ternura, Él le dijo: “Hija, tu fe te ha sanado.” (Marcos 5:34)

Amigo, tú no tienes que tratar de evocar la fe para la sanidad o las finanzas.  La fe para cualquier milagro o liberación en tu vida brota cuando tú ves Su gracia.

¡Él murió para que tú pudieras vivir!  Tú no te lo merecías, pero aun así, Él lo hizo por ti.

Mira a Jesús en la cruz por ti —la demostración de Su amor incondicional y Su gracia maravillosa.  ¡Y cuando veas Su gracia, tú tendrás fe para recibir tu milagro!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince