Inspiración De Gracia
Porque
la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres,
enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este
mundo sobria, justa y piadosamente. Tito
2:11-12
¿Sabes
qué es lo que la Biblia dice que produce carácter, piedad y el fruto del
Espíritu Santo en tu vida? Contrario a lo que algunos predicadores
de la ley dicen, las escrituras de hoy nos dicen claramente que es el evangelio
puro de la gracia de Dios lo que producirá todos estos buenos
frutos.
Permíteme
decir una vez más que la gracia es una persona —no una
doctrina o un tema bíblico— y Su nombre es Jesús. “La
gracia de Dios se ha manifestado… a todos los hombres,” enseñándonos
el secreto de la piedad, el carácter y la santidad.
Jesús
nos mostró que la vida que queremos vivir se encuentra en Él y en Su
obra en la cruz. Cuando tienes a Jesús, tú eres
piadoso. Cuando lo tienes a Él, tú eres hecho
justo. Cuando lo tienes a Él, el buen carácter se
manifestará. ¡Cuando lo tienes a Él, tú eres santificado!
¿Esto
realmente funciona? Lee el testimonio que recibí de James, de
Kentucky, quien se crio en un hogar cristiano y conocía de Jesús desde sus
primeros recuerdos. Por el tiempo en que cumplió los diez años, él
estaba oprimido por un pecado sexual.
A lo
largo de los años, las consecuencias de este pecado secreto se hicieron
públicas. Para cuando cumplió los cuarenta y ocho años, él había
perdido dos trabajos profesionales, se le había pedido que saliera de tres
iglesias e incluso había sido avergonzado públicamente en su comunidad debido a
su adicción sexual.
James
consultó a muchos consejeros y ministros cristianos en busca de
ayuda. Sin embargo, los pensamientos y acciones sexuales secretos no
se detuvieron. Él fue a recibir consejería secular y se tragó la
mentira de que siempre sería un adicto.
Finalmente,
cuando James escuchó mis enseñanzas sobre el evangelio de la gracia, él
encontró la libertad que anhelaba. Él dijo:
Me di
cuenta de que mi corazón estaba roto y herido. Aprendí que Jesús
vino a sanar a los quebrantados de corazón y también confesé con mi boca que Su
preciosa sangre cubría mi corazón.
Descubrí
que la libertad de esta adicción era Su voluntad para mí y fui hecho
completamente libre. El Señor sanó mi corazón y mis emociones,
limpió mi voluntad y me dio una profunda revelación de Su justicia.
Yo
realmente lo amo con todo mi corazón... Soy tan diferente ahora de
la persona que había sido durante cuarenta y ocho años. Ahora, yo
veo el fruto de Su justicia manifestado en mi vida sin que este dependa de mi
fuerza de voluntad o de los programas de recuperación.
Jesús
ha sanado mi matrimonio y mi esposa ahora confía en mí. Yo soy un
vencedor, grandemente bendecido y altamente favorecido. ¡Alabado sea
el Señor!
James
fue restaurado a plenitud por el Señor y pudo ver frutos en su
vida. La mentira que se les dice a tantos creyentes, como James, es
que antes de venir a Jesús, tú primero debes enderezar las cosas o limpiarte a
ti mismo.
Si eso
es lo que tú crees, la triste verdad es que nunca vendrás a Jesús, porque nunca
llegarás a un lugar donde puedas arreglar tu vida.
¡Vamos, Jesús
es el “baño” que te limpia! Él es la solución y Él te
ayudará a enderezar lo que tú nunca podrás enderezar por tu cuenta.
Ven tal
como eres con todas tus debilidades e imperfecciones, y Jesús te limpiará de
toda culpa y condenación, y te hará libre para reinar en tu
vida a través de Su justicia.
Viendo
a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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