Inspiración De Gracia
Pues el Señor corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su deleite. Proverbios 3:12, NTV
Permíteme enseñarte cómo probar cada doctrina, enseñanza e interpretación de las Escrituras. Simplemente pregúntate —¿cómo se aprecia a nuestro Señor Jesús en esta enseñanza?
¿Te hace ésta querer adorar, alabar y glorificar al Señor Jesús con tu vida? ¿O pone más valor en ti y lo que tienes que hacer? ¿Te hace estar centrado y ocupado con la persona de Jesús? ¿O te hace estar centrado y ocupado contigo mismo, y en si has fracasado o tenido éxito?
Pastor Prince, ¿está diciendo que el desempeño no es importante?
¡Absolutamente no! ¡Estoy compartiendo contigo que la clave del desempeño proviene del poder de Su amor, Su gracia y Su favor inmerecido en tu vida! Tú podrás desempeñarte bien cuando sepas que eres perfectamente amado.
Mira a los niños que son atrevidos, confiados y seguros. Ellos vienen de familias que están llenas de amor y afirmación. Familias que los liberan para triunfar. Estos niños no tienen miedo de fallar y se destacan entre la multitud porque ellos se atreven a ser diferentes para la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Ellos se atreven a decir no a las influencias del mundo. Ellos no se avergüenzan cuando sus compañeros se burlan de sus valores cristianos. Al mismo tiempo, en un ambiente de amor, gracia y afirmación, los padres del niño sin aplastar su espíritu, también son capaces de disciplinar, corregir y guiar al niño para que aprenda a tomar buenas decisiones por sí mismo.
Algunas personas tienen la idea errónea de que cuando tú estás bajo la gracia, no hay corrección y todo se vale. Hay quienes argumentan que si en verdad nosotros somos siempre altamente favorecidos por el Señor, entonces no hay necesidad de que Él nos corrija y discipline.
Querido amigo, déjame ayudarte a entenderlo desde la perspectiva de un padre. Cuando mis hijos hacen algo malo, Wendy y yo ciertamente los corregimos y los disciplinamos. Pero en nuestro corazón ellos son siempre amados y favorecidos por nosotros, incluso cuando han fallado e incluso mientras son corregidos por nosotros.
¿Por qué? ¡Simplemente porque son nuestros hijos! No importa cómo se desempeñen ellos, nosotros siempre los amaremos y ellos siempre serán favorecidos en nuestros corazones.
Qué tan favorecidos son ellos para nosotros es una cuestión de su identidad, no de su desempeño. Esto se basa en quiénes son y de quién son, no en lo que han o no han hecho.
De la misma manera, nuestro estado de ser amados y favorecidos por nuestro Padre celestial es el resultado de nuestra identidad como hijos e hijas de Dios, por medio de la obra terminada de Jesucristo. ¡Nosotros podemos llamar a Dios nuestro Padre y Dios puede llamarnos Sus hijos, debido a lo que Jesús ha hecho en la cruz en lugar nuestro!
A medida que crecemos en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, Él nos corregirá, nos disciplinará y nos guiará. Pero es vital que sepas que nuestro Señor nunca va a corregirnos con accidentes trágicos, enfermedades y dolores.
La escritura de hoy dice: “Pues el Señor corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su deleite.” En otras palabras, el Señor corrige a aquellos a quienes Él favorece mucho, tal como un padre terrenal corregiría a su hijo al que ama.
¿Corregiría un padre a su hijo que es su deleite, infligiéndole dolor y sufrimiento? ¡Por supuesto que no!
De la misma manera, nuestro Padre celestial nos corrige, no infligiendo dolor y sufrimiento, sino con Su Palabra. (2 Timoteo 3:16) La corrección puede venir a través de la predicación de Su Palabra o a través de líderes piadosos con los que Él te rodea en una iglesia local, líderes que te aman y que se preocupan lo suficiente como para hablar a tu vida.
La verdad es que cuando las personas saben que su Padre celestial las ama, ellos pueden recibir corrección y disciplina, con gratitud y humildad. Por eso es tan importante que todo hijo de Dios experimente la revolución de la gracia —que se establece en Su amor perfecto y está anclada en Su gracia incondicional para ellos.
La gracia nos imparte el poder para desempeñarnos bien y vivir una vida por encima de la derrota. La gracia es la clave para la santidad.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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