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martes, 23 de julio de 2024

El “Baño” Que Te Limpia

 Inspiración De Gracia


Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente.  Tito 2:11-12

¿Sabes qué es lo que la Biblia dice que produce carácter, piedad y el fruto del Espíritu Santo en tu vida?  Contrario a lo que algunos predicadores de la ley dicen, las escrituras de hoy nos dicen claramente que es el evangelio puro de la gracia de Dios lo que producirá todos estos buenos frutos.

Permíteme decir una vez más que la gracia es una persona —no una doctrina o un tema bíblico— y Su nombre es Jesús.  “La gracia de Dios se ha manifestado… a todos los hombres,” enseñándonos el secreto de la piedad, el carácter y la santidad.

Jesús nos mostró que la vida que queremos vivir se encuentra en Él y en Su obra en la cruz.  Cuando tienes a Jesús, tú eres piadoso.  Cuando lo tienes a Él, tú eres hecho justo.  Cuando lo tienes a Él, el buen carácter se manifestará.  ¡Cuando lo tienes a Él, tú eres santificado!

¿Esto realmente funciona?  Lee el testimonio que recibí de James, de Kentucky, quien se crio en un hogar cristiano y conocía de Jesús desde sus primeros recuerdos.  Por el tiempo en que cumplió los diez años, él estaba oprimido por un pecado sexual.

A lo largo de los años, las consecuencias de este pecado secreto se hicieron públicas.  Para cuando cumplió los cuarenta y ocho años, él había perdido dos trabajos profesionales, se le había pedido que saliera de tres iglesias e incluso había sido avergonzado públicamente en su comunidad debido a su adicción sexual.

James consultó a muchos consejeros y ministros cristianos en busca de ayuda.  Sin embargo, los pensamientos y acciones sexuales secretos no se detuvieron.  Él fue a recibir consejería secular y se tragó la mentira de que siempre sería un adicto.

Finalmente, cuando James escuchó mis enseñanzas sobre el evangelio de la gracia, él encontró la libertad que anhelaba.  Él dijo:

Me di cuenta de que mi corazón estaba roto y herido.  Aprendí que Jesús vino a sanar a los quebrantados de corazón y también confesé con mi boca que Su preciosa sangre cubría mi corazón.

Descubrí que la libertad de esta adicción era Su voluntad para mí y fui hecho completamente libre.  El Señor sanó mi corazón y mis emociones, limpió mi voluntad y me dio una profunda revelación de Su justicia.

Yo realmente lo amo con todo mi corazón...  Soy tan diferente ahora de la persona que había sido durante cuarenta y ocho años.  Ahora, yo veo el fruto de Su justicia manifestado en mi vida sin que este dependa de mi fuerza de voluntad o de los programas de recuperación.

Jesús ha sanado mi matrimonio y mi esposa ahora confía en mí.  Yo soy un vencedor, altamente bendecido y grandemente favorecido.  ¡Alabado sea el Señor!

James fue restaurado a plenitud por el Señor y pudo ver frutos en su vida.  La mentira que se les dice a tantos creyentes, como James, es que antes de venir a Jesús, tú primero debes enderezar las cosas o limpiarte a ti mismo.

Si eso es lo que tú crees, la triste verdad es que nunca vendrás a Jesús, porque tú nunca llegarás a un lugar donde puedas arreglar tu vida.

¡Vamos, Jesús es el “baño” que te limpia!  Él es la solución y Él te ayudará a enderezar lo que tú nunca podrás enderezar por tu cuenta.

Ven tal como eres con todas tus debilidades e imperfecciones, y Jesús te limpiará de toda culpa y condenación, y te hará libre para reinar en tu vida a través de Su justicia.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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