Inspiración De Gracia
“Pues
tendré misericordia de sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus
pecados.” Hebreos 8:12
Cuando algo sale mal, ¿es tu primer
pensamiento: “Bueno, esto me debe estar
pasando debido a los pecados que he cometido”? Cuando se pincha una llanta de tu auto o te
enfermas, te preguntas: “¿Por qué pecado
me está castigando Dios ahora?” Si tu
respuesta a ambas preguntas es “sí”, tú no estás solo.
Este tipo de pensamiento es muy frecuente en la iglesia
porque muchos creyentes realmente no creen que están bajo el nuevo pacto. Ellos creen lo contrario a las escrituras de
hoy y piensan que Dios no es
misericordioso con sus errores, y que siempre
está consciente de sus pecados.
El problema con la iglesia hoy es el creer equivocadamente. Jesús
mismo definió el nuevo pacto para nosotros en la última cena cuando dijo: “Esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es
derramada por muchos para el perdón de los pecados.” (Mateo 26:28)
La cláusula principal del nuevo pacto es el perdón de todos tus
pecados debido a la sangre derramada de Jesucristo. Tu perdón no depende de
cuántas buenas obras hayas hecho, de cuánto dinero hayas dado a la iglesia o a las
organizaciones benéficas, o de qué posición de liderazgo tengas. No, todo
depende de la sangre derramada de Jesús.
Dios puso la cláusula principal del nuevo pacto —Hebreos
8:12— como la última cláusula, para mostrarnos que es esta cláusula final la
que hace que el nuevo pacto obre en nuestras vidas. Si tú no crees en la cláusula principal y
final, entonces tú no experimentarás todos los beneficios del nuevo pacto.
Y también estás negando la Palabra de Dios y la obra
terminada de Jesús. El nuevo pacto dice
que Dios tiene misericordia de tus iniquidades y que se ha olvidado de tus
pecados. Si Dios dice que Él los ha olvidado,
entonces Él realmente los ha olvidado. ¡Dios
no puede mentir!
Pero, ¿cómo puede Dios olvidar mis pecados?
¡Él puede porque Él es Dios! Si Él lo
dice, entonces Él lo hace. ¿Recuerdas ese pecado que cometiste hace
muchos años? Dios lo ha olvidado. Él no lleva una cuenta detallada de todas
tus faltas. No hay una gran pantalla de proyección en el cielo para mostrar
todos tus pecados —desde el día en que naciste hasta el día en que mueras.
Todos los registros de tus pecados fueron incinerados por la sangre de Jesús cuando Él dijo: “¡Consumado
es!” (Juan 19:30) Cuando Dios te
mira hoy, Él te ve cubierto con la
sangre de Jesús y completamente justo.
Solo el diablo, tú mismo y las personas que te rodean, te
harán recordar tus pecados. Así que,
cuando estés abrumado por los errores de tu pasado, ¡corre hacia Dios y apóyate
en Su gracia!
¿Por qué? Porque Él tendrá misericordia de tus iniquidades y
nunca más se acordará de tus pecados.
¡Esta es la cláusula principal del nuevo pacto de la gracia! ¡Esta es Su Palabra!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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