Inspiración De Gracia
Y
como es mediante la bondad de Dios, entonces no es por medio de buenas
acciones. Pues, en ese caso, la gracia
de Dios no sería lo que realmente es: gratuita e inmerecida. Romanos 11:6, NTV
Me encanta la descripción que hace el
apóstol Pablo de la gracia de Dios: ¡gratuita
e inmerecida! Cuando tú realmente
experimentas este gratuito e inmerecido favor y amor de Dios, tú no tienes que
preocuparte por tu comportamiento. Su
amor y favor inmerecido dentro de ti, eliminarán todos los pensamientos y
creencias incorrectos, y tú producirás
buenas obras —¡verdaderos frutos de justicia que son duraderos, sostenibles
y perdurables!
Es posible que hayas escuchado una enseñanza que circula, en
la que la gracia se define como “empoderamiento divino”. Ten cuidado al definir la gracia como simple
empoderamiento —eso sería diluir y reducir lo que la gracia realmente es.
La gracia produce empoderamiento divino, pero en sí misma,
la esencia de la gracia es Su favor inmerecido, que no hemos ganado y
del que no somos dignos. ¿Cuándo es
que estás en tu estado más indigno? Cuando has fallado.
Favor inmerecido significa que cuando tú has fallado y te
encuentras en tu estado más indigno, tú puedes
recibir el favor, las bendiciones, el amor y la perfecta aceptación de Jesús en
tu vida. Déjame decirte que cuando tú
comprendas y recibas la gracia como el favor inmerecido de Dios, no solo estarás
empoderado, también serás sanado y serás transformado de adentro hacia afuera.
El peligro real de definir la gracia como simple
empoderamiento divino es que nosotros podemos de manera inconsciente darle la
vuelta a la gracia, y en lugar de verla como la obra de Dios en nuestra vida, nosotros
la convertimos en nuestra obra. De estar
centrados en lo que Jesús ha hecho,
la definición errónea de la gracia como “empoderamiento”, la cambia, a ser lo
que tú debes hacer y cómo tú debes comportarte ahora que has
recibido esta gracia, este “empoderamiento divino”.
¿Puedes verlo? Con
tal definición de gracia, la responsabilidad de vivir la vida de Cristo recae
directamente sobre tus hombros.
Amigo, asegúrate de
que lo que crees en tu corazón siempre te apunte a Jesús y solo a Jesús, no a
ti mismo. Recuerda, se trata completamente
de Su obra, Sus operaciones, Su comportamiento y Su amor en nuestras vidas. Esto nunca apunta hacia ti.
No te dejes engañar por aquellos que se alejan de la
definición prístina de la gracia como el favor inmerecido de Dios y terminan haciendo
que todo se trate de ti y lo que necesitas hacer. Eso no es gracia. La
gracia es obra de Dios —desde el principio y hasta el final.
Hoy, recibe Su gracia abundante —mira que Dios ya ha
comenzado una buena obra en tu vida y solo Él te guiará y te dará la victoria
en el área de tu necesidad.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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