Inspiración De Gracia
Haré de ti una nación grande, y
te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Génesis 12:2
No te equivoques
respecto a esto: Dios quiere que tengamos éxito. Sin embargo, Él no quiere que nosotros
tengamos un éxito que nos aplastará. Estoy seguro de que has
escuchado muchas historias de personas que reciben una ganancia inesperada
cuando obtienen una gran herencia o ganan el primer premio en una
lotería. Sin embargo, para algunas de estas personas, la riqueza
repentina no les dio una vida mejor. En cambio, en muchos casos,
sabemos que corrompió y destruyó sus vidas.
A menudo, estas
personas no pudieron manejar su supuesto éxito y terminaron dejando a sus esposas
y permitiendo que sus familias se derrumbaran ante sus ojos. Quizás
ellos compraban todo tipo de cosas y vivían en casas enormes. Sin
embargo, ellos aún sentían una sensación crónica de soledad, vacío e
insatisfacción.
La triste realidad
es que muchos de los que se encontraron con una riqueza tan repentina, la
desperdiciaron y algunos incluso cayeron en bancarrota. Claramente,
estos resultados no son resultados del tipo de Jesús, ni tampoco es el tipo de
éxito de Jesús. Permíteme aclararlo desde el principio: Dios no
tiene ningún problema con que tú tengas dinero, ¡pero Él no quiere que el
dinero te tenga!
“Pero Pastor
Prince, ¿cómo puede decir usted que Dios no tiene ningún problema con que
tengamos dinero? ¿No dice la Biblia que “el dinero es la raíz de
todos los males”?
Espera un minuto,
eso no está en la Biblia. Seamos escrituralmente
precisos. Lo que dice la Biblia es esto: “Porque la raíz de
todos los males es el amor al dinero.” (1 Timoteo 6:10) ¿Puedes ver la diferencia?
Tener dinero no te
hace malo. Es la obsesión con
el dinero y el amor intenso al dinero lo que conduce a todo tipo de mal. El
hecho de que una persona no tenga dinero en su bolsillo no significa que sea
santa. Esta persona bien puede estar pensando, soñando y deseando dinero
todo el día. Tú no necesitas tener mucho dinero para amar el
dinero. Si una persona siempre está comprando boletos de lotería,
yendo a los casinos y apostando en el mercado de valores, esta persona
claramente ama el dinero. Está obsesionado con conseguir más dinero.
Cuando Dios llamó a
Abraham, Él le dijo: “... te
bendeciré... y serás bendición.” (Génesis 12:2) Nosotros, que somos creyentes del nuevo
pacto en Cristo, somos llamados la simiente de Abraham (Gálatas 3:29), y como Abraham, estamos llamados a ser
bendición.
Ahora bien, ¿cómo
podemos nosotros ser bendición si no somos bendecidos? ¿Cómo podemos
ser bendición para otros cuando siempre estamos postrados con enfermedad,
viviendo al día, sin tener nunca lo suficiente para nuestra propia familia y
siempre teniendo que pedir prestado a los demás? De ninguna manera,
amigo.
Dios quiere que tú estés sano y
fuerte, y quiere que tengas recursos económicos más que suficientes para que
puedas ser generoso con tus familiares, amigos, comunidad o cualquier persona
que necesite ayuda. ¿Cómo puedes estar en
condiciones de ayudar a los demás si tú necesitas toda la ayuda que puedas
conseguir? Definitivamente no es lo mejor de Dios para ti cuando tú
apenas tienes suficiente para ti. ¡Él quiere bendecirte para que tú puedas ser bendición!
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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