Inspiración De Gracia
Enderezándose Jesús, le dijo:
“Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado?” Y ella respondió: “Ninguno, Señor.” Entonces Jesús le dijo: “Yo tampoco te
condeno. Vete; desde ahora no peques más.” Juan 8:10-11
La gente a menudo
pregunta: “Si los creyentes saben que ellos son libres de toda condenación, ¿no
irán y pecarán?” Bueno, ellos deberían hablar con Katy, que es
capellán de un centro penitenciario que alberga a prisioneras en el sur de
California. Después de que descubrió el mensaje de gracia y
experimentó la libertad de la condenación, su vida no fue la misma. Ella
incluso se sintió guiada por el Señor para compartir directamente uno de mis
libros con las mujeres del centro penitenciario. Esta fue la
recepción que tuvo:
Dios está usando
esta revelación de Su gracia para sanar
a los quebrantados de corazón y liberar a los cautivos. Se están
produciendo sanidades físicas. Se
están cambiando mentalidades equivocadas. ¡Las
mujeres también están experimentando liberación
de adicciones y sus vidas lastimadas también están siendo transformadas por Su gran amor incondicional
y la abundancia de Su gracia!
Katy y las
prisioneras que recibieron el evangelio de la gracia te dirían que es una
mentira incluso sugerir que la libertad de la condenación conduciría al
pecado. ¡Es justamente lo opuesto! ¡Aleluya! Las mujeres comenzaron a reinar en la vida
sobre sus pecados y adicciones, y a ser sanadas de su quebrantamiento. Y
no están solas —ésta es una cita constante en las cartas y correos electrónicos
que este ministerio recibe de personas de todo el mundo que están ansiosas por
compartir su liberación y su victoria sobre las cosas que les han mantenido
derrotados.
Amigo, la libertad
de la condenación no te lleva a caer más profundo en el
pecado. Esta, de hecho, te da
poder para liberarte del pecado, de sus dolorosas consecuencias, ¡y te hace
enamorarte más profundamente de Jesús y de Su gracia!
En las Escrituras
de hoy, notarás que nuestro Señor claramente no pensó que la libertad de la
condenación te llevaría a vivir una vida de pecado. Ahora, presta
mucha atención al relato de la mujer que fue sorprendida en adulterio: Jesús le dio el regalo de “no
condenación” antes de
decirle que se fuera y no pecara más. Sin embargo, hoy en día
muchos lugares invierten el orden y les dicen a mujeres como las del centro
penitenciario: “Primero vete y no peques más, solo después de que lo consigas
no te condenaremos.” Sutilmente o no tan sutilmente, se les está
diciendo que corrijan sus vidas primero, antes de que puedan ser parte de la
iglesia. Esa es la razón por la que ellas y las otras personas se
están alejando de los lugares donde escuchan esto. No es porque se
están revelando contra Jesús. ¡Es porque no han sido presentados al verdadero Jesús, quien le da al pecador
culpable el regalo de no
condenación!
Con demasiada
frecuencia, a los no creyentes solo se les ha presentado el cristianismo como
un conjunto de reglas que únicamente los juzga y los condena. Pero
amigo, el cristianismo no se trata de leyes. Se trata de Jesús y de cómo Él derramó Su sangre para el perdón de
nuestros pecados, porque sin sangre, la Biblia dice que no hay perdón de
pecados. (Hebreos 9:22) Es
por eso que el cristianismo es una relación basada en la sangre derramada de
Jesucristo. Su sangre
lavó todos nuestros pecados y cumplió todos los requisitos justos de la ley en
nombre nuestro.
Permíteme hacerte
una pregunta: ¿era culpable esa mujer que fue llevada ante
Jesús? Sí, ella fue “sorprendida
en el acto mismo del adulterio.” (Juan 8:4) Pero en lugar de
condenarla de acuerdo con la ley de Moisés, que requería que fuera lapidada a
muerte, Jesús le mostró gracia y le dio
el regalo de no condenación.
¿Crees que esta
mujer se iría, buscaría a su amante y volvería a meterse en la cama con él
después de haber recibido el regalo de no condenación? ¡No, claro
que no! Es obvio que Jesús
creía que cuando alguien realmente tiene una revelación de que Dios no le
condena, esta persona tendrá el poder para salir del círculo vicioso del pecado. ¡Tendrá el poder para “ir
y desde ahora no pecar más”!
La verdad es que la gracia de Jesús
se traga el pecado. Deja que Sus
palabras —“Yo tampoco te
condeno”— transformen tu corazón hoy y te den el poder para “ir
y desde ahora no pecar más.”
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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