Inspiración De Gracia
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de Sus beneficios. Él es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades. Salmos 103:2-3
Permíteme compartir contigo un testimonio de cómo creer en el amor, la gracia y la bondad de Dios trajo sanidad a una preciosa dama en Singapur. Connie fue diagnosticada con un tumor en la glándula pituitaria, en su cerebro. La resonancia magnética mostró que el tumor era un macro-crecimiento de aproximadamente 1.5 cm.
Le presentaron dos opciones: cirugía inmediata para extirpar el tumor (el riesgo de la cirugía era una tasa de fracaso del 20% y la posibilidad de quedar ciega de un ojo), o medicación. Le dijeron que si ella se decidía por la medicación, esta tomaría mucho tiempo para funcionar y que la mayoría de los tumores se encogían solo después de aproximadamente un año. Esta es la historia de Connie:
Pastor Prince, lo que los médicos dijeron acerca del tumor fue una noticia devastadora para mí y mi familia. Recuerdo haberme dicho a mí misma que si perdía la vista, no querría vivir más.
Fue durante este tiempo que mi familia resolvió encomendar todo este asunto a Dios, confiar y depender de Él por completo, y orar por sanidad. Optamos por tomar la medicación.
A pesar de querer creer en el amor y la bondad de Dios hacia mí, yo estaba constantemente plagada de preguntas como: “¿Dios aún me ama? ¿Siquiera le importa lo que me pasa? ¿Me está castigando por algo malo que he hecho? ¿Debería solo mostrarme fuerte y aceptar la situación?”
Fue solo cuando un colega y amigo en mi lugar de trabajo comenzó a pasarme los CDs de tus prédicas para que las escuchara, que recordé de nuevo el amor, la gracia y la bondad de mi Salvador hacia mí. Yo creo que mientras escuchaba la predicación de la Palabra a través de los CDs, mi cuerpo comenzó a sanar.
Un mes después de estar con la medicación, el nivel de prolactina en mi sangre disminuyó y el equilibrio de las sustancias químicas en mi cuerpo se estabilizó. Después de dos meses más, la resonancia magnética mostró que el tumor se había reducido a la mitad de su tamaño original. Yo me sentí muy animada y lo más importante, me sentí confiada y segura de que mi Dios estaba haciendo Su obra de sanidad en mi cuerpo, de que Él me ama y se preocupa por mí lo suficiente como para saber que yo estaba sufriendo, y hacer algo al respecto.
¡La mejor noticia llegó cuando la resonancia magnética mostró que el macro-tumor había DESAPARECIDO! El médico estaba asombrado y seguía diciendo que en la mayoría de los casos, incluso cuando un tumor se había reducido tanto, todavía quedarían restos de células tumorales. Pero en mi caso, ¡el tumor había DESAPARECIDO por completo, sin ningún rastro de células tumorales en absoluto!
No hay palabras que puedan describir cuán agradecida estoy con Dios. Yo sé que es Dios quien me sanó. Pero lo que es más importante, es el hecho de que crecí como hija de Dios y yo sé que soy la justicia de Dios debido a lo que Jesús hizo en la cruz por mí. Saber que soy profundamente amada por Dios y que Él cuida de mí, me hace sentir muy segura en mi relación con Dios.
Quiero darle toda la gloria y alabanza a Dios. Yo soy lo que soy hoy —una persona sanada, completa y en paz— ¡solo por la predicación del evangelio de la gracia!
Amigo, si Connie hubiera creído que Dios la estaba castigando por algún pecado, ella simplemente se habría mostrado fuerte, habría aceptado su enfermedad como un castigo y nunca habría buscado a Dios para que la sanara. ¡Pero alabado sea Dios porque Él trajo luz a la situación de Connie y le hizo ver cuánto la amaba!
Si tú quieres ver el poder de la gracia de Dios operando en cada dimensión de tu vida, te animo a creer en Su amor, en Su regalo de justicia y en Su perdón. Hay poder para sanar ahora mismo si tú te enfocas y descansas en Su obra terminada, y Su amor por ti. ¡Su amor nunca falla!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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