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viernes, 22 de marzo de 2024

Rompe El Ciclo De La Derrota

 Inspiración De Gracia


Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús.  Romanos 8:1

Las personas que creen erróneamente que Dios es duro con ellos a causa de que han fallado, inevitablemente serán duros con las personas que los rodean, y sobre todo, terminarán siendo muy duros consigo mismos.  Ellos no pueden perdonarse a sí mismos por los errores que han cometido en el pasado y lo sepan o no, terminan castigándose a sí mismos.

Es un círculo vicioso de derrota.  Cuanto menos pueden perdonarse ellos a sí mismos, más se lastiman con todo tipo de comportamientos y más caen esclavos de diferentes adicciones destructivas.  Esto los lleva a sentirse aún más culpables, lo que a su vez los impulsa a castigarse a sí mismos aún más —y el ciclo continúa.

Creo que la causa fundamental de muchos hábitos pecaminosos, temores y adicciones puede ser rastreada hasta la condenación.  Quiero hablarte hoy acerca de perseguir la condenación como la raíz, para ayudarte a recibir el perdón de Dios en esas áreas, a fin de que puedas romper tu ciclo de derrota y entrar en un nuevo ciclo de victoria.

¿Estás viviendo hoy con alguna culpa y condenación no resueltas?  Tengo excelentes noticias para ti.  Cuando tú te das cuenta de que el corazón de Dios no está en la condenación sino en el perdón, ¡tu vida entera es completamente transformada para Su gloria!  Personalmente he sido testigo de muchas vidas transformadas cuando las personas simplemente dan un pequeño paso de fe para creer en Su gracia y recibir Su perdón en sus vidas.

En lugar de castigarse a sí mismos por sus errores y descalificarse a sí mismos, estas personas comenzaron a corregir sus creencias y a recibir el perdón de Dios al ver a Jesús asumiendo su castigo.  Ellos comenzaron a ver que su Salvador los calificaba para recibir todas las bendiciones de Dios para sus matrimonios, sus familias y sus carreras.

En este momento, quiero animarte a que sueltes ante el Señor la culpa y la condenación que has acumulado por cualquier falta que hayas cometido a lo largo de los años.  ¿Harías esta oración conmigo?

“Señor Jesús, ya no quiero vivir bajo la culpa y la condenación.  Hoy, yo suelto todas mis faltas, mis pecados y mis equivocaciones en Tus amorosas manos.  Y ahora mismo, recibo Tu perdón en mi corazón.  Gracias por Tu preciosa sangre que me lava más blanco que la nieve.  Ahora mismo yo me posiciono firme en Tu justicia, Tu favor, Tu gozo y Tu paz.  ¡Amén!”

Esta es una oración simple pero poderosa.  Te animo a hacerla cada vez que falles y experimentes culpa y condenación en tu corazón.

Deja de castigarte a ti mismo —tu respuesta se encuentra en la cruz de Jesús.  Yo te aseguro que cuando busques a Jesús cada vez que falles, y recuerdes cuán perdonado y justificado eres en Cristo, comenzarás a vivir como la persona perdonada y justa que Jesús hizo de ti.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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