Inspiración De Gracia
“Porque
el Señor tu Dios está en medio de ti, como guerrero victorioso. Se
deleitará en ti con gozo, te renovará con Su amor, se alegrará por ti con
cantos.” Sofonías 3:17, NVI
Judas
Iscariote traicionó a Jesús por treinta piezas de plata porque él no entendía
el valor de Jesús. Después de hacerlo, él gritó con
desesperación: “He entregado sangre inocente.” (Mateo 27:4,
NVI) Luego fue y se ahorcó. Él rechazó al Señor y su
culpa lo llevó a colgarse de un árbol. La verdad es que él no tenía
que hacerlo, porque Jesús iba a colgar de otro árbol por su pecado.
¡Es
triste ver a tanta gente hoy que, como lo hizo Judas, se están castigando a sí
mismos por sus propios pecados! Ellos viven en culpa y condenación
perpetuas, castigándose y sometiéndose a comportamientos
autodestructivos. Ellos no saben todo lo que nuestro Señor Jesús
sacrificó en la cruz por su perdón, liberación, redención y
libertad. Para anestesiar las voces de acusación en sus propias
conciencias, muchos resultan aprisionados al alcohol, las drogas y todo tipo de
abuso de sustancias que los debilitan. Y terminan viviendo en un
estado de temor constante, ataques de ansiedad, insomnio y enfermedades
psicosomáticas.
Permíteme
compartir contigo un testimonio realmente precioso que recibí de Garrett, quien
vive en Sudáfrica. Incapaz de encontrar una salida a una espiral
descendente de años de depresión, adicción a las drogas y al alcohol, y
desesperación, Garrett perdió su trabajo, a su esposa y a su
hijo. Esclavo de su situación, llegó a odiarse a sí mismo hasta el
punto de intentar suicidarse. Se bendecido mientras lees cómo su
encuentro con Jesús y Su asombrosa gracia cambió su vida completamente:
Yo le
pedía ayuda a Dios y le preguntaba: “Dios, ¿qué quieres de
mí? ¿Dónde estás? ¿Estoy siendo castigado por mi forma de
ser?... ¿Realmente existes?” Llegué a una casa vacía,
encendí la televisión y sin darme cuenta llegué a su transmisión televisiva. Inmediatamente
intenté cambiar el canal, pero el canal se atascó.
Pastor
Prince, en ese mismo instante, usted miró a la cámara y dijo: “Quizás tu vida
ahora mismo está siendo sacudida por ciertos vientos. Tal vez sea un
viento de turbulencia financiera, tal vez sea una tormenta de enfermedad que ha
llegado a tu vida. Cualesquiera que sean los vientos, cualquiera que
sea la tormenta, yo estoy aquí para decirte que, en medio de la tormenta,
mantente a la expectativa de Jesús.”
Sentí
como si hubiera sido atropellado por un tren de carga. Me detuve en
seco y me asusté porque hacía unos minutos estaba gritándole a Dios por
respuestas. Yo estaba seguro de que Dios me estaba dirigiendo hacia
algún lugar en ese momento. Mi cuerpo comenzó a sentir un hormigueo
y la luz de la habitación comenzó a hacerse más brillante. Aunque no
soy de los que tienen momentos “religiosos”, yo estaba seguro de que estaba
teniendo un momento con Cristo. Así de real fue, y totalmente
inesperado.
¡Su
mensaje cambió mi mundo! Yo no tenía idea de que Dios podía amar a
una persona como yo después de todo lo que había hecho. Compré uno
de sus libros y después de leerlo sentí un hambre que nunca antes había
experimentado. Mis ojos estaban abiertos y yo quería
más. Por medio de sus enseñanzas, yo ahora puedo entender la Palabra
de Dios como nunca antes. Estoy aplicando la Palabra en mi
vida. ¡Ahora soy libre! Libre para ser amado por Dios
debido a la obra terminada de nuestro Señor Jesucristo. Soy libre
para tener esperanza, libre para recibir y libre para acercarme a Jesús incluso
cuando falle.
Pastor
Prince, como resultado del conocimiento de Jesús y Su gracia maravillosa, yo
ahora no tengo adicción a las drogas, ni dependencia del alcohol, y mi vida de
infelicidad y desesperación se ha ido. La gracia de Dios incluso ha
impactado mis relaciones y las ha hecho mejores que nunca. Ahora
estoy lleno del Espíritu Santo, reinando en la vida. ¡Aleluya!
Amado,
si tú has estado atascado en el fango de la soledad, el desánimo y la
autodestrucción, no pierdas un día más en ese lugar oscuro. En lugar
de eso, adora a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, Aquel que lo entregó todo
y permitió que lo escupieran, lo golpearan brutalmente y lo perforaran con
gruesos clavos en la cruz, para tu redención.
Permite
que la fragancia de Su amor y Su gracia inunde cada área de tu
vida. Permite que el perfume de Su sacrificio penetre y sane cada
herida, cada desilusión y cada inseguridad. Él ya pagó el precio
para que tú estés sano y restaurado. Él ya pagó el precio para que
tú vengas con confianza y libertad ante Su trono de gracia. ¡Oh,
cuánto Él te ama! ¡Él te ama! ¡Él te ama!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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