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martes, 9 de agosto de 2022

¡Oh, Cuánto Él Te Ama!

Inspiración De Gracia


“Porque el Señor tu Dios está en medio de ti, como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con Su amor, se alegrará por ti con cantos.”  Sofonías 3:17, NVI

Judas Iscariote traicionó a Jesús por treinta piezas de plata porque él no entendía el valor de Jesús.  Después de hacerlo, él gritó con desesperación: “He entregado sangre inocente.” (Mateo 27:4, NVI)  Luego fue y se ahorcó.  Él rechazó al Señor y su culpa lo llevó a colgarse de un árbol.  La verdad es que él no tenía que hacerlo, porque Jesús iba a colgar de otro árbol por su pecado.

¡Es triste ver a tanta gente hoy que, como lo hizo Judas, se están castigando a sí mismos por sus propios pecados!  Ellos viven en culpa y condenación perpetuas, castigándose y sometiéndose a comportamientos autodestructivos.  Ellos no saben todo lo que nuestro Señor Jesús sacrificó en la cruz por su perdón, liberación, redención y libertad.  Para anestesiar las voces de acusación en sus propias conciencias, muchos resultan aprisionados al alcohol, las drogas y todo tipo de abuso de sustancias que los debilitan.  Y terminan viviendo en un estado de temor constante, ataques de ansiedad, insomnio y enfermedades psicosomáticas.

Permíteme compartir contigo un testimonio realmente precioso que recibí de Garrett, quien vive en Sudáfrica.  Incapaz de encontrar una salida a una espiral descendente de años de depresión, adicción a las drogas y al alcohol, y desesperación, Garrett perdió su trabajo, a su esposa y a su hijo.  Esclavo de su situación, llegó a odiarse a sí mismo hasta el punto de intentar suicidarse.  Se bendecido mientras lees cómo su encuentro con Jesús y Su asombrosa gracia cambió su vida completamente:

Yo le pedía ayuda a Dios y le preguntaba: “Dios, ¿qué quieres de mí?  ¿Dónde estás?  ¿Estoy siendo castigado por mi forma de ser?...  ¿Realmente existes?”  Llegué a una casa vacía, encendí la televisión y sin darme cuenta llegué a su transmisión televisiva.  Inmediatamente intenté cambiar el canal, pero el canal se atascó.

Pastor Prince, en ese mismo instante, usted miró a la cámara y dijo: “Quizás tu vida ahora mismo está siendo sacudida por ciertos vientos.  Tal vez sea un viento de turbulencia financiera, tal vez sea una tormenta de enfermedad que ha llegado a tu vida.  Cualesquiera que sean los vientos, cualquiera que sea la tormenta, yo estoy aquí para decirte que, en medio de la tormenta, mantente a la expectativa de Jesús.”

Sentí como si hubiera sido atropellado por un tren de carga.  Me detuve en seco y me asusté porque hacía unos minutos estaba gritándole a Dios por respuestas.  Yo estaba seguro de que Dios me estaba dirigiendo hacia algún lugar en ese momento.  Mi cuerpo comenzó a sentir un hormigueo y la luz de la habitación comenzó a hacerse más brillante.  Aunque no soy de los que tienen momentos “religiosos”, yo estaba seguro de que estaba teniendo un momento con Cristo.  Así de real fue, y totalmente inesperado.

¡Su mensaje cambió mi mundo!  Yo no tenía idea de que Dios podía amar a una persona como yo después de todo lo que había hecho.  Compré uno de sus libros y después de leerlo sentí un hambre que nunca antes había experimentado.  Mis ojos estaban abiertos y yo quería más.  Por medio de sus enseñanzas, yo ahora puedo entender la Palabra de Dios como nunca antes.  Estoy aplicando la Palabra en mi vida.  ¡Ahora soy libre!  Libre para ser amado por Dios debido a la obra terminada de nuestro Señor Jesucristo.  Soy libre para tener esperanza, libre para recibir y libre para acercarme a Jesús incluso cuando falle.

Pastor Prince, como resultado del conocimiento de Jesús y Su gracia maravillosa, yo ahora no tengo adicción a las drogas, ni dependencia del alcohol, y mi vida de infelicidad y desesperación se ha ido.  La gracia de Dios incluso ha impactado mis relaciones y las ha hecho mejores que nunca.  Ahora estoy lleno del Espíritu Santo, reinando en la vida.  ¡Aleluya!

Amado, si tú has estado atascado en el fango de la soledad, el desánimo y la autodestrucción, no pierdas un día más en ese lugar oscuro.  En lugar de eso, adora a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, Aquel que lo entregó todo y permitió que lo escupieran, lo golpearan brutalmente y lo perforaran con gruesos clavos en la cruz, para tu redención.

Permite que la fragancia de Su amor y Su gracia inunde cada área de tu vida.  Permite que el perfume de Su sacrificio penetre y sane cada herida, cada desilusión y cada inseguridad.  Él ya pagó el precio para que tú estés sano y restaurado.  Él ya pagó el precio para que tú vengas con confianza y libertad ante Su trono de gracia.  ¡Oh, cuánto Él te ama!  ¡Él te ama!  ¡Él te ama!

Viendo a través de los ojos de la fe, 

Joseph Prince 

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