Inspiración De Gracia
Porque has puesto al Señor, que
es mi refugio, al Altísimo, por tu habitación. No te sucederá ningún mal, ni
plaga se acercará a tu morada. Salmos 91:9-10
Cuando yo era
estudiante, tomé un trabajo a tiempo parcial en una fábrica que producía
refrigeradores. Como cualquier adolescente, yo solo quería ganar
algo de dinero extra. No era un trabajo complicado. Yo
era parte de una línea de ensamblaje y todo lo que tenía que hacer era usar un
taladro eléctrico para crear una abertura y sujetar un condensador de manera
segura en la parte posterior de cada refrigerador. Me la pasaba
zumbando con el taladro eléctrico todo el día, ganándome el sustento.
En ese momento, yo
tenía la costumbre de llevar conmigo un pequeño libro. Era mi
librito de versículos de la Biblia para memorizar, y yo lo leía y hablaba la
Palabra de Dios 3 veces al día. Durante ese período, había un
versículo en particular en el Salmo 91 que yo confesaba todos los días: “No
te sucederá ningún mal, ni plaga se acercará a tu morada.” (Salmos
91:10) Esa era mi confesión diaria en la mañana antes de irme al
trabajo, y durante mis descansos, mis compañeros de trabajo me veían sentado en
alguna esquina, confesando este versículo. Esta era una revelación
muy poderosa para mí, y yo realmente quería que Su Palabra, y en particular
esta verdad de la protección de Dios, se depositara en mi corazón.
Un día, mientras
estaba ensamblando otro refrigerador, yo perdí el control del taladro
eléctrico. De alguna manera se me escapó de las manos y el taladro
fue directo hacia mi estómago. Todo sucedió muy
rápido. El taladro eléctrico, que giraba con toda su fuerza, golpeó
mi estómago... y simplemente rebotó. Algunos de los trabajadores que
vieron lo sucedido corrieron, preocupados por mí. ¡Fue entonces que
me di cuenta que yo estaba completamente ileso!
Lo único que me
vino a la mente en ese momento fue la escritura en la que yo había estado meditando. Ese
día, el versículo, “No te sucederá ningún mal, ni plaga se acercará a
tu morada,” cobró vida para mí. Doy gracias por la protección
divina del Señor sobre mi vida cuando yo era adolescente. ¿No amas a
nuestro maravilloso y hermoso Salvador? Mientras meditas y declaras
Sus promesas en Su Palabra, yo creo que también vas a ver Su poder salvador y libertador obrando a tu
favor.
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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