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sábado, 3 de septiembre de 2022

Corazones Purificados Por La Fe

Inspiración De Gracia


“Si vosotros permanecéis en Mi palabra, verdaderamente sois Mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres… Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.”  Juan 8:31-32, 36

¿Cuál es “la verdad” que Jesús dice que tiene el poder para liberarnos?  Recuerda, nuestro Señor le estaba hablando al pueblo judío, así que “la verdad que ellos conocerían” no podría haber sido el antiguo pacto de la ley, en el cual ellos ya estaban bien versados.  Conocer e intentar guardar la ley para ganar su justicia no les había dado la libertad que ellos buscaban.  Ésta, de hecho, se había convertido para ellos en un yugo increíblemente pesado de soportar.

Para entender qué es “la verdad”, quiero llevarte a Hechos 15, en donde el Concilio de Jerusalén se había reunido para debatir cuál de las leyes del antiguo pacto debería imponerse a los creyentes gentiles.  Mira lo que Pedro dijo:

“Y Dios, que conoce el corazón, les dio testimonio dándoles el Espíritu Santo, así como también nos lo dio a nosotros; y ninguna distinción hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Creemos más bien que somos salvos por la gracia del Señor Jesús, de la misma manera que ellos también lo son.” —Hechos 15:8–11

Cuando Pedro habló de que Dios había dado el Espíritu Santo a los creyentes gentiles de la misma manera que les había dado el Espíritu Santo a los creyentes judíos, él se estaba refiriendo a su predicación en la casa de Cornelio y cómo el Espíritu Santo cayó sobre todos los gentiles que estaban allí escuchándolo mientras hablaba estas palabras: “De este dan testimonio todos los profetas, de que por Su nombre, todo el que cree en Él recibe el perdón de los pecados. (Hechos 10:43–44)  Nota que cuando los gentiles de allí simplemente pusieron su fe en el Señor Jesús para el perdón de sus pecados, ¡ellos fueron llenos del Espíritu Santo!

Los creyentes judíos que estaban presentes con Pedro se sorprendieron al ver cómo incluso los gentiles podían recibir el Espíritu Santo de la misma manera que ellos lo habían hecho. (Hechos 10:45–46)  Era un fenómeno impensable y sin precedentes que los judíos de la iglesia primitiva presenciaran eso, ya que bajo las leyes del Antiguo Testamento, los gentiles eran considerados inmundos. (Hechos 10:28)  Más tarde, los creyentes judíos reconocieron que Dios también había concedido a los gentiles “el arrepentimiento que conduce a la vida.” (Hechos 11:18)

Esto me lleva al siguiente punto.  En el Concilio de Jerusalén, Pedro declaró que los corazones de los creyentes gentiles habían sido purificados por la fe. (Hechos 15:9)  No por sus obras, sino porque creyeron correctamente —creyendo que aquellos que creyeron en el Señor recibirían la remisión de sus pecados y serían hechos la justicia de Dios.  ¿Puedes ver eso?

¿Cómo somos hechos justos hoy?  ¿Cómo se purifican nuestros corazones hoy?  ¡Por fe en la obra consumada de nuestro Señor en la cruz!

Jesús dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.” (Mateo 5:8)  Ahora, ¿quiénes son los de corazón limpio?  Aquellos cuyos corazones han sido purificados por la fe.  ¡Amén!  Así es como nosotros usamos las escrituras para interpretar las escrituras.  Así que no permitas que nadie te diga que para tener un corazón puro, tú necesitas hacer esto y aquello, y si no cumples con su lista de lo que debes y no debes hacer, tu corazón no será puro.

¿Puedes ver lo peligrosas que pueden ser las opiniones de los hombres?  Así como así, los preciosos creyentes pueden tener un gran temor de que si ellos no están haciendo algo lo suficientemente difícil para mantener puros sus corazones continuamente, ellos perderán su salvación y terminarán sin ver al Señor.

De acuerdo con la autoridad de la Palabra de Dios, nuestros corazones son purificados por la fe en nuestro Señor Jesús.  ¡Aleluya!  Permite que esta verdad ponga una confianza inquebrantable en tu corazón con respecto a tu salvación, tu relación con el Señor, tu futuro y las cosas buenas que suceden por ti y para ti.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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