Inspiración De Gracia
“Él Mismo tomó nuestras flaquezas y llevó
nuestras enfermedades.” Mateo 8:17
Es posible que
estés familiarizado con el versículo, Isaías 53:4, que dice: “Ciertamente
Él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores.” Pero
observa cómo el autor del evangelio de Mateo lo citó en las escrituras de hoy.
Amo las
palabras Él Mismo porque representan algo muy personal e
íntimo. Ciertamente Él Mismo llevó nuestras enfermedades y
dolores. No fue un ángel. Tu salud y tu plenitud eran
demasiado importantes para Él, de manera que Él Mismo cargó
con cada una de tus enfermedades y dolores.
Toma un tiempo para
meditar en las palabras Él Mismo. Toma tiempo para
recordar a Aquel que sufrió y murió por ti, Aquel que tomó tus flaquezas y
llevó tus enfermedades para que tú no tengas que
soportarlas. Jesús, Él Mismo lo hizo porque tú eres
muy preciado para Él.
Cualquiera que sea
la condición que los médicos te hayan diagnosticado, Jesús Mismo la ha tomado
sobre Su propio cuerpo. No te concentres en buscar la sanidad;
enfócate en el Señor Jesús Mismo. Enfócate en Aquel quien “Él
Mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz, a fin de que
muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por Sus heridas fuisteis
sanados.” (1 Pedro 2:24)
Muchas veces cuando
tú lo buscas y simplemente pasas tiempo en Su presencia, tus temores y
preocupaciones sencillamente se desvanecen. Encuentras que en Su
presencia hay paz-shalom. Hay sanidad. Hay
plenitud. Y cuando buscas tus síntomas, ya no los
encuentras más. ¿Por qué? Porque estás en presencia del
Sanador.
Cuando Dios le dijo
a los hijos de Israel: “Yo, el SEÑOR, Soy tu sanador” (Éxodo
15:26), Él se estaba presentando a Sí Mismo como Jehová Rapha. Él
no estaba diciendo: “Yo te daré sanidad” o “Yo te proveeré
salud”. Él estaba diciendo YO SOY tu sanidad y YO SOY tu
salud. Cuando tú tocas a Jesús, tocas la sanidad. Él no
da la sanidad como si fuera una cosa. Él se da a Sí Mismo.
Tú no tienes que
perseguir la sanidad, provisión y protección. Cuando tú tienes a
Jesús, tienes todo lo que necesitas. Si hay un área en donde
identificas muerte en tu cuerpo, el Señor te dice: “Yo Soy la
resurrección y la vida.” (Juan 11:25) Si los médicos te han
dicho que morirás joven, el Señor te dice: “Yo Soy tu
vida y la largura de tus días.” (Deuteronomio 30:20) Si has
recibido un diagnóstico negativo y tienes miedo, el Señor te dice: “No
temas, Yo Soy un escudo para ti.” (Génesis
15:1) Si has estado lidiando con una recaída tras otra y el desánimo
te abruma, el Señor te declara: “Yo Soy tu fortaleza
y tu canción.” (Éxodo 15:2)
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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