Medite En
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Y él, tomándole, le sanó, y le despidió.
Lucas 14:4
Jesús
estaba en la casa de uno de los gobernantes de los fariseos para comer el pan
en el día de reposo, y Él estaba siendo vigilado
de cerca. Imagine ser invitado a cenar a la casa de alguien solo para que el
anfitrión y sus amigos puedan escrutarle y encontrar sus faltas!
A
pesar de las circunstancias desfavorables, nada pudo impedir que se manifestara
la bondad del corazón de Jesús. La Biblia dice que “he aquí estaba delante de
él un hombre hidrópico” (es decir que tenía hinchados los brazos y las piernas)
(Lucas 14:2). Jesús no podía ver a este hombre enfermo y simplemente olvidarlo.
Él deseaba sanar a este hombre a pesar de que Él sabía que todos a Su alrededor
estaban en contra de ello.
Así
que Jesús les habló a los fariseos diciendo: “¿Es lícito sanar en el día de
reposo?” Los fariseos legalistas y sin compasión, se quedaron en silencio. Me
encanta lo que Jesús hizo después: “Y él, tomándole, le sanó, y le despidió.”
Directo al punto! Después, Jesús se volvió a los Fariseos y les dijo: “¿Quién de vosotros, si su asno o su
buey cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente,
aunque sea en día de reposo?” (Lucas 14:5).
Fíjese
en la palabra “inmediatamente”. Para el Señor, una persona enferma es como si
hubiera caído a un pozo requiriendo de ayuda inmediata. Así es como el Señor ve a las personas que
están enfermas. Él las ve como necesitadas de atención inmediata.
Amigo,
si usted está enfermo hoy, Jesús lo quiere sano. Él no dirá: “Hoy es mi día de
descanso. Regrese mañana”. No, Su mano derecha está extendida y lista para
sacarlo del pozo. Él no necesita que usted lo persuada. Acérquese con fe y aférrese
de Su amorosa y poderosa mano!
Bendiciones,
Joseph Prince
Joseph Prince
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