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sábado, 6 de octubre de 2012

No Necesita Persuadirlo



Medite En

... Y él, tomándole, le sanó, y le despidió.
Lucas 14:4

Jesús estaba en la casa de uno de los gobernantes de los fariseos para comer el pan en el día de reposo, y Él estaba siendo vigilado de cerca. Imagine ser invitado a cenar a la casa de alguien solo para que el anfitrión y sus amigos puedan escrutarle y encontrar sus faltas!
A pesar de las circunstancias desfavorables, nada pudo impedir que se manifestara la bondad del corazón de Jesús. La Biblia dice que “he aquí estaba delante de él un hombre hidrópico” (es decir que tenía hinchados los brazos y las piernas) (Lucas 14:2). Jesús no podía ver a este hombre enfermo y simplemente olvidarlo. Él deseaba sanar a este hombre a pesar de que Él sabía que todos a Su alrededor estaban en contra de ello.
Así que Jesús les habló a los fariseos diciendo: “¿Es lícito sanar en el día de reposo?” Los fariseos legalistas y sin compasión, se quedaron en silencio. Me encanta lo que Jesús hizo después: “Y él, tomándole, le sanó, y le despidió.” Directo al punto! Después, Jesús se volvió a los Fariseos y les dijo: “¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en día de reposo?” (Lucas 14:5).
Fíjese en la palabra “inmediatamente”. Para el Señor, una persona enferma es como si hubiera caído a un pozo requiriendo de ayuda inmediata.  Así es como el Señor ve a las personas que están enfermas. Él las ve como necesitadas de atención inmediata.
Amigo, si usted está enfermo hoy, Jesús lo quiere sano. Él no dirá: “Hoy es mi día de descanso. Regrese mañana”. No, Su mano derecha está extendida y lista para sacarlo del pozo. Él no necesita que usted lo persuada. Acérquese con fe y aférrese de Su amorosa y poderosa mano!

Bendiciones,
Joseph Prince

 

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