1ª Pedro 2:9
Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que
anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz
admirable.
Dios
nos llama un “real sacerdocio”. Esto
significa que somos reyes y también sacerdotes bajo el sacerdocio-real de
Jesucristo. Esto nunca antes sucedió en
la historia del pueblo de Dios. En el
Antiguo Testamento, los reyes y los sacerdotes eran dos grupos diferentes de
personas. Tú eras, o un rey, o
sacerdote, pero no ambos al mismo tiempo.
Hoy en
día, debido a que estamos en Cristo, nosotros somos sacerdotes-reales —un real
sacerdocio. Esto significa que nosotros tenemos
una doble porción del poder de la
palabra hablada, porque como reyes: “la
palabra del rey tiene autoridad” (Eclesiastés 8:4, NVI), y como sacerdotes:
“ellos son los responsables de resolver
todos los casos legales y criminales”. (Deuteronomio 21:5, NTV)
Así
que, si tú eres un hombre de negocios cristiano, tú tienes una ventaja sobre
los hombres de negocios del mundo. Lo
que tú digas acerca de tus tratos de negocio va a cumplirse. Y si tú eres acusado falsamente, ¡debes saber
que por tu propia palabra, toda controversia y todo caso legal será resuelto!
Y como
padre sacerdote-real, cuando tú bendices a tus hijos, tus palabras tienen el
poder de poner en marcha los acontecimientos sobrenaturales que los posicionarán
en la abundancia de Dios y Su gracia superabundante. ¡Y habrá una valentía y una resiliencia en
ellos, que los empoderará para ganar las batallas de la vida!
Cuando
el diablo venga a ti y diga que tú vas a morir joven porque tu padre y tu
abuelo murieron jóvenes, o que tú nunca serás exitoso porque tú no estás bien
educado, tú debes recordar que el diablo no es ni rey, ni sacerdote. No hay poder en sus palabras. ¡Pero si hay poder en las tuyas, porque en
Cristo tú eres un sacerdote-real!
Así
que, en lugar de estar de acuerdo con él, cree y declara: “Yo no voy a morir joven. Él me satisfará con larga vida y me mostrará
Su salvación!” Di: “¡El Señor hará próspero
mi camino y me dará buen éxito!” Usa tu doble porción del poder de la palabra
hablada y mira a estas bendiciones acontecer!
Pensamiento Del Día
Tú tienes una doble
porción del poder de la palabra hablada, porque tú eres un rey, y también un
sacerdote en Cristo Jesús.
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