Por tanto, tenía que ser hecho
semejante a Sus hermanos en
todo, a fin de que llegara a ser un misericordioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
En el Antiguo Testamento, la posición de los israelitas como nación ante
Dios estaba envuelta en la situación de su sumo sacerdote. Lo que el sumo sacerdote era delante de Dios, era
toda la nación delante de Dios.
Si el
sumo sacerdote había pecado, él traía culpa sobre su nación, y Dios rechazaba a
toda la nación, sin importar cuán respetuosos de la ley eran, o cuán fieles
eran para rendir sus sacrificios.
Por el
contrario, si su sumo sacerdote era hallado sin culpa y agradable a Dios, Dios
aceptaba a toda la nación, incluso si la
gente era pecaminosa.
Desafortunadamente,
los sumos sacerdotes de Israel a menudo fracasaban porque como cualquier ser
humano, eran imperfectos.
Gracias
a Dios que hoy, tú y yo tenemos a Jesús como nuestro Sumo Sacerdote, quien es
100 por ciento hombre y 100 por ciento Dios. Como nuestro Sumo Sacerdote, Su posición ante
Dios siempre es correcta. Jesús es
siempre aceptable y agradable para el Padre. Por lo tanto, no podemos perder nunca nuestra
aceptación de parte de Dios, porque como nuestro Sumo Sacerdote, Jesús sólo trae
la justicia de Su pueblo.
En el
cielo ahora mismo, Jesús, nuestro Sumo Sacerdote está sentado a la diestra de
Dios Padre (Romanos 8:34). Esto
significa que Dios no se fija en ti. Él
mira a Jesús. Si Jesús es bueno, tú eres
bueno. Si Jesús es aceptado, tú eres
aceptado. Si Dios ve a Jesús perfecto,
entonces Él te ve a ti perfecto. Si
Jesús es justo, entonces tú eres justo. ¡Y sabemos que Jesús, nuestro Sumo Sacerdote
es bueno, aceptado, perfecto y justo, lo que significa que es así como Dios nos
ve!
Mi
amigo, tú no puedes perder tu posición correcta porque Jesucristo es tu Sumo Sacerdote. Para perder tu posición,
Jesús tiene que perder su posición primero.
Pero nosotros sabemos que tenemos en Jesús un sumo sacerdote que es
perfecto y que no puede fallar. Así que, tú no necesitas tener miedo nunca o
estar consciente de tus faltas cuando te presentas delante de Dios. Ya que tu posición está completamente envuelta
en Jesús, tu Sumo Sacerdote, tú puedes venir a Dios confiadamente y recibir
todo lo que necesitas de Él!
Pensamiento
Del Día
Dios nos ve de la forma en que ve a Jesús nuestro
Sumo Sacerdote —bueno, aceptado, perfecto y justo.
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