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jueves, 5 de noviembre de 2015

El Pecado No Puede Detener La Gracia De Dios

Romanos 5:20
Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia.
Cuando un alto ejecutivo es acusado de corrupción o un ministro de la iglesia es sorprendido en el acto mismo de adulterio, probable escucharás la frase “cayó en desgracia” siendo utilizada al hablar de ellos.  Hemos llegado a creer que cuando alguien cae en pecado, cae de la gracia.
Pero Dios quiere que sepamos que cuando alguien cae en pecado, no cae de la gracia —en realidad, ¡cae dentro de la gracia!  Gracias a Dios Su gracia está ahí para poner a la persona de nuevo sobre sus pies.
La Biblia habla de prostitutas y cobradores de impuestos que siendo corruptos —pecadores— cayeron dentro de la gracia de Dios y consiguieron ponerse de pie nuevamente.  Si el pecado en sus vidas hubiera podido detener la gracia de Dios, ellos nunca habrían podido recibir Su gracia de sanidad, ayuda y poder para vivir bien.
Ahora bien, es importante que tú comprendas que Dios odia el pecado, ya que éste destruye nuestras vidas, relaciones y cuerpos.  ¡El pecado es malo!  Pero el pecado no es vencido por nosotros cuando hablamos de éste (lo confesamos) y confiamos en nuestra fuerza de voluntad para vencerlo.  Se necesita la gracia de Dios para destruir al pecado.  De hecho, es cuando tú estás bajo Su gracia que el pecado no tiene dominio sobre ti (Romanos 6:14).  Es cuando tú ves Su gracia al entregar a Su Hijo para quitarte tus pecados y hacerte justo para siempre, que el pecado no tiene ya dominio sobre ti.
El diablo te dirá: “¿Todavía crees que puedes esperar recibir bendiciones de Dios después de lo que hiciste esta mañana?”  Es allí cuando tú debes recordar que tu perfección y tu justicia dependen solamente de Cristo.  Todos nosotros tenemos fallas.  Ninguno de nosotros merece las bendiciones de Dios.  Es por eso que suplicamos recibir la gracia de Dios, que es Su favor inmerecido, no ganado y del cual no somos dignos.
El pecado no corta y no puede detener la gracia de Dios.  Si Su gracia pudiera ser cortada por el pecado, Jesús nunca habría venido a salvarnos porque todos éramos pecadores terribles.  ¡Pero alabado sea Dios, “donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia”!
Mi amigo, la gracia de Dios es más grande, más profunda, más amplia y más poderosa que todos los pecados del mundo en conjunto.  ¡Recibe Su gracia en este momento, para caminar en la victoria completa sobre esa debilidad o mal hábito que hay en tu vida!
Pensamiento del Día

La gracia de Dios es más grande, más profunda, más ancha y más poderosa que todos los pecados del mundo, juntos.


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