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domingo, 6 de noviembre de 2022

Redimido De Toda Maldición

 Inspiración De Gracia


Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero), a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.  Gálatas 3:13-14

¿Sabes que Jesús te ama y que llevó todas las enfermedades imaginables sobre Su propio cuerpo en la cruz, de manera que tú no necesitas sufrirlas?  Hoy, quiero mostrarte cómo puedes volverte hacia la cruz ante cualquier y toda condición médica y problema de salud.

En los versículos anteriores, vemos que nuestro Señor Jesús nos redimió de toda maldición de la ley para que la bendición de Abraham viniera sobre nosotros.  Ahora, Deuteronomio 28 tiene una lista larga y detallada de maldiciones, y quiero enfocarme en las maldiciones que cubren enfermedades y dolencias de las que Jesús nos ha redimido a ti y a mí:

• Enfermedades degenerativas (enfermedades que causan que tus órganos se desgasten), fiebre e inflamaciones. (Deuteronomio 28:22, NTV)

• Furúnculos, tumores, sarna y comezón “de los que no podrás ser sanado.”  (Deuteronomio 28:27)

• Locura, ceguera y delirio. (Deuteronomio 28:28, NVI)

• Llagas malignas e incurables. (Deuteronomio 28:35, NVI)

• Plagas terribles y persistentes, y enfermedades malignas e incurables. (Deuteronomio 28:59, NVI)

Cristo te ha redimido de todas y cada una de las enfermedades y aflicciones mencionadas aquí.  Si tú piensas que tu condición particular no está completamente cubierta, la Biblia continúa y menciona “todas las enfermedades de Egipto.” (Deuteronomio 28:60)  Egipto es una imagen del mundo.  Como pueblo de Dios, nosotros no debemos tener miedo de las enfermedades que padece el mundo porque Él nos ha sacado del mundo, y ahora nosotros podemos estar en el mundo, pero no somos del  mundo. (Juan 17:11, 14)

No solo eso.  También continúa e incluye “toda clase de enfermedad y desastres no registrados en este libro de esta Ley.” (Deuteronomio 28:61, NVI)

¡Aleluya!  ¿Puedes ver que cada una de las enfermedades y cada una de las condiciones son parte de la maldición de la ley, y que Cristo nos ha redimido de toda maldición?  Dios quiere que estés tan bendecido en tu salud que así como puso todos tus pecados en el cuerpo de Jesús, Él también puso todas tus enfermedades en el cuerpo de Jesús.  Dios te ama tanto que permitió que Su propio Hijo se convirtiera en maldición para que tú puedas ser redimido de la maldición de la ley.

Eso no significa que el enemigo no intentará imponer los síntomas de maldición en tu vida.  Pero siempre que el enemigo intente provocar un síntoma de maldición, tú puedes rechazarlo.  Rehúsate a aceptarlo.  ¡Tú ya fuiste redimido de ese síntoma en el nombre de Jesús!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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