Inspiración De Gracia
Porque estoy convencido de que
ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por
venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada
nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39
Es posible que
hayas leído sobre cómo José en el libro de Génesis quería que su familia
habitara en Gosén, que significa “acercarse”. Él los quería en un
lugar cercano a él y les dijo: “Allí proveeré también para ustedes.” (Génesis
45:11)
Amado, incluso en
medio de la hambruna, Jesús, nuestro José celestial, quiere que estemos cerca
de Él para poder proveer para nosotros. En el libro del Éxodo, Dios
declaró: “Yo pondré aparte la tierra de Gosén en la
que mora Mi pueblo, para que no haya allí enjambres de insectos…” (Éxodo
8:22)
En la tierra de
Gosén, el pueblo de Dios fue protegido de las diez plagas que asediaron la
tierra de Egipto durante la época de Moisés. En la segunda última de
las diez plagas, una densa oscuridad paralizante cubrió la tierra de Egipto
durante tres días completos. Sin embargo, durante ese tiempo, “todos
los hijos de Israel, tenían luz en sus moradas.” (Éxodo 10:23)
Creo que fue una
oscuridad sobrenatural la que cubrió Egipto, porque los egipcios debieron haber
recurrido a los recursos naturales de la luz para disipar la oscuridad —solo
para descubrir que no podían. De la misma manera, era una luz
sobrenatural la que los israelitas disfrutaron en Gosén, una luz que la
oscuridad trató de sofocar pero no pudo.
Ahora, yo creo que
esto es profético acerca de nuestros tiempos. La Biblia es relevante
para hoy. Estamos viviendo días en los que vemos tinieblas
—tinieblas sobrenaturales— que cubren la tierra. Sin embargo, las
Escrituras nos dicen que incluso cuando hay una oscuridad espesa y profunda por
todas partes, la iglesia —tú y yo, junto con nuestras familias— podemos
experimentar y disfrutar la luz sobrenatural de Dios en nuestras
moradas. Nosotros, que nos hemos acercado a Él por medio de la
obra de Su Hijo, podemos tener intimidad con Dios y disfrutar de Su cobertura
protectora para vivir sin temor y en victoria en estos tiempos oscuros.
Amado, en el lugar cercano, Dios hace una
diferencia entre Su pueblo y la gente del mundo. Nosotros
estamos en este mundo, pero no somos de este
mundo. (Juan 17:14) Nosotros somos Suyos. Él desea que nosotros estemos cerca de Él para poder escondernos bajo
la sombra de Sus alas. Él pagó el precio para que nosotros podamos
ser llamados Sus hijos. ¡Oh,
qué gran amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos e hijas del
Altísimo! (1 Juan 3:1)
Amado, cualquier
cosa que pueda estar sucediendo en el mundo hoy, ¡tú puedes ser decidido y
valiente porque nada puede separarte jamás del amor de Dios, tu Padre
celestial!
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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