Inspiración De Gracia
Pedro,
volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la
cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y había dicho: “Señor, ¿quién
es el que te va a entregar?” Juan 21:20
Yo solía pensar que entre los 12 discípulos de Jesús, Juan era
el discípulo favorito del Señor y el más cercano a Él porque la Biblia
llama a Juan “el discípulo a quien Jesús amaba.” Yo
tenía la impresión de que Juan tenía un favor especial con Jesús, y siempre me
pregunté qué lo hacía tan especial que se le identificaba diferente a los otros
discípulos. ¿No quieres que te conozcan como el discípulo a quien
Jesús ama? ¡Yo sí!
Entonces, un día, mientras leía la Palabra de
Dios, el secreto del favor de Juan vino a mí. ¡El Señor abrió mis
ojos y me mostró que la frase “el discípulo a quien Jesús amaba”, en
realidad se encuentra solo en el libro del mismo Juan! Compruébalo
por ti mismo. Tú no encontrarás que esta frase se use en los
Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Esta se encuentra solo en el
Evangelio de Juan. ¡Es una frase que Juan usó para describirse a sí
mismo!
Ahora, ¿qué estaba haciendo
Juan? Él estaba practicando y personalizando el amor que
Jesús le tenía. Todos nosotros somos los favoritos de Dios, pero
Juan conocía el secreto de acceder al favor inmerecido de Jesús para sí
mismo. Es tu privilegio el verte a ti mismo como el discípulo a
quien Jesús ama, ¡y llamarte de esta manera!
Cuando yo comencé a enseñar que el secreto del
favor de Juan radicaba en su
personalización del amor de Dios, la gente de mi iglesia literalmente entró
en una nueva dimensión para experimentar el favor inmerecido de Dios en sus
vidas. He visto cómo algunos de ellos realmente tomaron esta
revelación y corrieron con ella. Algunos de ellos personalizaron los
fondos de pantalla de sus teléfonos celulares para que digan “El discípulo a
quien Jesús ama”, mientras que otros firmaron sus mensajes de texto y correos
electrónicos con esta frase.
Mientras ellos se mantuvieron recordándose a
sí mismos que ellos son el discípulo a quien Jesús ama, comenzaron a crecer en
la conciencia del amor del Señor por ellos. Al mismo tiempo, ¡ellos
comenzaron a crecer en ser conscientes
del favor! Tengo pilas de reportes de agradecimiento sobre cómo
miembros de nuestra congregación han sido tan bendecidos con el simple hecho de
ser conscientes del favor de Jesús en sus vidas. Algunos de ellos
han sido promovidos, otros han recibido incrementos espectaculares en sus
sueldos y muchos han ganado varios premios en eventos de la empresa y en otros
concursos, incluidas vacaciones con todos los gastos pagados.
Un hermano de mi iglesia se registró para
cierta tarjeta de crédito durante una promoción especial en la que los nuevos
solicitantes podían ganar una variedad de premios. Probablemente
hubo cientos de miles de personas que participaron en esta promoción, pero este
joven simplemente creía que él era altamente favorecido y
debido a eso, él ganaría el premio mayor.
Llegó el día del sorteo y, en efecto, este
joven ganó el premio mayor —¡un impresionante Lamborghini Gallardo
negro! Cuando él escribió a la iglesia para compartir su testimonio,
él adjuntó una foto de sí mismo sonriendo de oreja a oreja, posando con su
nuevo Lamborghini.
Él dijo que sabía que había ganado el
automóvil debido al favor inmerecido de Dios, y después de haber vendido el
automóvil, él llevó su diezmo a la iglesia, dando toda la gloria y el honor a
Jesús. El mundo llama a esto “suerte”, pero para el creyente, no
existe tal cosa como la suerte. ¡Existe solamente el favor inmerecido de Jesús!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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