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lunes, 8 de mayo de 2023

Personaliza El Favor De Dios En Tu Vida

 Inspiración De Gracia


Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y había dicho: “Señor, ¿quién es el que te va a entregar?”  Juan 21:20

Yo solía ​​pensar que entre los 12 discípulos de Jesús, Juan era el discípulo favorito del Señor y el más cercano a Él porque la Biblia llama a Juan “el discípulo a quien Jesús amaba.”  Yo tenía la impresión de que Juan tenía un favor especial con Jesús, y siempre me pregunté qué lo hacía tan especial que se le identificaba diferente a los otros discípulos.  ¿No quieres que te conozcan como el discípulo a quien Jesús ama?  ¡Yo sí!

Entonces, un día, mientras leía la Palabra de Dios, el secreto del favor de Juan vino a mí.  ¡El Señor abrió mis ojos y me mostró que la frase “el discípulo a quien Jesús amaba”, en realidad se encuentra solo en el libro del mismo Juan!  Compruébalo por ti mismo.  Tú no encontrarás que esta frase se use en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas.  Esta se encuentra solo en el Evangelio de Juan.  ¡Es una frase que Juan usó para describirse a sí mismo!

Ahora, ¿qué estaba haciendo Juan?  Él estaba practicando y personalizando el amor que Jesús le tenía.  Todos nosotros somos los favoritos de Dios, pero Juan conocía el secreto de acceder al favor inmerecido de Jesús para sí mismo.  Es tu privilegio el verte a ti mismo como el discípulo a quien Jesús ama, ¡y llamarte de esta manera!

Cuando yo comencé a enseñar que el secreto del favor de Juan radicaba en su personalización del amor de Dios, la gente de mi iglesia literalmente entró en una nueva dimensión para experimentar el favor inmerecido de Dios en sus vidas.  He visto cómo algunos de ellos realmente tomaron esta revelación y corrieron con ella.  Algunos de ellos personalizaron los fondos de pantalla de sus teléfonos celulares para que digan “El discípulo a quien Jesús ama”, mientras que otros firmaron sus mensajes de texto y correos electrónicos con esta frase.

Mientras ellos se mantuvieron recordándose a sí mismos que ellos son el discípulo a quien Jesús ama, comenzaron a crecer en la conciencia del amor del Señor por ellos.  Al mismo tiempo, ¡ellos comenzaron a crecer en ser conscientes del favor!  Tengo pilas de reportes de agradecimiento sobre cómo miembros de nuestra congregación han sido tan bendecidos con el simple hecho de ser conscientes del favor de Jesús en sus vidas.  Algunos de ellos han sido promovidos, otros han recibido incrementos espectaculares en sus sueldos y muchos han ganado varios premios en eventos de la empresa y en otros concursos, incluidas vacaciones con todos los gastos pagados.

Un hermano de mi iglesia se registró para cierta tarjeta de crédito durante una promoción especial en la que los nuevos solicitantes podían ganar una variedad de premios.  Probablemente hubo cientos de miles de personas que participaron en esta promoción, pero este joven simplemente creía que él era altamente favorecido y debido a eso, él ganaría el premio mayor.

Llegó el día del sorteo y, en efecto, este joven ganó el premio mayor —¡un impresionante Lamborghini Gallardo negro!  Cuando él escribió a la iglesia para compartir su testimonio, él adjuntó una foto de sí mismo sonriendo de oreja a oreja, posando con su nuevo Lamborghini.

Él dijo que sabía que había ganado el automóvil debido al favor inmerecido de Dios, y después de haber vendido el automóvil, él llevó su diezmo a la iglesia, dando toda la gloria y el honor a Jesús.  El mundo llama a esto “suerte”, pero para el creyente, no existe tal cosa como la suerte.  ¡Existe solamente el favor inmerecido de Jesús!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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