“¡Ah, Señor Dios! He aquí, Tú hiciste los cielos y la tierra con Tu gran
poder y con Tu brazo extendido; nada es imposible para Ti.”
Jeremías 32:17
Nuestras mentes tienden a ver nuestros problemas
como grandes o pequeños. Incluso cuando
oramos por los enfermos, decimos cosas como: “¿Tienes un dolor de cabeza? No hay problema. Vamos a orar por tu sanidad.” Pero cuando se trata de cáncer, decimos: “Eh,
vamos a decirle al pastor sobre esto. Es
mejor que él ore por ti.” Consideramos los
dolores de cabeza como pequeños problemas y el cáncer como un problema grande.
Pero esa no es la manera en que Dios piensa. ¡No hay nada que sea difícil para Aquel que
hizo los cielos y la tierra! Con Dios,
no hay tal cosa como un problema “grande”. ¡De hecho, mientras “más grande” el problema, “más
fácil” es para Él! En la alimentación de
los 5,000, solamente se requirió de cinco panes para alimentar a una multitud.
(Mateo 14:15-21) Sin embargo, en la
alimentación de una menor multitud, de 4,000, se requirió de siete panes. (Mateo
15:32-38)
En el esquema humano de las cosas, la alimentación
de más personas debía requerir de más panes. Pero esto no es así con Dios. Se requirió una menor cantidad de panes para
alimentar a más personas. Esta es la
manera de Dios para decirnos que mientras “más grande” el problema, “más fácil”
es para Él. Yo no estoy diciendo que los
pequeños problemas son difíciles para Dios. ¡Pero es tan alentador pensar que es “más
fácil” para Dios sanar el cáncer que los dolores de cabeza!
Imagina llegar a Dios con un gran problema. “Entonces, ¿cuál es tu problema, hijo?” Te pregunta Dios. Tú le dices: “Padre, es una enorme deuda financiera —no de miles, sino de millones!”
Él te dice: “Es sencillo. Ya está cancelada”.
En otro escenario, Dios te pregunta: “Así que, ¿cuál
es tu problema, hijo?” Tú le dices: “Padre,
he perdido mi trabajo y no puedo encontrar uno nuevo. Ya estoy en mis cincuentas y no tengo la
calificación necesaria”. Él te dice: “No
hay problema. Considérate ya empleado. Y en este nuevo trabajo, tú no sólo vas a tener
un trabajo, también tendrás una posición”.
Amado, con Dios, nuestras situaciones nunca son un
problema, ¡porque no hay nada que sea difícil para Él!
Pensamiento Del Día
Con Dios, tu problema —pequeño o grande— nunca es un problema, ¡porque no
hay nada que sea difícil para Él!
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