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miércoles, 21 de octubre de 2015

La Promesa Del Padre

Hechos 1:8
Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
Antes de que Jesús regresara al cielo, les dijo a Sus discípulos “que esperaran la promesa del Padre.” (Hechos 1:4).  Hay miles de promesas en la Biblia, así que, a qué promesa se estaba refiriendo Él?
La iglesia primitiva sabía a qué promesa se refería Jesús porque Él había dicho a Sus discípulos: “que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la Promesa del Padre: La cual, les dijo, oísteis de Mí;  pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días” (Hechos 1:4-5).  Jesús se refería al bautismo en el Espíritu Santo con el don de hablar en lenguas (Hechos 2:1-4).
Jesús quiere que tú conozcas el valor de la Promesa del Padre, porque Él dijo: “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y Me seréis testigos...”  Él no dijo: “Ustedes me harán testimonio,” sino  “Ustedes me serán testigos.”  En otras palabras, ¡tú persona misma me será testigo de Él!
Esto es porque el poder que tú recibes cuando eres bautizado en el Espíritu Santo, es el mismo poder que ungió a Pedro para que los enfermos acostados en las calles al caer su sombra sobre ellos, fueran sanados (Hechos 5:15).  Incluso los pañuelos y delantales del cuerpo de Pablo estaban tan saturados con la unción del Espíritu, que cuando tocaban a los enfermos, las personas eran testigos de que las enfermedades y los espíritus malignos dejaban a los enfermos! (Hechos 19:12).                         
Ese mismo poder causó que un miembro de la iglesia, bautizado con el Espíritu Santo, que oraba en lenguas, experimentara el poder sanador de Dios cuando puso las manos sobre su madre, que se encontraba en una etapa avanzada de cáncer.  Y debido a que ella había sido sanada, se convirtió en testigo del amor y el poder de Dios para sus amigos y familiares no creyentes.
Amado, cuando tú eres bautizado en el Espíritu Santo, eres testigo para otros de que ningún problema, juicio, dolor o enfermedad, ¡es rival para el poder del Espíritu en ti!
Pensamiento Del Día

Tu persona misma va a ser un testigo de Jesús cuando seas bautizado con el Espíritu Santo.


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