Hechos 1:8
Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga
sobre vosotros; y Me seréis
testigos en Jerusalén,
en toda Judea y Samaria, y hasta
los confines de la tierra.
Antes
de que Jesús regresara al cielo, les dijo a Sus discípulos “que esperaran la
promesa del Padre.” (Hechos 1:4). Hay
miles de promesas en la Biblia, así que, a qué promesa se estaba refiriendo Él?
La
iglesia primitiva sabía a qué promesa se refería Jesús porque Él había dicho a Sus
discípulos: “que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la Promesa del
Padre: La cual, les dijo, oísteis de Mí; pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro
de pocos días” (Hechos 1:4-5). Jesús se
refería al bautismo en el Espíritu Santo con el don de hablar en lenguas (Hechos
2:1-4).
Jesús
quiere que tú conozcas el valor de la Promesa del Padre, porque Él dijo: “Pero
recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y Me seréis testigos...” Él no dijo: “Ustedes me harán testimonio,” sino “Ustedes
me serán testigos.” En otras palabras, ¡tú persona misma me será testigo
de Él!
Esto es
porque el poder que tú recibes cuando eres bautizado en el Espíritu Santo, es
el mismo poder que ungió a Pedro para que los enfermos acostados en las calles al
caer su sombra sobre ellos, fueran sanados (Hechos 5:15). Incluso los pañuelos y delantales del cuerpo
de Pablo estaban tan saturados con la unción del Espíritu, que cuando tocaban a
los enfermos, las personas eran testigos de que las enfermedades y los espíritus
malignos dejaban a los enfermos! (Hechos 19:12).
Ese
mismo poder causó que un miembro de la iglesia, bautizado con el Espíritu Santo,
que oraba en lenguas, experimentara el poder sanador de Dios cuando puso las
manos sobre su madre, que se encontraba en una etapa avanzada de cáncer. Y debido a que ella había sido sanada, se
convirtió en testigo del amor y el poder de Dios para sus amigos y familiares
no creyentes.
Amado,
cuando tú eres bautizado en el Espíritu Santo, eres testigo para otros de que ningún
problema, juicio, dolor o enfermedad, ¡es rival para el poder del Espíritu en ti!
Pensamiento
Del Día
Tu
persona misma va a ser un testigo de Jesús cuando seas bautizado con el
Espíritu Santo.
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