Inspiración De Gracia
Pero
la mente de ellos se endureció y, hasta el día de hoy, cada vez que se lee el
antiguo pacto, el mismo velo le cubre la mente para que no puedan entender la
verdad. Este velo puede quitarse solamente al creer en Cristo… Así que, todos
nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la
gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos
a Él a medida que somos transformados a Su gloriosa imagen. 2 Corintios 3:14, 18, NTV
Quiero animarte a ser consumido por
la persona de Jesús. La Palabra de Dios
dice que “ustedes están unidos a Cristo
Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría —es decir, nuestra justificación, santificación y redención—“. (1
Cor. 1:30, NVI)
¡Jesús Mismo es tu sabiduría, tu justificación y también
tu santificación!
La palabra griega utilizada aquí para “santificación” es hagiasmos, la misma palabra griega que
se usa para “santidad”. Nuestra santidad
o santificación se encuentra en la persona de Jesús.
Entonces, cuando tengas un pensamiento impuro, una
agitación o una tentación de pecar, para por un momento y mira a Jesús. Mira la cruz. Mira y experimenta nuevamente Su amor, Su perdón
y Su gracia para ti. ¡Jesús es tu
victoria sobre toda tentación, adicción y atadura!
Algunas personas creen que todo lo que tienes que hacer es
decir no a la tentación. ¿Pero sabes qué?
Tu fuerza de voluntad no es rival para
el pecado. La realidad es que cuanto más
intentas decir que no con tus propios esfuerzos, peor se vuelve.
El apóstol Pablo describe esta lucha, que él mismo experimentó:
“Pues no hago el bien que deseo, sino que
el mal que no quiero, eso practico”. (Rom. 7:19)
Así que la respuesta no es depender de tu fuerza de
voluntad para decir no a la tentación, ¡sino depender de la gracia de Dios y
decirle sí a Jesús! En medio de tu lucha
y tentación, di SÍ a Jesús. Di: “Señor
Jesús, yo te doy gracias porque Tú eres mi justificación, mi santificación y mi
redención”. ¡Convierte cada tentación en
una oportunidad para mirar y alabar a Jesús!
Eso es lo que hizo Pablo. Solo mira lo que él dice en Romanos 7:24-25: “¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de
este cuerpo de muerte? Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro”.
La respuesta de Pablo para la victoria sobre el pecado se
encuentra en una persona. Su pregunta era: “¿Quién me librará?” Y no, “¿Qué
mandamiento me librará?”
¡Tu libertad de todo hábito pecaminoso se encuentra en la
persona de Jesús! ¡Dile sí a Él! Él es tu justificación y santificación. Deja que Él entre en las áreas donde te
sientes más débil y permite que Su gracia te transforme de adentro hacia
afuera.
Amigo, está tan claro en las Escrituras de hoy que la
santidad se trata de llegar a ser cada vez más como Jesús y se produce cuando el
velo de la ley es quitado. Cuando el
velo es quitado, nosotros vemos a nuestro hermoso Salvador cara a cara y Su
gloriosa gracia nos transforma de gloria en gloria. El evangelio de la gracia gloriosa siempre
produce vidas gloriosas.
Oro para que a medida que tú leas más y más sobre la
gracia de Dios, tengas una mayor revelación de lo maravilloso que es tu
Salvador, lo perfecta que fue Su obra en el Calvario y lo profundamente amado
que TÚ eres.
Y mientras contemplas a Jesús, ¡que crezcas de gloria en
gloria y brilles como testimonio de todas Sus bondades!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
No hay comentarios:
Publicar un comentario