Una Puerta De Esperanza

 Inspiración De Gracia

“Y convertiré el valle de la Aflicción en una puerta de esperanza.”  Oseas 2:15, NTV

¿Estás entre las personas que piensan que cuando tú fallas, Dios te deja y solo regresa cuando tú corriges tu situación?  Algunas personas piensan que ellos deben limpiar sus vidas y superar todas sus luchas por sí mismos antes de poder presentarse ante la presencia de Dios.  Bueno, tengo una pregunta simple para ti: ¿Tú te limpias antes de bañarte?  ¡Por supuesto que no!

De la misma manera, Dios quiere que tú vengas a Él tal como eres, con todas tus debilidades, idiosincrasias, creencias erróneas, complejos y todas tus ataduras, temores y adicciones.  ¡Él es el baño!  Tú no tienes que tratar de limpiarte antes de venir a Él.

Pero Pastor Prince, ¿qué pasa si el lío en el que estoy es obra mía?  ¿Puedo todavía seguir acercándome a Dios tal como soy y esperar que Él me ayude?

Sí, incluso si tu problema se debe a tu propia voluntad o a un error que tú mismo cometiste, Él todavía está contigo.  Él nunca te ha dejado y nunca lo hará.  Él nunca te abandonará. (Hebreos 13:5)

Tú eres precioso a Sus ojos.  ¿Te imaginas vivir la vida con la clase de confianza, seguridad y paz que se obtienen cuando estás verdaderamente anclado en esta verdad?

Hoy, incluso si te encuentras en el Valle de la Aflicción, recuerda que no permanecerás allí por mucho tiempo.  Tú caminarás a través de él y no te quedarás ni acamparás allí. (Sal. 23:4)

Dios está abriendo una puerta de esperanza en tu vida hoy para que puedas salir de tu oscuridad y entrar en Su luz maravillosa. (1 Pe. 2:9)  Las cosas van a mejorar.  Los rompimientos que ha estado esperando están viniendo para ti.

Atraviesa la puerta de la esperanza y sal de tu Valle de la Aflicción hoy.  ¡Jesús es tu puerta de esperanza!

Cree en Su amor por ti y permite que Él te lleve a la libertad.  En Su amorosa presencia, tú hallarás perdón, sanidad y restauración.  Él arreglará tu vida y te transformará desde adentro hacia afuera.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince