Inspiración De Gracia
También
por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad
propicia, pues consideró fiel al que lo había prometido. Hebreos 11:11
Quizás te encuentras en un lugar
donde sientes que no puedes evocar más fe y sin embargo “no titubear con incredulidad” como Abraham. (Romanos 4:20) Tal vez estés pensando, he tratado y tratado
de creer durante tanto tiempo. Ya no
tengo fe para seguir adelante.
Déjame mostrarte lo que dice el versículo de hoy acerca de
Sara. Había fe involucrada cuando Sara
concibió y dio a luz un hijo. Pero si tú
crees que la fe es terriblemente difícil y que tú simplemente no tienes fe, oro
para que esto te anime.
¿Cómo recibió Sara su milagro después de tanto tiempo y
cuando parecía imposible en lo natural? Ella
“consideró
fiel al que lo había prometido.” Parece tan simple, pero ahí radica su milagro.
El camino de la fe no es difícil. Es fácil y sin esfuerzo. Cuando se te acabe la fe, considera fiel a Dios. Cuando tú no sepas ya cómo tener fe, cuenta con Su fidelidad. Recuerda que Él es fiel. Descansa en Su fidelidad.
No te rindas porque crees que no tienes suficiente fe. Una vez que Dios te da una promesa, no te
corresponde a ti evocar la fe. A ti te corresponde
descansar en Aquel que prometió,
sabiendo que Él es fiel.
Hay un hermoso versículo que quiero que grabes en tu
espíritu, éste te dará firmeza en la batalla de la fe cuando parezca que tus
respuestas no llegarán: “Si somos
infieles, Él permanece fiel, pues no puede negarse a Sí Mismo.” (2 Timoteo
2:13) Incluso cuando te falta la fe, Él permanece fiel.
En la cruz, mientras Jesús cargaba con todos nuestros
pecados, Dios el Padre tuvo que alejarse de Su Hijo, y Jesús clamó: “Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué Me has abandonado?”
(Mateo 27:46) Él pagó el precio para que
tú y yo tuviéramos la presencia de Dios constantemente, y por eso, Dios nunca
te dejará ni te desamparará. (Hebreos 13:5)
Él nunca aflojará Su control sobre ti.
Cuando sientas que te falta la fe, recuerda que tú no tienes
que tratar de aferrarte a Él —Él es
quien te aferra a ti. La Biblia dice
que el Señor tu Dios te sostiene de tu mano derecha y te dice: “No temas, Yo te ayudaré”. (Isaías
41:13)
Cuando no tengas más fuerzas, incluso para tener fe en tu
batalla contra tu enfermedad, ¿puedo animarte a hacer esto? Toma tiempo para ir a la presencia del Señor y
decirle:
“Señor Jesús, gracias por Tu fidelidad hacia mí. Tú eres fiel en Tu bondad para cumplir Tus
promesas en mi vida. Eres fiel para
sanarme y restaurarme completamente la salud y el bienestar que he perdido a
causa de esta enfermedad. En este
momento, debido a que Tú me sostienes fielmente, yo puedo soltar la
preocupación y descansar en ti. Es Tu
fidelidad la que hará que mi sanidad se manifieste. Amén.”
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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