Inspiración De Gracia
Al
oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que le seguían: “En verdad os digo que
en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande.” Entonces Jesús dijo al
centurión: “Vete; así como has creído, te sea hecho. Y el criado fue sanado en
esa misma hora.” Mateo
8:10, 13
¿Sabes que solo hay dos personas en
la Biblia de quienes Jesús dijo que tenían “una gran fe”? El primero fue el centurión romano cuyo criado
fue sanado por la palabra de Jesús. (Mateo 8:5-13) La segunda fue la mujer cananea, cuya hija
endemoniada también fue sanada por Jesús. (Mateo 15:21-28) Te animo a que tomes un minuto y leas ambos
relatos en tu Biblia ahora mismo, antes de continuar con el resto de la lectura
de hoy.
Mientras leía estos dos relatos una noche, el Señor me
dijo: “Hijo, busca el denominador común entre estas dos personas y descubrirás
el secreto para una gran fe.”
Yo siempre había pensado que el secreto de la gran fe del
centurión era que él entendía la autoridad.
Debido a que era un militar con autoridad, él entendía así la autoridad
del Señor Jesús. Pero esto no aplica a
la mujer cananea, que probablemente era ama de casa. Entonces, ¿cuál es el denominador común de su
gran fe?
Después de haber tratado de resolverlo por un tiempo, el
Señor me dijo: “Ambos eran gentiles. Ellos no eran judíos. Ninguno de los dos estaba bajo la ley de
Moisés y, por lo tanto, ellos no se
descalificaban a sí mismos. Ellos no
estaban bajo condenación por la ley, por lo que podían tener una gran fe para recibir de Mí.”
¡Vaya, qué revelación tan poderosa! Ninguno de los dos estaba bajo la ley, que es
lo opuesto a la fe, ¡por eso ellos podían tener una gran fe!
La Biblia misma dice claramente que “la ley no depende de la fe.” (Gálatas 3:12) Y en otro lugar dice: “Porque si los que son de la ley son herederos, vana resulta la fe y anulada la promesa.” (Romanos 4:14)
Verás, la ley descalifica a las personas para que no
reciban ninguna bendición del Señor. Es
solo la fe en Su gracia lo que
califica al pueblo de Dios e inconscientemente despierta una gran fe para
recibir lo que necesitan del Señor. ¡Este
es el secreto para tener una gran fe en cualquier situación de tu vida!
Veo esto muy claro en la experiencia de Noemí, que vive en
Sudáfrica. Ella quedó desempleada y se
quedó sin un lugar donde quedarse, después de haber sido rechazada por su
familia. Ella y su hijo terminaron
encontrando refugio en un pueblo con una familia pobre en condiciones
deplorables, a veces comiendo comida sacada de los cubos de basura. A pesar de las dificultades extremas, ella escribió:
Yo realmente creía que el Señor tenía completamente el control
de mi vida y que las cosas estaban en el proceso para ser cambiadas. A pesar de todo, yo elegí poner toda mi fe en
Dios, sabiendo que Él restauraría y cambiaría mi vida. Yo sabía que Dios me amaba y que a Él le
dolía verme pasar por todo esto. También
sabía que Él llevaría a cabo lo que había prometido en Su Palabra.
Durante ese período, me alimenté de la Palabra de Dios y Su
gracia, y elegí concentrarme en las muchas bendiciones que ya disfrutaba —salud,
gozo, paz y tener a Jesús en mi vida. Un
año después, el Señor me bendijo con un buen trabajo, un automóvil, una casa y
un hombre maravilloso que también está locamente enamorado de Jesús. Mi hijo también duerme tranquilo ahora. Estamos completamente rendidos a Jesús y al
evangelio de la gracia, compartiéndolo dondequiera que vayamos.
Aquí está la clave de la fe de Noemí. Ella dijo: “Gracias,
Pastor Prince, por revelar la belleza de nuestro Señor Jesús de una manera tan
simple pero poderosa. Eso hizo que
simplemente me enamorara de Jesús.”
Amigo, mientras más
veas a Jesús —Su belleza y Su obra de gracia terminada— más fe surgirá en tu corazón. Inconscientemente tendrás fe para creer lo que
la Palabra de Dios dice sobre ti y hacer tus peticiones al Señor con confianza.
¡Realmente todo se trata de Jesús, de
ver Su amor y de permitirle que te ame, y sea misericordioso contigo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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