Inspiración De Gracia
Porque
Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree. Porque Moisés
escribe que, “el hombre que practica la justicia que es de la ley, vivirá por
ella.” Pero la justicia que es de la fe, dice así… “Cerca de ti está la
palabra, en tu boca y en tu corazón,” es decir, la palabra de fe que
predicamos: que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu
corazón que Dios le resucitó de entre los muertos serás salvo; porque con el
corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:4-6, 8-10
Tomemos un momento para examinar la
escritura de hoy y lo que dice el apóstol Pablo sobre el poder que tiene en el nuevo pacto de la gracia, lo que nosotros hablamos. En este pasaje, podemos ver las diferencias
que él hábilmente nos expone entre el antiguo y el nuevo pacto.
Cristo marca el fin de la ley y el inicio del nuevo pacto.
Es el regalo de la justicia contra la
justicia por obras. Fe contra obras. Creer contra trabajar. Hablar contra hacer.
Es vital que tú reconozcas las diferencias entre los dos
pactos. Verás, el nuevo pacto es acerca de
creer lo correcto, mientras que el
antiguo pacto es acerca de hacer lo
correcto. El nuevo pacto trata sobre
el poder de hablar bien, mientras que el antiguo pacto trata sobre el poder de
trabajar bien.
Yo creo en el poder
de creer correctamente. Cuando una persona cree bien, ella vivirá
bien. Cuando una persona cree que es
justificada por la sangre de Jesucristo, ella será transformada interiormente
para vivir bien, y el espíritu de piedad será evidente en su vida.
Esta persona no solo estará cumpliendo externamente la
letra de la ley por temor al castigo, con un corazón que no está bien. La revolución de la gracia se trata de una
transformación de adentro hacia afuera. Se
trata de un corazón emancipado por la gracia.
Una persona transformada por la gracia no solo guarda la
ley de Dios externamente, sino que Su corazón también está lleno de Jesús. Esta persona desborda de generosidad, es una
persona apasionada por su cónyuge y es celosa de las buenas obras y la gloria
de Su Salvador, Jesucristo. ¿Ves la
diferencia? Es como el día y la noche.
Tus palabras están llenas de poder. La Biblia dice que la
palabra de fe está cerca de ti, “en tu boca
y en tu corazón.” (Romanos 10:8) Observa que primero está en tu boca y luego
cae en tu corazón.
Cuando tú pronuncias palabras de fe, lo que tú dices
finalmente cae en tu corazón, y lo que tienes en tu corazón es lo que te dirige.
Por eso, cuando estés enfermo, habla
bienestar para ti mismo y declara: “Señor Jesús, te doy gracias porque por Tus
llagas yo he sido curado.”
Es importante que bajo el nuevo pacto tú no estés
trabajando por tu propia justicia a fin de ser sanado y bendecido. Moisés dice esto de la justicia que es por la
ley: “El hombre que practica la justicia
que es de la ley, vivirá por ella.” (Romanos 10:5) El enfoque está en practicar o hacer.
¿Qué pasa con la justicia que es del nuevo pacto? Según Romanos 10:6, “la justicia que es de la fe dice así…” El enfoque está en hablar. ¡Por tanto, habla! ¡Abre tu boca y habla! La fe (creer) se libera al
hablar.
Tú y yo fuimos hechos a imagen de Dios, quien, cuando las
cosas estaban muy oscuras al principio de la creación, no dijo: “¡Vaya, está
tan terriblemente oscuro aquí!” Él no
habló acerca de la oscuridad. Él no habló
sobre lo que estaba viendo.
No, Dios habló lo
que Él quería ver. Él Dijo: “Sea la luz. Y hubo luz.” (Génesis
1:3-4) Dios vio la luz después de haber hablado. Cuando Abram todavía no tenía hijos, Dios le
cambió el nombre a Abraham, que significa “padre
de multitud de naciones.” (Génesis 17: 5) Cuando el hombre de la mano seca se encontró
con nuestro Señor Jesús, Jesús habló la palabra diciéndole al hombre que
extendiera su mano, y el hombre quedó completamente sano. (Mateo 12: 10-13)
Con los ojos físicos, el hombre veía a Abram como alguien estéril
y al hombre de la mano seca como un inválido. ¡Pero nuestro Señor vio y habló de manera
diferente! Nosotros servimos a un Dios “que da vida a los muertos y llama a las
cosas que no existen, como si existieran.” (Romanos 4:17)
Me encanta la traducción de la versión de La Palabra
(Hispanoamérica), que dice que nuestro Dios es un Dios que “infunde vida a los muertos y llama a existencia a lo que no existe.” ¡Él resucita
a los muertos y trae a existencia las cosas que no existen con las palabras que
habla!
Tú estás hecho a Su imagen. ¡De manera que sucederá lo mismo cuando tú veas
y hables lo que tú crees y quieres ver!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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