Inspiración De Gracia
Dios es amor. 1 Juan 4:8
La forma en que vemos a
Dios es importante porque una percepción defectuosa de Dios puede resultar en
una vida de temor y esclavitud. Demasiadas personas tienen una
impresión equivocada de Dios porque durante generaciones la gente lo ha
descrito como duro, enojado, insensible y condenatorio, solo esperando que el
hombre tropiece.
Estas representaciones de Dios hacen que
muchas personas sinceras tengan un temor malsano de Dios. Y cuando
ellos creen que Dios está en contra de ellos y anda buscando castigarlos, les
resulta imposible salir de sus pecados, adicciones, ansiedades y temores.
Amigo, si se te ha mostrado a un Dios de
juicio e ira durante toda tu vida, permite que las Escrituras te revelen Su verdadera naturaleza:
•
“Pero Tú, oh Señor, eres Dios de compasión y misericordia, lento para
enojarte y lleno de amor inagotable y fidelidad.” (Salmos
86:15, NTV)
•
“El Señor, nuestro Dios, es misericordioso y perdonador.” (Daniel 9:9, NTV)
•
“Recuerda, oh Señor, Tu compasión y Tu amor inagotable, que has mostrado desde hace siglos.” (Salmos
25:6, NTV)
¡Este es nuestro Dios! ¡Nuestro Dios es amor! Él es
lento para enojarse, misericordioso y paciente. Él está lleno de perdón, amor inagotable y compasión. ¡Gracias a Dios
nosotros podemos ir a la Santa Palabra en busca de la verdad!
Si tú deseas comprender mejor la verdadera
naturaleza de Dios, simplemente mira a Jesús. Él dijo: “El
que Me ha visto a Mí, ha visto al Padre... Las palabras que Yo os digo, no las
hablo por Mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en Mí es el que hace las
obras.” (Juan 14:9-10)
¿Alguna vez viste a Jesús provocado y enojado
con los pecadores, las prostitutas o los recaudadores de
impuestos? ¿Acaso reprendió Él a la mujer del pozo que tenía cinco
maridos, o a la mujer que fue sorprendida en adulterio?
Ahora, Él a veces estaba enojado con los
escribas y fariseos moralistas, duros de corazón y que se resistían a la gracia,
pero Él siempre fue bondadoso y amoroso
con los pecadores y marginados de la sociedad. ¡Esa es la naturaleza de tu Padre celestial!
Jesús demostró tanta misericordia que Sus
enemigos lo etiquetaron sarcásticamente como “amigo de pecadores” para
echar por tierra su integridad. (Mateo 11:19) Pero lo que pretendía
ser una etiqueta despectiva es realmente una hermosa imagen de Su gracia.
La gracia no evita al pecador; la gracia persigue al pecador. La gracia no
hace acusaciones contra los que fallan; la
gracia los abraza hasta la plenitud
y les produce una verdadera transformación interior. La gracia
no condena a los que luchan contra el pecado; la gracia produce santidad en ellos.
Los pecadores hallaron esperanza, gozo y
libertad en Jesús. Él les mostró Su gracia y Su gracia los transformó de vivir una vida de pecado a
vivir una vida de santidad. Él nunca toleró sus
pecados. Mil veces no. ¡Cómo podría Él, cuando Él estaba
dando Su vida para salvarlos de sus pecados!
Vemos un ejemplo del amor de nuestro Señor por
los pecadores cuando Él se hizo amigo del corrupto recaudador de impuestos,
Zaqueo. Él se invitó a Sí Mismo a la casa de Zaqueo, le dio amor y le
mostró gracia. Antes de que terminara la noche, Zaqueo se paró en
presencia de todos sus invitados a la cena y le dijo a Jesús: “He aquí,
Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a
alguno, se lo restituiré cuadruplicado.” (Lucas 19:8)
¡Ese es el poder de la gracia! La
gracia cambia la vida de las personas de adentro hacia afuera. Jesús
no le dio a Zaqueo mandamientos, ni condenación, ni leyes... solo gracia,
gracia y más gracia. Y el corazón de Zaqueo se transformó para
siempre. La gracia produce
verdadera santidad.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince