Inspiración De Gracia
“He aquí, todos los que se
enojan contra ti serán avergonzados y humillados; los que contienden contigo
serán como nada y perecerán. Buscarás a
los que riñen contigo, pero no los hallarás; serán como nada, como si no
existieran, los que te hacen guerra. Porque
Yo Soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra, que te dice: «No temas, Yo te
ayudaré».” Isaías
41:11-13
Permíteme compartir contigo un
testimonio que creo que te animará mucho. Uno de mis líderes fue
diagnosticado con la enfermedad de Meniere cuando él de pronto comenzó con
episodios de vértigo intenso que lo incapacitaban completamente durante
horas. Siempre que se producía un ataque de vértigo, le asaltaban
oleadas de náuseas y él vomitaba incontrolablemente. Él también
experimentaba síntomas de tinnitus regularmente, durante los cuales cada sonido
a su alrededor se magnificaba o se distorsionaba, y él no podía escuchar lo que
la gente le decía.
Fue algo aterrador para él porque los ataques eran
repentinos e impredecibles, podían ocurrir mientras él conducía, y lo dejaban
con arcadas y vómitos hasta quedar exhausto. Se sentía como si
estuviera atrapado en las agitadas aguas de una tormenta violenta. Sus
doctores le dijeron que los medicamentos podrían ayudar a controlar los
síntomas, pero que no había cura para su condición y, de hecho, era probable
que los síntomas empeoraran.
Entonces, un día, el Señor lo guio al pasaje anterior de
Isaías 41. Él dijo: “Cuando Dios me dio esa palabra, yo me
mantuve meditando en ella y la guardé en mi espíritu. Las palabras ‘serán
como nada’ seguían saltando hacia mí y yo supe que lo tenía. Yo
estaba sano.”
Él no vio la manifestación completa de su sanidad de
manera inmediata, pero tuvo fe en que él
ya estaba sano debido a la palabra que recibió. La
fe es la certeza de lo que se espera, “la convicción de lo que no se ve.”
(Hebreos 11:1) Entonces, incluso antes de ver la realidad, él supo que estaba sano.
Él continuó participando de la Santa Cena con regularidad,
pero ya no lo hacía por temor a que los síntomas lo debilitaran cada vez
más. En cambio, él participó de la Santa Cena sabiendo que él ya estaba sano,
y después de algún tiempo, él “dejó de experimentar los síntomas por
completo”. Mientras escribo esto, él ha permanecido completamente
libre de síntomas durante más de un año. ¡Toda la gloria a nuestro
amado Salvador!
Isaías 41:11–13 es un pasaje tan poderoso para meditar si
hoy estás enfrentándote al enemigo de la enfermedad. ¿No les
recuerda lo que el Señor hizo por el pueblo de Israel cuando abrió el Mar Rojo
para ellos, a pesar de que parecía que todo estaba perdido?
El Señor no hace acepción de personas. Pon tu
confianza en Él. Él puede abrir un camino donde no lo
hay. Si Él lo hizo por el pueblo de Israel y Él lo hizo por este
hermano de mi iglesia, Él también puede
hacerlo por ti.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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