Inspiración De Gracia
Pues desconociendo la justicia
de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia
de Dios. Romanos 10:3
¿Estás tú, como
algunos creyentes hoy, todavía bastante confundido acerca del regalo de la
justicia que has recibido por medio de Cristo? Tal vez hayas escuchado a
través de la teología convencional que aunque fuiste hecho justo por gracia
(llamada “justificación posicional”), ahora tú tienes que hacer lo correcto y
guardar la ley para seguir siendo justo. (A esto le llaman tener
“justificación progresiva”.)
¡Amigo, esto es algo
que el apóstol Pablo nunca enseñó! La escritura de hoy declara que hay una sola justicia de Dios a la que debemos someternos.
Está claro que Pablo está en contra de cualquier enseñanza que diga que
tú debes merecer o mantener tu propia justicia. Tú eres justo o no lo
eres. No existe tal cosa como tener primero una “justicia posicional” y
luego tener que mantenerla a través de la “justicia progresiva”. ¡Tú eres la justicia de Dios en Cristo,
punto!
Hay muchos
creyentes que son muy sinceros acerca de guardar la ley y establecer su propia
justicia, pero lamento decir esto: ellos están sinceramente equivocados. El camino de Dios es por la gracia. La justicia no se puede
ganar con buenas obras. Esta solo se puede ser recibida como un regalo. Un regalo ya no es
un regalo si tienes que trabajar por él. Si yo te doy un Ferrari rojo
nuevo, deslumbrante, con la condición de que me pagues 20,000 dólares al mes
hasta que esté todo pagado, ¿el Ferrari es realmente un regalo? ¡Por
supuesto que no! ¿Cómo puede ser un regalo si tú tienes que pagarlo o
trabajar por él? ¡Eso es distorsionar las palabras! Así que, deja
de intentar ganarte los regalos de Dios con tus propias obras. Sus regalos para nosotros no están sujetos
a condiciones y solo pueden recibirse por fe.
Muchos creyentes
son derrotados hoy porque ellos están tratando de ganarse su propia justicia
mediante el cumplimiento de la ley y las buenas obras. Amigo, comienza a creer que la justicia es un regalo que se debe a lo que Jesús
hizo en la cruz por ti. Todos
tus pecados —pasados, presentes y futuros— fueron lavados por Su sangre
preciosa. Tú fuiste
completamente perdonado en el momento en que recibiste a Jesús en tu vida.
Y nunca más serás visto como por Dios como responsable por tus pecados.
Tú has sido hecho tan justo como Jesús, no por tu comportamiento, sino
por tu fe en Él y en
Su obra terminada en la cruz. (Filipenses 3:9)
Quizás estás
diciendo: “¡Pero yo no hice nada para convertirme en justo!” Y eso es
completamente correcto. Jesús tampoco hizo nada para convertirse en
pecado. ¡Estar vestido con la
justicia perfecta de Jesús es un regalo que
Él compró para ti con Su propia sangre! Por lo tanto, la justicia ante el
Señor no se puede ganar. Tu posición como justo o tu posición de perfección
ante Él, solo puede recibirse como un regalo. ¡Hoy, tu derecho a ser justo es un derecho comprado
con sangre! No hay nada que tú puedas hacer que haga que Dios te ame más,
y no hay nada que puedas hacer que haga que Él te ame menos. Él te ama perfectamente y te ve vestido con
la justicia de Jesús.
Amigo, tú ya no
tienes que vivir confundido acerca de tu posición ante Dios. Recuerda que cuando Dios te ve hoy, Él te
ve vestido con la justicia de Jesús.
Usa tu fe para creer que Dios te acepta y te ve justo,
bendecido, favorecido y sanado. ¡Mírate a ti mismo como Dios te ve y
comienza a liberarte de toda punzada de culpa, de toda forma de condenación, y
de todo tipo de esclavitud y pecado!
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph
Prince
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