Pues de Su plenitud todos hemos
recibido, y gracia sobre gracia.
Juan
1:16
Algo sucede cuando tú recibes la abundancia de la gracia de Dios, descansas completamente sobre ella y dejas de depender de tus propios esfuerzos para ver los resultados
que quieres. En el momento en que tú te rindes y dices: “Señor, yo no puedo,
pero Tú si puedes. Hoy, yo descanso
en Tu favor inmerecido,” cualquier demanda que está sobre ti desaparece en el vasto océano de Su
provisión abundante.
Muchas veces, mientras estoy manejando hacia la
iglesia los domingos por la mañana, siento la demanda de predicar un buen
mensaje. La demanda es real –¡más de
30,000 personas de mi congregación llegan esperando ser bien alimentados! Es ahí cuando me vuelvo a Jesús y recibo Su gracia abundante. Le digo: “Señor, este día, ¡Tú eres mi
predicador invitado! Yo descanso en Ti. Habla Tú.
Aliméntalos Tú. Provee Tú. ¡Toma Tú el control y yo voy a verte en
acción!” ¡En el momento en que suelto esa demanda, Su gracia y Su provisión se apresuran!
Amado, mientras más te mantengas recibiendo y
meditando en la abundancia de Su gracia para ti, más vas a caminar en Su
provisión abundante!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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